

Presentamos dos textos claves del reconocido poeta y ensayista guatemalteco.
Luis Cardoza y Aragón
El Sonámbulo
(Poema 12)
Tú por tu cielo, y por el mar las naves.
Gerardo Diego
Vela sin viento que no fue rumbo.
Piedra lejos del arco y de la cúpula.
Horas podridas sin afán de musgo.
Yo descanso sobre vuestro pensamiento
como descansa el día en los surtidores.
Como en las aves descansa el viento,
en la voz el espacio, el llanto en los relojes,
la sombra en la frente de los ciegos.
Sólo un faro es la muerte, estupefacto,
oscuro entre sus sombras luminosas.
Un faro solo y azul, alto y puro,
entre un azoro de paloma oculto.
Como una flor de hielo sobre un piano,
Lázaro en medio de la noche, ciego.
El barco por el mar, tú por tu cielo.
En medio tú del sueño de tu dueño…
Eres rebelde, luminosa y firme
vela dura de sueño sin estela.
Veladura de sueño que revela
paraíso de espuma de arlequines.
Perjuros en el alba: luna y barco.
Agua profunda para alondra y trébol.
Sonámbulo y lucero se negaron.
Dulce la muerte con su voz de fuego.
Transparente
Ciego, tu sol de hollín sólo entreoye las cosas opacas,
como el sordo el trueno ante el relámpago.
Matar el tiempo que te mata.
Vivir el tiempo que te vive.
El río se desnuda.
Perpetuo renacer
que no termina nunca
en su muerte perpetua.
¿Vive el río su corriente
o su corriente lo vive?
Su corriente es el tiempo.
El río no existe.
Vida, anomalía de la muerte.
No pasa el tiempo. Pasa nuestro sueño.
De pronto, lo ves todo.
Porque todo es transparente.
Qué extraño que los vivos estén vivos.
Qué extraño que los muertos estén muertos.
¡Ubicua soledad súbita siempre!
Por las cosas opacas
sabes las transparentes.
De la muerte sonámbulos.
Muy pronto despertamos.
Nos sueña el tiempo.
El río no existe. Sólo, su muerte.
El agua, elemental.
La pena, capital.