La llave Marilyn
la llave marilyn
el domingo cuidate
rubia
del teléfono
en el primer llamado estás pintada
al segundo estás verde
en el cuarto muerta
0800 marilyn
cuando el domingo te practica su clásica
llave marilyn
y quedás estampada contra la lona gris
¿estás en el umbral equivocado
en el número vivo
en el lugar de quién?
¿es frágil como la curva de tu cuello
o es una viga negra el hierro de tu mente?
¿está el mundo debajo como un refugio lleno
o está fuera de alcance como un hombre imposible?
cuando viene a llevarte a su tierra de nadie
y te obliga a entrenar su deporte de riesgo
¿es el lunes un muro donde vas a estrellarte
o una pared de agua donde vas a flotar?
¿toda la vida?
llave marilyn versión libre
el domingo a la hora de la muerte
tu sombra es una perla que rueda para nadie
los bares están llenos
en el aire resiste la arpillera del sábado
el ruido un entramado de colillas y rouge
una pared de clavos las voces de los otros
y el volumen del fútbol supera el decibel
de los hombres que lloran sobre una chica fácil
el domingo a la hora del escándalo
hay un cambio impreciso en la velocidad
y los minutos pasan su mirada de vaca
sobre tu pasto tierno
en la mesa del al lado una pareja rompe
la tarde en pedacitos
y una aureola de vidrios va empapando el mantel
yo pensaba en sus brazos
el domingo a la hora de la muerte
como si no estuviera
manual de los amantes
yo te entregué una joya diminuta
un zafiro escamado en el cuerpo de un pez
y lo dejaste caer
en las cosas que pasan
química orgánica
todo el tiempo que tarda el corazón en olvidar la música
y acostumbrarse al ruido de hojas muertas
que desprende el recuerdo cuando avanza
todo el tiempo que tarda en separar
hebras impuras del oxígeno
latido de temblor
señales en la falla
todo el tiempo que tarda en reaccionar su ángel sometido
la boca azul contra la noche
ese torrente oscuro que va en la cicatriz
como un pez por el cauce del misterio
todo el tiempo que tarda en corromper
la ruta del carbono
y arder bajo la nuca el tronco de su árbol
se rasga en las mejillas una alfombra de seda
la lengua flota en una ciénaga
y es un beso de sal sobre la llaga
todo el tiempo que tarda el corazón
en dejarte partir
preludio en sí sostenido
y que me aten
a la cama de un hospital
que una enfermera muda abra su pastillero cada veinte minutos
que me toque preludios de chopin
a las seis de la tarde cuando estalla el mercurio
y mi cuerpo es la funda de un dragón adiestrado
para increíbles números de fuego
que me frote anestesia en las encías
que suture mis labios
y dos veces al día me descargue cien voltios
si mis brazos no sueltan
si repito su nombre
que rece una plegaria sobre mi corazón
que no se me despierte
y las horas trabajen los espacios
donde pueda el olvido detenerlo
deje su mensaje después de la señal (toma dos)
si en el lugar de la belleza
nace una geografía inconsistente
un médano que el viento
mueve en la indiferencia de las horas
si el yo se suelta en esa arena
y ensuciara lo íntimo su percepción confusa de lo externo
si toda evocación fuera un exilio
del yo como una patria
si en la enajenación
la vida sucediera en la memoria
y la memoria actuara como un dique
si sólo el deterioro
despertara en el cuerpo una leve inquietud
un recibo apremiante
si el sentido obedece en la carencia a cierta voluntad
y ceder al vacío fuera tan natural
como si desprendiera
el yo de mí
en la boca de un hombre
palabras en una lengua muerta
yo hablé de tener frío y no sabía
nada del frío
hablé incansable de lo oscuro
y del silencio en la soledad
con mi voz de creer
con esta misma boca que ahora calla
la verdad sobre el frío y otras palabras básicas
en la heladera de la morgue
-De La llave Marilyn (Premio Casa de las Américas, 2008)