Leopoldo María Panero

En la iglesia del silencio

 

 

 

 

X

 

Oh arcángel de la boca

Una espada en tus dientes

Un frío en los dientes

Un diente ruin que todo lo aniquila

Mientras el terror crece en mí

Y sirvo al diablo para saciar la espada

Atroz del verso

Para escupir en un agujero en la nada

Y rimar con los sonidos del viento

Temblar y temblar de no ver nada

De estar solo frente al viento

De ser solo una vieja frente al mar desierto

Y llorar, llorar hasta no ver nada

Que las águilas escupan

Soy Hitler contra la nada

Terror de haber muerto algún día

Rencor de existir

Odio para no morir

Pelo ensortijado del desastre

Y labio contra la ruina.

 

 

*

 

 

A ti Ovidio, príncipe de la página

Señora de mi nariz

de la nariz torcida donde llueve

sobre mi identidad perdida

«I am, but what I am none cares or knows

My friends forsake me like a memory lost

I am the self-consumer of my woes»

Y la luna resplandece sobre mi cráneo

y cae como lluvia la nieve

la nieve es un infierno

para mostrar como una flor a los hombres

¿Quién soy yo? susurra la página

y una mano se mueve lentamente

reescribiendo inverso el universo

implorando a la página para no sufrir

en el doble que reescribe el universo

y el hombre no debe sufrir

tan solo debe escribir

¿Quién soy yo? susurra un viejo antes de morir

Nadie lo sabe, Borges lo dijo,

tras toda una vida nadie sabe quién es

qué es aquel extraño que se refleja

en el dolor sin dolor de la página.

 

 

*

 

 

En la iglesia del silencio

en la escuela del desastre

he aprendido a luchar contra la vida

a reírme de mi vida

que regala a los demás el cáncer del poema

la enfermedad de la piel

que se llama poema

 

la vida es solo el vuelo de un insecto

sobre la página que no existe

las moscas que vuelan en torno a la página

se ríen de mí los hombres

y solo queda la nariz de Pinocho

sobre la página en vano

sobre el desierto de los monos

monos que abrazan a monos en el desierto

 

y la página se ríe del hombre

como si fuera un insecto.

 

 

*

 

 

III

 

Cuando la luna se enciende en el verso

Lloran los ladrones y una red cae al suelo

Y compone un ruido como de cristal

Qué vana es la caída, digo al verso

Qué vano es el cristal de Bohemia masticado en la boca

Qué vano el caballo que galopa sobre las tumbas

Rezándole a la nada

Sartre lo dijo y yo lo leí en la cárcel, en clase de

matemáticas

La nada corroe al ser como un gusano

Y allí supe por boca de mi madre malllamada Felicidad

Que el hombre volverá a reinar sobre la nada

Y la nada enseñará a los hombres su mano

Que tiene el rostro pálido de la locura

Y el temblor del verso

Y el temblor del sexo diminuto de las hadas que no

sangran aún.

 

 

*

 

 

XVI

 

No hay nada más horrible que la verdad

Que la verdad que escupe contra el hombre

Ladra contra la vida y contra él

Y susurra en mi oído palabras de un hombre que no

existe

¡Oh tú, Paul Verlaine!, que tenías miedo de la vida

Mi corazón aquí y allá parecido a una rosa muerta

Verlaine lo dijo, enfermo como una rosa

Enfermo como el verso en tus labios, pero sin decirlo

Si quieres nos amaremos, Mallarmé lo dijo

Citándose a sí mismo, como una escultura de roca

Con una flor en la boca para celebrar

La caída del poema

Sobre el hombre

La luz, que nunca sufre, Salinas lo dijo

Orinando sobre un cadáver.

 

 

 

 

 

-Leopoldo María Panero
Poesía completa (2011-2014)
Colección Visor de Poesía
España, 2024

 

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Leopoldo María Panero (Madrid, 1948 – Las Palmas de Gran Canaria, 2014). Hijo del reconocido poeta Leopoldo Panero. Es considerado una de las figuras claves de ... LEER MÁS DEL AUTOR