Julia Otxoa

Sobre las distintas líneas de creación en mi trayectoria estética, una aproximación

 

 

 

 

Raíz surrealista en toda mi obra interdisciplinar

Para hablar de mi poesía, mis relatos, poesía visual, obra gráfica etc. he pensado comenzar con un breve autorretrato porque creo perfila de algún modo el equipaje del que parto y que todavía va conmigo a la hora de vivir y crear.

San Sebastián 1954, hay una foto en que aparezco sonriente con una cucharilla en la mano en brazos de mi tía materna, Mercedes. Estamos en San Sebastián en la boda de una de mis primas y yo tengo cara de haber hecho una de las mías, y si he de creer a mi familia, así fue, aquel día armé en el restaurante una gordísima. Ocurrió durante la comida, de improviso y velozmente, como acostumbran a hacerlo los niños, agarré la botella de sifón que tenía cerca de mi mano y apreté con todas mis fuerzas apuntando el burbujeante chorro justo hacia el escote de una desconocida y enjoyada dama que comía frente a nosotros en la mesa. Por lo que cuentan el escándalo fue mayúsculo, los gritos de la aterrorizada dama, empapada de arriba abajo, mis carcajadas cada vez más fuertes y mis avergonzados padres sin conseguir quitarme de las manos el dichoso sifón que no cesaba de apretar.

A lo largo de los años he recordado como preciado talismán aquella escena, jamás he abandonado ese espíritu surrealista y anti solemne, tipo Hermanos Marx.

El surrealismo me ha interesado siempre tanto como lectora y creadora, como percepción que se interroga sobre la mirada de la costumbre y descontextualiza el objeto percibido sacándolo de los cauces de lo habitual. El surrealismo también como concepción lúdica está presente en las raíces de todas las líneas de mi creación. El surrealismo como crítica social, en este apartado uno de los autores de poesía visual que más admiro es el español Joan Brossa uno de los grandes maestros de la poesía visual en España. Entiendo el surrealismo tanto en su camino de poesía visual como también literario en lo que se ha denominado literatura experimental (Taller de literatura Potencial Oulipo etc) como artístico Duchamps, integrantes del famoso Cabaret Voltaire etc.

Y dentro de ese universo que escapa a las leyes de la razón y la lógica presente siempre en mi obra tanto literaria (considerada por los estudiosos como literatura surrealista) como de poesía visual, ocupa un lugar destacado el juego, lo lúdico como concepción estructural en el desarrollo de los argumentos, íntimamente relacionado con el pensamiento simbólico muy presente tanto en mis relatos como en mi poesía. En el momento de la escritura, me gusta esa posibilidad de un espacio abierto, lúdico, en el que utilizar la ironía, el misterio, el juego intelectual, literario y lingüístico, como ingredientes esenciales en la estructura narrativa que me interesa clara y concisa.

El texto, el poema visual como microrrelato visual, como fluir de vasos comunicantes entre los más diversos géneros, la polifonía de voces, el juego barroco y posmoderno de las apariencias, los múltiples puntos de visibilidad, el laberinto.

Sin embargo, lo sugerido, lo entrevisto, es tan esencial en mis textos como aquello específicamente narrado en ellos. Me atrae especialmente esa otra lectura no lineal que atraviesa la aparente invisibilidad de las cosas, para percibirlas de un modo no marcado por la costumbre. Trato por ello en algunos de mis relatos de descontextualizar circunstancias, textos, unidades simbólicas, formulándolas de un modo diferente en el tiempo de la ficción, en contraposición al ámbito cerrado de los discursos habituales sobre lo real.

La concepción lúdica en toda mi narrativa es una de sus características esenciales. Por otro lado, el juego ha estado siempre muy presente en el Arte y la Literatura, tenemos muy cerca un ejemplo de ello en el Barroco Español, tanto en literatura como en pintura, circunstancia estética tan similar en muchos de sus manifestaciones creativas al pensamiento complejo de la llamada postmodernidad

Concibo mi propia obra literaria como proyecto experimental intenso en asociaciones y representaciones alegóricas, como combinatoria de conceptos y circunstancias a través del lenguaje. Consiguiendo así que el carácter lúdico de lo narrado rompa la unidad lineal de la lectura, creando de este modo otra dimensión más activa, creativa y participativa en la percepción del lector

Y en esa concepción del hecho literario y del propio ser como ontología en evolución y cambio, el juego forma parte esencial de lo fabuloso, de lo fantástico como percepción de lo cotidiano, como sentimiento que yo también nombraría como extrañamiento. Esa profunda sensación de que tras la apariencia de todo hay otros mundos ocultos, invisibles, de sutiles relaciones con el presente.

