

Presentamos algunos textos del reconocido poeta mapuche.
Leonel Lienlaf
Niño
Hoy volví a ver de nuevo
las aguas del estero
(esas que algún día bebí)
corriendo
junto a los altos konkillos
donde me bañaba.
Ellas guardan mi cuerpo de
niño
ellas aun guardan al amigo
que invisiblemente jugaba
en la tarde,
con mis antiguos ensueños.
Transformación
La vida del árbol
invadió mi vida
comencé a sentirme árbol
y entendí su tristeza.
Empecé a llorar por mis hojas,
mis raíces,
mientras un ave
se dormía en mis ramas
esperando que el viento
dispersara sus alas.
Yo me sentía árbol
porque el árbol era mi vida.
Camino
He corrido a recoger en las llanuras,
en la playa,
en la montaña,
la expresión perdida de mis abuelos.
He corrido a rescatar
el silencio de mi pueblo
para guardarlo en el aliento
que resbala sobre mi cuerpo
latiendo,
haciendo vibrar mis venas
sobre el sol que se levanta
sobre las altas cordilleras
para que el espíritu sea viento
entre el vacío de las palabras.
He corrido a recoger el sueño
de mi pueblo
para que sea el aire respirable
de este mundo.
Estoy
Estoy suspendido en el aire
como el canto de los pájaros
como el olor de las flores
que llena los espacios.
Voy como agua
por este río de vida
hacia el gran mar de lo que
no tiene nombre.
Yo soy la visión
de los antiguos espíritus
que durmieron en estas pampas.
Soy el sueño de mi abuelo
que se durmió pensando
que algún día regresaría
a esta tierra amada.
Él se fue de viaje
más allá
del horizonte de los sueños.