Rutas de viaje
Rutas de viaje
Siempre estamos de viaje,
con los pies, con la mirada,
con el recuerdo.
En todo viaje se trazan rutas,
pero el paisaje es imprevisto.
Sólo es segura la partida.
Aun inmóviles viajamos
y surgen nombres como la niebla.
En todo viaje hay un contrasentido.
Quien se aleja de su casa ya ha vuelto.
El pensamiento nunca puede anticipar:
un salto vertiginoso y
estamos en la mesa de la infancia,
en el tránsito de la recámara a la cocina
aparece el nombre olvidado.
En algún punto nos espera ese momento oscuro
que ya habíamos vivido
y de nuevo temblamos.
En todo viaje el azar dicta el sendero,
lo único seguro es que un día terminará
y nuestro nombre no será más que recuerdo
en la niebla de alguien que viaja al pasado.
Marineros nocturnos
Navegar
de noche
en la barca
de los humildes
los desposeídos
los llenos de nada
desnudos
con el horizonte
dentro de los ojos
convertirse
en agua
en ola
en espuma.
Acuarela
Viajar
no importa el rumbo.
El paisaje
alineado
en perfecto caos
árboles transparentes aquí
valles a lo lejos
cerros como estatuas
nubes amontonadas
y una torre memoriosa.
El paisaje camina por los ojos
inunda
invade
abraza.
Viajar
es descubrir que la belleza
sólo es paisaje del paisaje.
Jardín
Hay un silencio suspendido
en este medio día…
la fuente de piedra calla.
En el silencio del jardín
se desliza la luz…
vuelo de flores
aves que asedian al viento.
La abeja indecisa
va del geranio a la buganvilia
la blanca mariposa
de la azalea al jazmín.
El colibrí insiste en cruzar el cristal de la ventana.
Hay un silencio suspendido en el jardín
como la plegaria ahogada
de la fuente que calla.
Templo
Me inclino y vago a mi antojo contemplando
la estival hierba de los prados.
Whalt Whitman
Todo jardín es un templo.
De la blanda tierra brotan
los cóleos y el arrayán.
En el ciprés anida el zorzal,
las hojas de la aralia forman estrellas,
pero la orquídea y sus pétalos de seda
hacen alarde de belleza.
Un jardín es un mantra.
El musgo sube por el muro,
la enredadera se abraza a la pared,
una libélula aletea.
Cruzan el jardín mariposas, abejas
y humildes torcazas.
Un jardín es meditación.
Todo es grandeza en el pequeño jardín.
Es escritura sagrada
de un texto sin palabras.
Los pájaros dialogan.
Flores y aves son dioses que veneran el viento.
Todo jardín es un templo,
es meditación,
es un mantra,
es oración adentro.
Y si digo Dios
Y si digo Dios
que el día
no sea en vano,
que el trueno
parta en dos
la memoria y el olvido,
que el fuego los ilumine.
Y si digo Dios,
que el rayo y la tierra herida
sean uno
en mi corazón.
Mantra
Esta vela encendida
flama diminuta
que no se va
Este silencio
que se ahueca
debajo de las alas
de los insectos
Este viento
sin aroma, sin destino,
se repliega en la ternura
del tabachín y la gardenia
Este otoño
de hojas vencidas
de luces lejanas
de montes tristes abrazados a la tierra
Esta noche
de colillas de cigarros
de afanes inútiles
de sueños esquivos
de relojes sin arena
Esta luz que no se queda
que no se va
es la piedad de Dios
que a pesar del otoño
permanece.