He percibido siempre cuanto me rodeaba como un enigma, dentro del cual advertía fenómenos que las leyes de la lógica no eran capaces de explicar. Frecuentemente la frontera entre la realidad y lo fantástico se diluye. Hay siempre una circunstancia misteriosa que escapa siempre por las rendijas de lo cotidiano, grietas a las que solo la imaginación puede asomarse desde el asombro para recrear una interpretación que siempre abrirá la puerta a otra interpretación.

Dentro de esas coordenadas fabulosas, frecuentemente mi narrativa se sitúa dentro de la alegoría, ya que siendo la esencia de lo simbólico por su misma definición intemporal y universal, me resulta una estructura válida para dar cuenta del presente, tiempo actual en el que se vuelven a repetir todas aquellas circunstancias que se han venido dando en nuestro planeta a lo largo de los siglos concernientes a nuestra condición humana.

Considero que la alegoría puede ser una magnífica alternativa de pensar la filosofía de nuestros días. Estética del fragmento que es capaz de conectar con la totalidad y la realidad de lo concreto. Estética de la imagen dialéctica, asociativa, en donde las circunstancias, la actualidad son el punto de partida para narrar y pensar el presente.

Si bien la narración alegórica ha existido desde el comienzo de la literatura, relatos sumerios, bíblicos, las mil y una noches, etc. La narración alegórica en la que a la que me referiré ahora es la que surge en la mitad del siglo XX y el XXI determinada por una crisis de percepción en el conocimiento que afectaría esencialmente a la concepción de una estética nueva basada en conceptos menos estáticos y cerrados que daban paso a un espacio en el que el derrumbe de los férreos discursos propiciaba la entrada en la incertidumbre y el despojamiento de toda soberbia en el relato del mundo.

La alegoría es un recurso estético que W. Benjamin analiza en una de sus primeras obras: El origen del drama barroco alemán. En esta obra W. Benjamin muestra las diferentes formas en las que la alegoría es tratada especialmente en el Barroco, y muestra las diferentes críticas a las que fue sometida por autores del Romanticismo y del Clasicismo, que no pocas veces vieron en la alegoría una contraposición vulgar al recurso estético que en aquellos momentos estos autores recalcaban más: el símbolo. La alegoría era considerada por estos autores como “una técnica gratuita de producción de imágenes”

Ante todo ello el análisis y crítica que W. Benjamin realiza de la alegoría es más filosófico que literario, para él ésta no es sólo un mero recurso estético a analizar sino una forma de pensamiento para un nuevo método de filosofar. Filosofía del fragmento y de lo concreto que es capaz de conectar con la totalidad.

Y dentro de lo simbólico, la poesía como movimiento, búsqueda, razón poética que diría Maria Zambrano. Así, dentro del cuento fantástico o fabuloso, respira en mí el hálito poético, la creación no es circunscripción sino búsqueda, proceso en transformación. Esa indagación literaria, supone a menudo cuestionamiento, ruptura de límites, lo que también ocurre en otras disciplinas del conocimiento, la investigación llevada a cabo por parte de grandes escritores, artistas o científicos ha supuesto frecuentemente la transgresión de las normas de sus propios géneros de trabajo, fueran éstos científicos, filosóficos, plásticos o literarios. Recordemos a Galileo, Velázquez, Miguel de Cervantes, Kafka, María Zambrano, Jorge Luis Borges, Cortázar o Italo Calvino por citar solo a un limitado número de ellos.

