León Guillermo Gutiérrez

Rutas de viaje

 

 

 

 

 

Rutas de viaje

 

Siempre estamos de viaje,

con los pies, con la mirada,

con el recuerdo.

 

En todo viaje se trazan rutas,

pero el paisaje es imprevisto.

Sólo es segura la partida.

 

Aun inmóviles viajamos

y surgen nombres como la niebla.

 

En todo viaje hay un contrasentido.

Quien se aleja de su casa ya ha vuelto.

El pensamiento nunca puede anticipar:

un salto vertiginoso y

estamos en la mesa de la infancia,

en el tránsito de la recámara a la cocina

aparece el nombre olvidado.

En algún punto nos espera ese momento oscuro

que ya habíamos vivido

y de nuevo temblamos.

 

En todo viaje el azar dicta el sendero,

lo único seguro es que un día terminará

y nuestro nombre no será más que recuerdo

en la niebla de alguien que viaja al pasado.

 

 

 

 

Marineros nocturnos

 

Navegar

de noche

en la barca

de los humildes

los desposeídos

los llenos de nada

desnudos

con el horizonte

dentro de los ojos

convertirse

en agua

en ola

en espuma.

 

 

 

 

Acuarela

 

Viajar

no importa el rumbo.

El paisaje

alineado

en perfecto caos

árboles transparentes aquí

valles a lo lejos

cerros como estatuas

nubes amontonadas

y una torre memoriosa.

 

El paisaje camina por los ojos

inunda

invade

abraza.

 

Viajar

es descubrir que la belleza

sólo es paisaje del paisaje.

 

 

 

 

Jardín

 

Hay un silencio suspendido

en este medio día…

la fuente de piedra calla.

En el silencio del jardín

se desliza la luz…

 

vuelo de flores

aves que asedian al viento.

 

La abeja indecisa

va del geranio a la buganvilia

la blanca mariposa

de la azalea al jazmín.

El colibrí insiste en cruzar el cristal de la ventana.

 

Hay un silencio suspendido en el jardín

 

como la plegaria ahogada

de la fuente que calla.

 

 

 

 

Templo

 

Me inclino y vago a mi antojo contemplando
la estival hierba de los prados.
Whalt Whitman

 

Todo jardín es un templo.

De la blanda tierra brotan

los cóleos y el arrayán.

En el ciprés anida el zorzal,

las hojas de la aralia forman estrellas,

pero la orquídea y sus pétalos de seda

hacen alarde de belleza.

 

Un jardín es un mantra.

 

El musgo sube por el muro,

la enredadera se abraza a la pared,

una libélula aletea.

Cruzan el jardín mariposas, abejas

y humildes torcazas.

 

Un jardín es meditación.

 

Todo es grandeza en el pequeño jardín.

Es escritura sagrada

de un texto sin palabras.

 

Los pájaros dialogan.

Flores y aves son dioses que veneran el viento.

Todo jardín es un templo,

es meditación,

es un mantra,

es oración adentro.

 

 

 

 

Y si digo Dios

 

Y si digo Dios

que el día

no sea en vano,

que el trueno

parta en dos

la memoria y el olvido,

que el fuego los ilumine.

 

Y si digo Dios,

que el rayo y la tierra herida

sean uno

en mi corazón.

 

 

 

 

Mantra

 

Esta vela encendida

flama diminuta

que no se va

Este silencio

que se ahueca

debajo de las alas

de los insectos

Este viento

sin aroma, sin destino,

se repliega en la ternura

del tabachín y la gardenia

Este otoño

de hojas vencidas

de luces lejanas

de montes tristes abrazados a la tierra

Esta noche

de colillas de cigarros

de afanes inútiles

de sueños esquivos

de relojes sin arena

Esta luz que no se queda

que no se va

es la piedad de Dios

que a pesar del otoño

permanece.

 

León Guillermo Gutiérrez (San Julián, Jalisco, México). Realizó estudios de maestría y doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Texas en Aus ... LEER MÁS DEL AUTOR