Damsi Figueroa

 

La idea de estar

 

 

 

AUTORRECONOCIMIENTO

Yo no soy la que se pierde
tan pronto como se la encuentra
El amor en mí no se toca
se escribe
Yo no soy la piadosa con los hombres de poca fe
no intercambio los calzones con nadie
En cambio asumo la desvergüenza
de una desnudez colectiva
en una casa de playa
o en una playa a secas
Yo no escribo para nadie
aunque intente escapar
y evite sacarte al baile
tus malabares y piruetas
siempre exigen un aplauso cerrado
es decir, una palabra
Yo no me complico la vida
omitiendo adverbios y conjunciones
Patino por la hoja y tapo los surcos amargos
con la sangre de mis amigos
Yo no hago el amor
lo desarmo
por el puro gusto de volverlo a armar
una y otra vez
hasta tener sexo
para olvidarme del amor
y de todos ustedes

 

 

POEMA DE LENGUAS

Temo a la espina que surce tu lengua
y a ese hilo de azufre que te escurre
y amamanta el dócil canal
tus hendiduras

Así como a la muerte temo a tu arcilla
a la moldura que la sostiene
temo al diente que se te clava en la sombra

Temo a la boca que se traga tu lengua deliciosa
y como a hostia envenenada la devuelve a tu boca

Temo, pero aún así permanezco
triste en la desmesura
sola en mi amor por los espejos.

 

 

LA IDEA DE ESTAR

Sé lo que soy
Y aún sabiéndolo no me nombro
La idea de estar a medias en todas partes
Como si las mitades no fuesen tan sólo dos
Soy tanto más cuando me sé
Y aún sabiéndolo no me nombro
Nombrarse es pertenecer
Y yo no logro juntar las sílabas que me atrapen
Me sé, es cierto, soy
Y aún sabiéndome no me nombro

 

 

ABRAZO EN TAURIDES

para Carlos Henrickson

Por una noche ácida y sin tregua
arrastro el cuerpo de mi amigo
Por el hueco confortable de su pecho
mi noche, mi lámpara y su mueble
la noche roja en la que escribo pasan

Tan lejos de mi puerta silabarios de la lengua suya
cabalgan un poema que se inclina
sobre la espuma ensangrentada de mi boca
o el recuerdo de la espuma ensangrentada de mi boca
que en mi pecho hacen su lámpara y su mueble
la noche roja en la que él escribe

 

 

LA PIEDRA

para Alejandra Pizarnik

Yo sé por qué te duele
atraer con furia la piedra hasta los dientes
y arrojarla después como si nada
a la danza magnética donde acaba el milagro

Con el tiempo te has vuelto ciega
encandiláronte los verbos
la incandescencia de los versos dolorosos
Te paralizaron las alimañas palabreras
el susurro esquizofrénico de la naturaleza del hombre

Yo sé que tu lamento no cesará jamás
porque tu hambre es mi hambre
y el pan que buscaste, ese pan se hizo carne
se hizo fuego imposible de llevarse a la boca

 

 

MÁS LUZ

He soñado el poema que dice al mundo
con su tumulto de palabras aladas
bandada de pájaros de fuego
que devuelve la luz a todas las praderas

He aquí al poema que quiere abrirse
el poema que quiere llegar al centro de la tierra
porque no desconoce el magma de su esencia
el ígneo y secreto elemento de su aliento

He aquí al poema que cantará para siempre como el mar.

(De Cartografía del éter, 2003)

Damsi Figueroa (Talcahuano, Chile, 1976). En 1994 publica su primer libro Judith y Eleofonte. Sus poemas han sido incluidos en varias antologías, ... LEER MÁS DEL AUTOR