De todo lo anteriormente expuesto cabría deducir que el sentido de todo lenguaje, no está en el cumplimiento de las reglas de una identidad inmóvil, si no en la multiplicidad de búsquedas de la expresión acertada y exacta a través de la expresión estética, que mantenga vivo el interés del lector y genere en él nuevas preguntas, porque es la incendiada pasión de los interrogantes la que renueva las palabras como recién nacidas a los ojos del mundo, transformando nuestra mirada sobre las cosas, haciéndonos avanzar en el conocimiento. Porque mirar, escribir, leer, vivir es al cabo transcurrir, transformarse.

Poesía

La defensa de la alegría me llevó inevitablemente a la poesía como pensamiento en libertad. Parto de entender la poesía como pensamiento encarnado en el tiempo, como percepción en sensibilidad que nos devuelve a la humildad, a la desposesión, a la incertidumbre en la limitación de nuestra condición humana. Esencial dinámica abriéndonos al sentimiento de lo fabuloso, de la asombrada mirada ante el universo.

Esa es la poesía que me interesa, la de la humildad que surge de nuestra fragilidad y que libra a la filosofía de la soberbia razón en la que parecía tan cómodamente instalada como gran diosa en su análisis del ser. Desde la naturaleza abierta de este vivir poético, concibo el ser en su inaprensible esencia de mutabilidad y discontinuidad en medio de los otros, desde la maravillosa indigencia de saberme nómada de mí misma, milenaria peregrina que balbucea en medio de espejismos. Metafísica poética asumiendo la luz y la noche que somos.

El pensador necesario sería por lo tanto, aquel caminante que alejado de las rutas señalizadas por la costumbre, explora otras rutas marginadas, soñadas, sabiendo que todo puede ser cuestionable en su relatividad, ¿Porque qué es sino interpretación temporal cuanto pensamos y creemos como conocimiento? Todo relativo, excepto esa enamorada, misericordiosa mirada hacia cuanto existe. Así el ser camina cual andamio de huesos y sueños, como humilde cuenco de tierra desde el que pensar el cielo y el corazón de los volcanes.

Estoy hablando del ejercicio de la sensibilidad en el acercamiento a todo tipo de fenomenología, que debe ser la base del pensamiento y la acción, que pretenda ya no analizar, sino aproximarse al misterio de la vida en cualquiera de sus manifestaciones. Me he propuesto en este pequeño texto, hablar de mi trabajo en las distintas disciplinas en las que se desarrolla: poesía, poesía visual, relato, obra gráfica, ilustración infantil, literatura infantil etc.

Comenzaré con la poesía, entendiendo ésta como percepción y pensamiento, como escritura, como concepto en evolución interrelacionado con la vida y otras ramas del conocimiento, como la filosofía, la ciencia o el arte. Dinámica en la que avanzar a través de los interrogantes en la traducción simbólica del mundo. Hablo en definitiva del lenguaje como metamorfosis, de la poesía como proyecto experimental, acción esencial de investigación en la expresión vital y estética, indisoluble de esa estancia simultánea del ser en sus tiempos múltiples.

Mi obra la percibo dentro de una poética que surge como consecuencia lógica de un pensamiento contemporáneo atónito ante una realidad que se escapa a su legibilidad, no solo en el campo literario, similares circunstancias se dan también en la filosofía, en el arte y la ciencia y la cultura en general etc. Poesía de la complejidad de nuestro tiempo, desde la perplejidad de la mirada para la que a veces la lectura del mundo tan solo es posible desde el balbuceo. El desierto entonces como morada, la identidad abierta como conciencia nómada, tránsito inmerso en la fragilidad, donde solo es posible el nombrar como nacimiento constante. El ser como metamorfosis poética, abierta ante lo ilegible de la narración. Respirar en la disidencia significará frecuentemente el exilio interior, exilio sí, pero también poderosa alegría para imaginar en libertad otras formas de mirar, para saltar como Alicia al otro lado del espejo y soñar otras realidades.

En medio del vértigo de los días de esta llamada modernidad, que no pocas veces recuerda a la barbarie, en medio de esta desmesurada prisa hacia ninguna parte, tan sólo puede darse lo poético desde el diálogo de nuestra existencia con la del resto de seres que pueblan el universo. El poeta es entonces el insomne, el párpado transparente, el que convive, sufre y goza con todos desenterrando el canto.

