Mitigamos la belleza con nombres
Palabras de este mundo
Nueva poesía argentina
Selección y edición: Marisa Martínez Pérsico
Mitigamos la belleza con nombres,
como si nos curara enfermarnos de eso.
A la espesura de los bosques
la llamamos verde,
oscuridad,
mitos de casas de los árboles;
al polvo de la tierra, humo.
Decimos nervaduras
a las venas quebradas de las hojas,
sangre al color de la respiración.
Llamamos mar
a la deriva persistente del agua.
Llamamos a lo que no habla
con este miedo.
Construí
una intemperie donde vivir
mientras ardió la casa
y los cimientos chamuscados
recordaron,
antes que nada,
la precariedad que antecede
a los incendios.
Mis hermanos tienen sed.
Son demasiado jóvenes
para levantar de nuevo este jardín,
sus paredes de noche, esta casa,
los cristales teñidos de miedo,
los umbrales.
Las nuevas cicatrices van a desentonar, queridos.
¿Quién sabrá lo que éramos?
El agua sigue siendo cristalina
bajo mis pies.
Aun entreverada con la noche
es fresca el agua donde termino.
La voz de mi madre trepa
desde ese fondo transparente,
también la risa invicta de mis hermanos
y el calor perfecto del mediodía
unido como un hueso de luz
a nuestros cuerpos.
Una alegría sin edad se choca
contra mi frente
casi como un recuerdo
que se mantiene un segundo, dichoso,
pero en el aire.
Se ha desolado el cielo tantas veces.
Se ha perdido intemperie,
se ha enfriado la casa
más de la cuenta.
Se ha sido ingrato con la noche,
inclemente con la oscuridad,
como con un desconocido.
Se ha fallado en la espera,
se ha convivido con la muerte
como si todo fuera pasado.
Algunas palabras de este mundo
Quiere esta antología, junto con difundir las voces de treinta poetas argentinos nacidos entre 1970 y principios del siglo XXI, ser, con su eco preliminar de Árbol de Diana (1962), un homenaje a Alejandra, de cuya muerte se cumple medio siglo.
Celebrar, desde el guiño de su título, esos pequeños artefactos poéticos perfectos, esas piezas muchas veces brevísimas que dan cuenta de una subjetividad quebrada, de una orfandad metafísica, con unas dislocaciones pronominales que potencian el característico tono de tipo liminar pizarnikeano, siempre al borde, en el umbral o límite entre posibilidad e imposibilidad del decir. Poesía que es desamparo y morada. Claridad y oscuridad a la vez.
Las páginas que siguen son un intento de visibilizar y divulgar un repertorio de voces que se inscriben en distintas tradiciones líricas nacionales: hay derivas de la poesía conversacional, propuestas en clave realista, programas de carácter hermético, de indagación ontológica o continuadores de la tradición de la ruptura, estéticas herederas del neobarroco/neobarroso y de la poesía experimental, del riesgo, que se institucionalizaron en países como Argentina o México, especialmente durante la década del ’90. Poemas en prosa y otros que buscan el diálogo intergenérico o transmedial (lírica, narrativa, teatro). Poemas que no exceden una página (¿una pantalla?) y poemas largos memorables.
Esta muestra responde, además, a una vocación federal y extraterritorial. Incluye autores que nacieron y viven en distintas provincias argentinas –desde Salta hasta Tierra del Fuego– y otros radicados en el extranjero (Holanda, Francia, España), que encarnan una argentinidad poética ‘extraterritorial’ (George Steiner), ‘glocal’ (Vicente Luis Mora) y ‘posnacional’ (Bernat Castany).
Marisa Martínez Pérsico
Roma, octubre de 2021