Para que se den cuenta
LA TIERRA ES UN SATÉLITE DE LA LUNA
El Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.
El Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.
El Apolo 4 costó más que el Apolo 3
el Apolo 3 costó más que el Apolo 2
el Apolo 2 costó más que el Apolo 1
el Apolo 1 costó bastante.
El Apolo costó un montón, pero no se sintió
porque los astronautas eran protestantes
y desde la luna leyeron la Biblia
maravillando y alegrando a todos los cristianos
y a la venida el papa Paulo VI les dio la bendición.
El Apolo 9 costó más que todos juntos
junto con el Apolo 1 que costó bastante.
Los bisabuelos de la gente de Acahualinca tenían menos
hambre que los abuelos.
Los bisabuelos se murieron de hambre.
Los abuelos de la gente de Acahualinca tenían menos
hambre que los padres.
Los abuelos murieron de hambre.
Los padres de la gente de Acahualinca tenían menos
hambre que los hijos de la gente de allí.
Los padres se murieron de hambre.
La gente de Acahualinca tiene menos hambre que
los hijos de la gente de allí.
Los hijos de la gente de Acahualinca no nacen por hambre,
y tienen hambre de nacer, para morirse de hambre.
Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna.
ACAHUALINCA ES UN PASEO
Todos los seminaristas
íbamos de PASEO
a las huellas de Acahualinca.
En 1969
los seminaristas
van de PASEO
a las huellas de Acahualinca.
LOS PANIQUINES ESTÁN VACÍOS
Los paniquines están vacíos
esperando alimentos. Life
les toma fotos a colores.
Los astronautas del Apolo VIII
envían un mensaje de amor
desde la luna: “en la tierra paz
a los muertos de buena voluntad.”
VIDA
Volví la cabeza,
mis ojos brillaron,
el corazón me golpeaba
cada vez más fuerte.
suspiré profundamente;
vi una mujer
toda ella era una virgen.
Un amigo hecho al viento
esta aventurera frase
es prostituta.
Guardé silencio;
mis ojos se turbaron.
El corazón
no dejaba escuchar
su monótona voz;
escasamente un
puño de saliva
se deslizó por mi garganta.
Una lágrima
refrescó mi alma,
llena de tristeza.
Esa lágrima era
mi esperanza.
Las estrellas con sus
pañuelos de los retazos de las nubes
se tapan las narices
para no respirar el aire
aire ml oliente,
cierran sus ojos para
no ver la joven mujer desnuda
y groñosa caída sobre el istmo.
¿Quién es el dueño de
este tétrico espectáculo?
Quien lo ignora
es cómplice de los moradores
de casa colorada.
BIOGRAFÍA
Nunca apareció su nombre
en las tablas viejas del excusado escolar.
Al abandonar definitivamente el aula
nadie percibió su ausencia.
Las sirenas del mundo guardaron su silencio,
jamás detectaron el incendio de su sangre.
El grado de sus llamas
se hacía cada vez más insoportable.
Hasta que abrazó con el ruido de sus pasos
la sombra de la montaña.
Aquella tierra virgen le amamantó con su misterio
cada brisa lavaba su ideal
y lo dejaba como niña blanca desnuda,
temblorosa, recién bañada.
Todo mundo careció de oídos y el combate
donde empezó a nacer
no se logró escuchar.
SUBSISTENCIA
Después de besarte
largamente la boca.
Mataste un perro-zampopo
me di cuenta que
envidiabas su piel
más suave
que tus labios.
CARTELÓN
Al Comandante Ernesto “Che” Guevara.
A media noche cuando no hay nadie en las calles
todos los perros desean morder la luna.
En el día la piedra de un niño
arrojada al cielo no oscurece
el sol.
Ni un hombre
ni un tanque
ni la bomba de hidrógeno.
Ni todas las bolitas del mundo
porque él es H
O
M
B
R
E
QUE LA MUERTE
Olfateo un color de muerte,
todas mis células están en agonía.
De mi boca precipitan
helados gemidos que golpean el
piso y se deshacen con la
temperatura ambiente,
los gemidos deshechos forman
un charco, y la gente los
barre y los bota en la basura.
Entre tanto con esfuerzo
sobre-humano logro dar
débiles pasos y situarme
frente a mí, soy único testigo;
he comprendido
que la muerte no es menos
que la vida.
PARA QUE SE DEN CUENTA
Hace bastante le vi las piernas a una muchacha.
Como los dientes de leche eran blanquísimas,
Semejantes no sé en qué al vidrio pulido de un carro nuevo
y me quede ido
hasta que ella hizo un vano intento de alargarse el vestido.
Yo continúo explicando:
“para aprender matemáticas es necesario
absoluta concentración”.
Comencé a demostrar el teorema de Residuo
o Pitágoras
o Ruffini.
No resistí continuar
y al rato consideraba
lo fresco
lo húmedo
lo suave
de las piernas de aquella muchacha.
Cuando me callaba, todos pensaban
que resolvía una abstracción matemática
yo le veía las piernas
casi todos los días le veía las piernas
y nunca pude tocárselas.