Ligada al concepto de lentitud está la preocupación en toda mi obra por la experimentación del tiempo, y esto que puede parecer a simple vista una obviedad no lo es en absoluto, vivir no significa obligadamente ser conscientes del tiempo, vivirlo intensamente.

Encuentro la expresión a través de una poética inquieta, interrogante, poética que busca precisamente detener la mirada sobre las cosas, leer pausadamente el mundo, acercarse al conocimiento como aproximación a cuanto respira en el universo. Humildad apasionada sentimiento o danza entre un tiempo exterior y un tiempo interior, alumbrados ambos por la sensibilidad y la curiosidad ante el hecho de la vida como prodigio.

Lentitud que en mi significa curiosidad y asombro ante todas las manifestaciones de la vida, experimentación en las formas de expresión, preocupación por dotar al propio lenguaje de significado También sentimiento de extranjería, un permanente sentirme lejos del centro, del orden de la ortodoxia en la lectura de las cosas, sobre todo extranjería como lugar a la intemperie.

Y en este camino la poesía es para mí indagación, acto de traducción simbólica. imagen, abstracción del instante, síntesis. Lectura de la existencia: indagar por ejemplo, que se esconde detrás de un sencillo lapicero, para descubrir tal vez un ciruelo de cuya madera se hizo, y junto a él el valle donde creció, y los insectos que vivieron en ese ciruelo y no en otro, los pájaros que se alimentaron de esas ciruelas… las multiplicadas formas del universo plasmadas como magistral ejemplo en los exquisitos y funcionales diseños de las semillas….Vuelvo una vez más a lo pequeño como reflejo del todo, quizás eso explique los géneros literarios que habitualmente trabajo; el poema breve, la microficción, la poesía visual… La vida es para mí una propuesta estética inseparable de la literatura o el universo de la creación, incompatible con toda forma de intolerancia o pensamiento único. Encuentro por otro lado que mi poesía no es en absoluto complaciente, todo lo contrario, encuentra su comodidad en una estética de la perturbación.

La Naturaleza está presente en toda mi obra, haber nacido en el País Vasco, me ha proporcionado un rico bagaje cultural de comunicación simbólica con lo natural, entendiendo éste no solo como generador y sustento de múltiples formas de vida sino también como fuente inagotable de observación de su prodigiosa dinámica vital. También como universo de narraciones y leyendas a través del cual les fue posible a nuestros antepasados traducir el mundo en el que vivían.

Pensábamos de niños que las montañas estaban ahí para la eternidad, que aquellos hermosos gigantes no morirían nunca, luego supimos que estábamos equivocados, las montañas también mueren como el más frágil de los hombres.

En otras ocasiones parto de un instante vivido como motivo que da lugar a la escritura, otra vez en relación con la Naturaleza, mi marido Ricardo y yo llevamos muchos años plantando árboles, en una ocasión en la que acudimos en invierno a una feria de Tolosa para comprarlos, y ya de regreso nos dirigíamos hacia el coche cargando cada uno con unos cuantos árboles dormidos, tuve la hermosa visión de verle caminar con aquellos árboles dormidos sobre el hombro, y de inmediato vino a mí la imagen del poema.

EL TIEMPO DE LAS PLANTACIONES

En invierno, al llegar el tiempo de las plantaciones, me gusta contemplar ese desfile de jardineros desarmados cruzando la ciudad, llevando sobre sus hombros, en lugar de fusiles, árboles dormidos. Esa imagen es para mí tan hermosa que vence toda la sinrazón de la barbarie en la que estamos, algo así, como asistir a la poderosa fragilidad de las raíces de la menta levantando las piedras.

Por otro lado el tema de la imaginación como herramienta esencial del pensamiento está presente en muchos de los poemas de “La Nieve en los Manzanos” . Lo simbólico como forma de pensar el presente, un tiempo vivido como creación.

DOS MARIPOSAS BLANCAS

Aquella noche la abuela trajo dos mariposas blancas y las colocó sobre los ojos del durmiente, más tarde, cuando tras la cabeza de la luna asomó frío el aullido del lobo, los sueños de aquel hombre que dormía bajo las mariposas nos ayudaron a crecer en la serenidad.

