Versiones acústicas sobre un hecho atómico
Versiones acústicas sobre un hecho atómico
1.1 revelación (aleatoria
de sangre y de saliva)
Yo no era el indicado
para leer el diario: lo escribió un pequeñín
que me ha crecido el cuerpo y rebajado
el alma
al punto de una ausencia que se toca y se va
como la incertidumbre.
Y no tiene principios ni valor
aunque sí disciplina para dejar su sangre
lo más quieta posible
cuando duerme. Y revela su amor
en todo el aire que se le vuelve espuma
y casi lo ahoga. Tanto suda
esa estatua de sal
que hay mares que han desaparecido
entre sus manos. Camisas
extraviadas en un solo botón que nadie arranca
que ninguno se anima a descubrir
(pareciera dibujado al crayón por Ben Kimura).
Y yo lo tengo. Pero me borra
el miedo. Esa aleación de uranio
que tiene en un principio
el abandono: rosa
que resguardara Saint-Exupéry
debajo de un sombrero. Boa
que en una curvatura desprende sus escamas
para dejar la espina
entreabriendo
los párpados.
1.2 Las hebras del deseo :
su luz por todas partes
Yo no era el animal
ni era la piedra.
Apenas una luz que irradiaban dos ojos
de un verde perturbable. De un arder
por abrirse.
También
ese deseo de piedra y animal
que nos envuelve
en su hongo más lejano…
ensordecemos
silenciamos la luz
y somos eso
anterior al poema:
El mundo que recibe
una flor
(una letra)
de uranio enriquecido.
1.3 Para los que van a tocarse
es el infierno ( + ) roza
La suavidad
del hombre cae
en gota
minúscula y estalla
después de una canción
un poema
de exponerse ante el mundo
en total aridez
y en círculos distintos
sobre la curvatura
de una espalda luminosa de miedo
porque detrás de un dedo
hay un botón que inicia
la cuenta regresiva.
El amor siempre ha sido la víctima
primera del poema: empero se levanta
de sus propias cenizas.
1.4 Todo comenzó : cuando vi [mos]
que el amor era una gota de agua
Lo más blanco de mí se esparce en estas páginas:
sus migajas no tienen la firmeza de la piedra
ni las alas del ángel.
En la hoguera se quedará
tu nombre.
Será sólo un relámpago.
+
Será todo mi mundo.
El silencio que no puede ocultarse
ni en la nieve.
Eso era.
Cuando de tanta nieve sólo nos quede el agua
te ahogarás en nosotros.
Versiones encontradas en un misil cualquiera
1.5 El diario empieza aquí
a orillas del incendio :
Mishima y sus caballos desbocados buscan salvar Japón
aunque su propio ejército deseara
la derrota de Hirohito. Otra
voz: ese mismo
Mishima confesando a su máscara
su fe por Caravaggio
su ardor por la inmundicia
y esa música en el Tokio de los años sesenta
nos expone la cara y el envés
lo indebido y sagrado
del incesto.
1.6 Marca de cruces :: en el rostro
y el infierno (una copia exacta)
Se estira la memoria en el reloj
al dar las 08:15
y comprobar que nada se mantiene
como lo recordábamos.
Una rosa no es una rosa no es
la alterada Gertrude ni la rota
Beatrice. La copia de nosotros (exacta
en el azufre) ha debido explotarnos
en los ojos. Miramos esa música
que baja desde el trueno. Su soledad magnífica
naranja como un gas
que todo lo derrite.
Este mundo que muere
al recibir del hombre
a su propio hijo.
1.7 El arca : del amor
en ambos animales
La tierra se prolonga de rosa en rosa
y el aire, de paloma en paloma
nos señaló Altazor
en su segundo canto.
Así que en esa jaula de tus ojos
la mirada se debatía entre el bosque y el mar
(delgada línea roja)
o mi cruz y tu cara.
Yo sé quién tirará del botón
de la rosa (ese color prohibido)…
conozco la inmundicia de otro cuerpo
que desata el deseo al levantar
su axila y despojarse de un perfume
a lavanda y en el cual la madera
es parte de esas arcas
en las que deposito mi edad
y mi futuro. Con ambos animales
se completa la fila de bisontes caballos alces ciervos
búfalos y mamuts
de mi caverna. Salen
encabritados todos
cada vez más escasos
a invadir el presente y a rumiar las heridas
que hemos santificado
en nombre de Lascaux y de Combarelles.
En cambio, me horroriza Altazor
con su paracaídas. En medio
de un estrépito celeste
en lugar de caer hace que caigan
todos los asteroides
que en rosas y palomas aguardaron
su lugar en el arca. Lo llama
a-r-m-o-u-r
pero ni deletreado deja de aparecer
como una marca de equipo deportivo.
Llama que sin armour
adjudica su luz (lejos de los relámpagos)
a un contratiempo. No deja de recordarme que G.I. significa
asunto o suministro del Gobierno.
Ni Albert Einstein
o Alan Turing podrían descifrar el enigma
complejo de Altazor.
A cientos de años
luz de aquellos animales
que son imprescindibles justamente porque saben volar.
Me inmoviliza por parecido a mí.
Aunque lo que me falta
es el paracaídas.
1.8 La verdad es una espora
: el aire + en círculos :
Tal vez padezco de mitosis
porque creo en el amor
como verdad humana: a-m-o-r
nunca más separado de su naturaleza
(sea piedra
pan
sea rosa)
aunque al caer
en círculos
concentre en cada línea
esa separación que dio origen al bosque
y relega las aguas al Mar Rojo.
Yo creo en el aire que nunca roza mi ojo
y cuyos lagrimales reseco día con día.
En esa transparencia sin eco
que atraviesa la piedra
al golpear mi mejilla.
En lo que no podría creer
es en el espejismo : un oasis :
el amar inventado por detrás de los ojos
que me arroje a los círculos de Dante
sin alguna plegaria.
Soy un hombre de fe
y creo en la curvatura del relámpago
(aunque al igual me extinga
su estallido).
1.9 El plutonio que esparcen
las alas del que asciende
Ha llegado el momento
[usted ya no está aquí]
de suponer
aunque sea unos instantes
que estamos en el poema
en sus círculos amplios
con nuestros puros huesos.
El sueño los sostiene
y es un canto
(la “Fanfarria para un hombre común”)
nuestra sobrevivencia.
Digo nuestra y entonces caigo
en cuenta que no me queda claro el animal
filacterial y viudo
a cuya sangre apelo
por cuyo semen abro del todo
mis costillas de arena. Digo
dos
y aparecemos tres
en caravana
intentando cruzar el ojo de la aguja
[inserte aquí un camello].
Yo sé que un espejismo es este diario. Unos le llamarán
parterre o Paraíso o jardín japonés
si no sobrevivieran más flores que las rocas.
A quien le sobre cielo
que agarre su plutonio enriquecido
y nos eche a perder esta parte de amor
a la que hemos llegado.
-Poemas incluidos en Enola Gay (Vaso Roto, España, 2019)