Leopoldo Panero. Por donde van las águilas

 

Presentamos tres textos claves del destacado autor español.

 

 

 

Leopoldo Panero

 

 

Por donde van las águilas

Una luz vehemente y oscura, de tormenta,
flota sobre las cumbres del alto Guadarrama,
por donde van las águilas. La tarde baja, lenta,
por los senderos verdes, calientes de retama.

Entre las piedras brilla la lumbre soñolienta
del sol oculto y frío. La luz, de rama en rama,
como el vuelo de un pájaro, tras la sombra se ahuyenta.
Bruscamente, el silencio crece como una llama.

Tengo miedo. Levanto los ojos. Dios azota
mi corazón. El vaho de la nieve se enfría
lo mismo que un recuerdo. Sobre los montes flota

la paz, y el alma sueña su propia lejanía.
Una luz vehemente desde mi sueño brota
hacia el amor. La tarde duerme a mis pies, sombría..

 

 

 

Por la tarde

Palabra vehemente de las cosas
inanimadas; roca, pino, cumbre
solitaria de sol; silencio y lumbre;
quietud de las laderas rumorosas.

Intactas de mis manos silenciosas
entre el romero azul de mansedumbre,
transparentes de Dios y en su costumbre.
silencian el pinar mariposas.

Y el corazón silencia levemente
su palabra más pura, y su retama
se alza en dorado vuelo, mientras arde,

al fresco soplo, en limpidez de fuente,
la profunda quietud del Guadarrama,
lento de mariposas, por la tarde.

 

 

 

Sola tú

Sola tú junto a mí, junto a mi pecho;
sólo tu corazón, tu mano sola,
me lleva al caminar; tus ojos solos
traen un poco de luz hasta la sombra
del recuerdo; ¡qué dulce,
qué alegre nuestro adiós! El cielo es rosa
y es verde el encinar, y estamos muertos,
juntos los dos, en mi memoria sola.
Sola tú junto a mí, junto al olvido,
allá donde la nieve silenciosa
del alto Guadarrama, entre los pinos,
de rodillas te toca.
Estamos solos para siempre; estamos
detrás del corazón, de la memoria,
del viento, de la luz, de las palabras,
juntos los dos sobre la nieve sola.