La imaginación está unida a la interrogación, me interesan las preguntas, creo firmemente en la curiosidad vital, intelectual como modo de avanzar en el conocimiento para no quedar estancados en la ignorancia de cegueras o certezas inamovibles, en ortodoxias rancias, que constantemente nos hablan de técnicas de momificación como catecismo a seguir. Por el contrario, el pensamiento entendido en sensibilidad, respira en la humilde conciencia de la fragilidad que somos, en el perenne asombro, asumiendo la relatividad de las interpretaciones, los límites de nuestra condición humana. Desde este tipo de percepción vital también la escritura es espejo de la escritura del universo. Todo forma parte de un sistema de analogías y semejanzas. Galaxias, océanos, desiertos…… En la tierra de la sensibilidad no crecen los héroes sanguinarios, aquellos para los que lo identitario es único dios, dios colérico al que ofrecer sacrificios, víctimas no creyentes, disidencia.

TODOS LOS TRAJES DE LA MUERTE

La vida es insoportable sobre las cenizas de las víctimas. No me hables de los héroes,

he visto todos los trajes de la muerte la sombra de la sangre derramada es siempre imborrable y única. Miro nuestra casa y solo veo fantasmas.

Quise finalizar el libro con un poema que en sí mismo tomando una vez más una imagen de la Naturaleza, plasmara ese camino equivocado de la imposición violenta de cualquier tipo de ideología.

NO DE ESTE MODO

No será desde luego hundiendo el tenedor en el corazón de las golondrinas como nos alimentaremos de libertad.

Encuentro en la trayectoria de mi poesía una búsqueda de esencialidad creciente que se plasma de un modo nítido a partir de este libro anteriormente citado “La Nieve en los manzanos” y más claramente aún en títulos posteriores como “Gunten Café” o Taxus Baccata.

“Taxus Baccata” (Editorial Hiperión, Madrid 2004) nombre botánico del Tejo. Acompaña a mis poemas en este libro la sutileza extrema de los dibujos de mi marido el escultor Ricardo Ugarte, dibujos expresamente creados para este libro y que parten de los perfiles de sus esculturas. El Tejo es un árbol de crecimiento lento, siempre me ha interesado el concepto de lentitud como forma de mirar, en contraposición a la prisa que embrutece nuestros ojos. La lentitud está para mí unida a la sensibilidad y a la profundidad en la relación con el otro, con los otros que no somos nosotros, pero con quienes habitamos -sean de nuestra misma especie o diferente – el universo conocido.

Porque también la libélula y la lagartija como el Quijote o Hamlet son páginas del libro prodigioso del universo.

Ese ritmo lento en la traducción del mundo construye en mi caso una poética silente y breve en sus formas concisas, como caja de resonancia de universos invisibles a nuestros ojos tan acostumbrados a la normativa roma de lo cotidiano. Poética que busca precisamente eso, detener el tiempo, para poder leer lo que en él vive, para poder sentir lo que en él respira.

Lentitud también para leer, para leer con calma y releer, reflexionar sobre lo que leo en estos tiempos en los que impera la inmediatez. Releo a menudo la obra de aquellos autores a quienes les tocó vivir “tiempos inciertos”, Albert Camus, Hanna Arendt, María Zambrano, Lorca, etc.” . En su palabra me cobijo y nutro de ánimo y resistencia.

Asistiendo a la barbarie cotidiana, el instante tiene la turbulenta /inseguridad de la inestable y amenazador. /En mi inexperiencia del horror futuro, me reconforta pensar que /también a mis antepasados les tocó vivir un tiempo semejante./ En su recuerdo me fortalezco. La Historia como ser circular,/el presente como resistencia poética en la repetición.

Como ya he dicho la brevedad rige todos los poemas de este libro, en el que a modo de diario se encuentran reflexiones metaliterarias y existenciales, sobre el propio yo narrador, y el tiempo exterior que le rodea.

La constante interrogación del desarraigo, del extrañamiento del ser en el mundo.

Sólo después de la fiebre y el dolor de las preguntas sin respuesta, se puede hallar la serenidad en el total desvalimiento. Desde la humildad de la ignorancia, el misterio del ser se convierte entonces en cobijo.

