Leopoldo Lugones. Historia de mi muerte

Presentamos tres textos claves del gran poeta modernista argentino.

 

 

 

Leopoldo Lugones

 

 

Ausencia

                                                               Leopoldo a su Aglaura

Todo, amada, en tu ausencia siempre larga te llora:
El silencio y la estrella, la sombra y la canción,
Lo que duda en la dicha, la que en la duda implora.
Y luego… este profundo sangrar del corazón.

Como no ha de llorarte todo lo que es hermoso
Y todo cuanto es triste porque es capaz de amar,
Si tu ausencia ¡tan larga! se parece al reposo
De la luna suicida que se ahoga en el mar.

Con tu ausencia anochecen la alegría y la aurora.
La esperanza es angustia, sinsabor el placer.
Y hasta en la misma perla del rocío te llora
Lo que tiene de lágrima toda gota al caer.

 

 

 

El astro propicio

Al rendirse tu intacta adolescencia,
emergió, con ingenuo desaliño,
tu delicado cuello, del corpiño
anchamente floreado. En la opulencia,

del salón solitario, mi cariño
te brindaba su equívoca indulgencia
sintiendo muy cercana la presencia
del duende familiar, rosa y armiño.

Como una cinta de cambiante falla,
tendía su color sobre la playa
la tarde. Disolvía tus sonrojos,

en insidiosas mieles mi sofisma,
y desde el cielo fraternal, la misma
estrella se miraba en nuestros ojos.

 

 

 

Historia de mi muerte

Soñé la muerte y era muy sencillo:
Una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo
con una vuelta menos me ceñía.
Y cada beso tuyo
era un día.
Y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche. La muerte es muy sencilla.

Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía
sino por un sólo cabo entre los dedos…
Cuando de pronto te pusiste fría,
y ya no me besaste…
Y solté el cabo, y se me fue la vida.