Como escritora me siento cosida, unida a mi tiempo y como tal narro el mundo a través de mi obra. Personalmente considero la literatura como espacio para la investigación estética y aportación a la sociedad, por tanto frente a aquellos que niegan a la literatura, a la poesía la capacidad de transformación del mundo, yo reivindico para éstas la posibilidad de ofrecer al lector herramientas para la interrogación y el análisis de cuanto le rodea, confirmando con ello la capacidad de la literatura y el arte de humanizar el tiempo mediante la única revolución que a estas alturas de la Historia interesa, la de la percepción en sensibilidad.

Experimentar el tiempo, todo tiempo, incluso el de la actividad alejada de la literatura, como meditación, como lectura reposada del mundo. Consciencia del ser desde un ritmo lento. El Tiempo como creación.

Un poema no es un trozo de madera, no tiene porqué plegarse a medir 7 x 3 centímetros sobre el folio. Hay magníficos poemas de una sola línea, de una sola palabra o de ninguna, como la imagen de un niño en medio de la tormenta junto a la orilla de un río embravecido arrojando pedacitos de pan bendito a las aguas para calmarlas.

Otro tema esencial en mi poesía es la conciencia de extranjería, extranjería como espacio extramuros donde germinan las preguntas a la intemperie, lugar sin limites alejado de la cerrada ortodoxia del centro.

El secreto de la poesía pertenece más al náufrago que al navegante.

Raíces aéreas de una identidad espiritual entendida como apertura de integración con lo diferente, la respiración de la creación ha de darse precisamente ahí, en la desposesión de certezas férreas que inmovilizan el pensamiento enterrando un horizonte de necesaria evolución y crítica. Ahí, fuera de la seguridad y el cobijo de las murallas de la costumbre, de lo codificado de antemano. Obviamente este tipo de interrogación poética unida a la libertad de pensamiento que me interesa, se encuentra a menudo en el descampado de los herejes, de los apestados.

Permanecer en la inquietud, permanecer en la inquietud, no quiero ser sorprendida. Apaciento mi sombra en los lugares más inseguros del pensamiento. Oigo crecer mi osamenta cada día, mi infancia no ha terminado.

Sin embargo, esos márgenes equivalentes en algunos casos a un exilio interior, son los únicos posibles para la investigación literaria, para una voluntad no solo estética también ética en la narración de las cosas . La poesía es también indagación en lo desconocido, acto de traducción, dinámica de imágenes, abstracción del instante, síntesis simbólica.

Ante el caótico ruido del mundo, siento la necesidad de centrarme en lo leve,

lo sutil, lo aparentemente insignificante, aquello que no brilla y no es voceado por lo vendedores al uso. La poesía de lo invisible.

De todo lo anteriormente expuesto cabría deducir que el sentido de toda existencia, de todo lenguaje, en este caso el del pensamiento poético no está en el cumplimiento de las reglas de una identidad inmóvil, si no en la imaginación de la búsqueda, en la incendiada pasión de las preguntas que renuevan las palabras como recién nacidas a los ojos del mundo. Porque mirar, escribir, leer, vivir es al cabo transcurrir, transformarse.

Somos el cuerpo cambiante de la palabra, generada por nuestra mirada, que a su vez es transformada por el tiempo. La metamorfosis es el lenguaje del universo. La creación se da en el tiempo como indagación y expresión de significado, en un intento ontológico de instauración de espacios estéticos de claridad frente a la opacidad del mundo. Las palabras dormidas en el silencio esperan su resurrección a través de nuestras interrogantes. La mágica fascinación de las palabras. Perder el lenguaje para hallarlo. La pasión por la interpretación, por la traducción de cuanto sucede a nuestro alrededor, está en el ir y venir del pasado al presente, y del presente al pasado, en constante tránsito, en el imaginario de la búsqueda. La poesía no busca la descripción exacta de las cosas, tan solo aproximarse a ellas, fundirse con ellas en su recreación, lectura múltiple del mundo desde la que surge como camino la creación, lejos de la ortodoxia, lejos de todo dogma que inmovilizaría el pensamiento acabando con la libertad.

Porque en definitiva, humildemente la literatura, la escritura, no es otra cosa como dice Michel Leiris, “que hacer coincidir el mundo desnudo y escandaloso del pájaro caído del nido, con el mundo mágico de las aventuras del lenguaje”.

Narrativa breve – Relatos-microrrelatos

Esta apertura del ser poético como dinámica de pensamiento, esa identidad móvil íntimamente ligada con el sentimiento de lo fabuloso es la que se respira también dentro de mis relatos, como un modo lúdico de concebirlo todo. Entendiendo el universo de lo fabuloso no sólo como universo de escritura sino también como percepción vital de la existencia., en esa consciencia de estar inmersos continuamente en lo maravilloso, en un mundo de prodigios y misterios. Ese respirar el enigma que nos coloca siempre en el camino cabalgando el asombro.

De este modo, el pensamiento poético forma parte para mí del universo de lo fabuloso, de lo mágico, de lo lúdico. Esta necesidad del juego y del asombro como camino de indagación y conocimiento ha estado siempre muy presente en el Arte y la Literatura. .

Pensar poético que da lugar al juego como rito y ceremonia que encontramos en las raíces de la Humanidad y en el comienzo de toda cultura: en los mitos y filosofías babilónicas, hindúes, griegas, egipcias, chinas etc. Es esencial en cualquier tipo de pensamiento o actividad humanizadora y, por tanto, estoy convencida que excluir el juego en el análisis de las diferentes experiencias de la existencia, elimina la posibilidad de entender de un modo dinámico e integrador todos los niveles conscientes e inconscientes que forman la esencia del ser humano.

Yo he percibido siempre cuanto me rodeaba como un enigma, dentro del cual advertía fenómenos que las leyes de la lógica no eran capaces de explicar. Frecuentemente, la frontera entre la realidad y lo fantástico se diluye. Hay siempre una circunstancia misteriosa que escapa por las rendijas de lo cotidiano, rendijas a las que solo la imaginación puede asomarse desde el asombro para recrear una interpretación que siempre abrirá la puerta a otra interpretación.

Dentro de esas coordenadas de lo fabuloso, frecuentemente, mis relatos se sitúan dentro de la alegoría, del surrealismo, de lo simbólico etc. ya que, siendo la esencia de lo simbólico por su misma definición intemporal y universal, resulta una estructura válida para dar cuenta del presente, tiempo actual en el que se vuelven a repetir todas aquellas circunstancias que se han venido dando en nuestro planeta a lo largo de los siglos concernientes a nuestra condición humana.

Este modo no lineal de traducción del mundo es propio de la literatura fantástica dentro de la cual puede encontrarse gran parte de mi obra, como ejemplo explicativo de este tipo de escritura voy a emprender un pequeño viaje hacia la mitología griega de la mano de Italo Calvino y su libro Seis propuestas para el próximo Milenio en el que habla de esa dificultad de la escritura que tantas veces yo también he sentido para traducir la opacidad, la ilegibilidad del mundo.

Petrificada la realidad ante el escritor, acude en su ayuda la imagen de la escena mitológica de la Medusa y el héroe alado Perseo. En ella la Medusa petrifica a cuantos la miran directamente, así que Perseo no la mirará directamente, tan sólo lo hará a través del reflejo de su imagen cautiva en su escudo.

Esta estrategia de la imaginación dibuja claramente la identidad móvil, ágil de Perseo, que vuela con sus sandalias aladas y que será el único capaz de cortarle la cabeza a la Medusa. Encuentro en esa imagen mitológica la alegoría de la relación del poeta narrador con el mundo. En el origen de toda percepción fabulosa, la poesía, la traducción no directa de la realidad, el viaje de las imágenes hacia el significado.

Considero que la alegoría puede ser una magnífica alternativa de pensar la filosofía de nuestros días. Estética del fragmento que es capaz de conectar con la totalidad y la realidad de lo concreto. Filosofía de la imagen dialéctica, asociativa, en donde las circunstancias, la actualidad son el punto de partida para narrar y pensar el presente.

Por medio de la imaginación el hombre vuela sobre sí mismo y sus limitaciones, y esa imaginación origen de lo fabuloso, no es sólo un modo de conocimiento sino también la facultad de expresar ese conocimiento a través de los símbolos. Poesía y filosofía culminan en el mito, en el símbolo, la alegoría y la metáfora.

Pero lo fabuloso no se encuentra solo en los libros, sino que como ya he dicho anteriormente forma parte de lo que habitualmente conocemos como cotidiano. Habitualmente respiramos inmersos en el prodigio sin tener conciencia de ello. Tan sólo deteniendo nuestra atención en disciplinas tales como la botánica, la fisiología, la geología, la biología, o la astronomía, surgen antes nuestros ojos tal multiplicidad de impresionantes universos, que se diría somos extremadamente limitados al encerrar dentro de la literatura la existencia de lo fantástico, ignorando que, para los ojos de la sensibilidad y el asombro, para los ojos del poeta, la vida con sus luces y sombras es la más fabulosa de las narraciones posibles.

Como autora de microrrelatos, frecuentemente suelen preguntarme el motivo de mi elección del género breve como forma narrativa para mis relatos, en realidad no fue tanto elección sino hallazgo, un buen día descubrí que el poema iba transformándose en otro paisaje en el que aparecían figuras, voces que tenían historias que contar, el resultado fue que el poema dio paso a la narración, pero sin abandonar aquellas herramientas de concisión y brevedad propias de las imágenes poéticas.

Siempre me ha interesado la síntesis del lenguaje como herramienta esencial en la precisión de lo narrado, es algo que tiene mucho que ver con el concepto de intensidad expresiva muy cercano a la abstracción poética. Huyo de toda retórica, me preocupa potenciar al máximo la expresión mediante una austeridad de medios que eleve la tensión en el interior de la narración. Como creación me apasiona toda forma de hiperbrevedad narrativa o discursiva en cualquier dimensión literaria: microrrelatos, aforismos, prosas poéticas mínimas etc. encuentro en todas esas variantes una valiosa identidad literaria transfronteriza, abierta a infinitas posibilidades combinatorias.

Hay en toda mi obra una mirada perpleja ante el mundo, un profundo escepticismo a veces irónico, otras inquietante ante lo ilegible del acontecer humano. La escritura como respuesta simbólica al laberinto. Encuentro en este modo de narrar que algunos estudiosos denominan literatura surrealista o del absurdo, el mejor medio para traducir cuanto ocurre a mi alrededor.

Se encuentran siempre en mis relatos una serie de ingredientes fieles: el juego con las apariencias y el propio lenguaje, la inclusión de lo inquietante como parte de la normalidad, el factor sorpresa, la ironía, el humor como cuestionamiento del orden lineal con el que a veces aparece disecada la vida. Universo narrativo entre la melancolía y el humorismo, entendiendo la melancolía como tristeza que se aligera, y el humor como trasgresión y crítica a través de las distintas escenografías alegóricas.

Poesía visual

Desde hace años mi trabajo como escritora ha ido paralelo al de mi obra gráfica, especialmente en el campo de la poesía visual y la fotografía. Frecuentemente llego a la realización de cada obra con austeridad de medios, los ensamblajes poéticos parten de objetos cotidianos encontrados con facilidad en nuestro entorno: sacacorchos, cascanueces, etc. Para mí resulta muy interesante trabajar con materiales sencillos, reciclados, mínimos en cuanto a su valoración comercial de uso en la sociedad. Esta es mi personal apuesta por esa poética de lo invisible, por esa belleza de las cosas aparentemente más insignificantes, que pasa desapercibida ante nuestros ojos tan llenos de prisa. Me interesa este tipo de creación como posibilidad estética al margen del desorbitado consumo extendido en nuestras sociedades modernas.

En mi trabajo, tanto el poema objeto como la fotografía, parten de la percepción poética de la realidad como universo susceptible de fabulación, como forma de narración múltiple del mundo, que persigue conferir a lo contemplado otra representación, otro significado ante nuestros ojos. Significado en mi caso, crítico con la barbarie y deshumanización de nuestro tiempo.

Cuantas veces me preguntan por la definición de mis poemas visuales, acostumbro a responder que el poema objeto es ese lenguaje visual de la brevedad, conciso y rotundo cual microrrelato visual, conseguido en mi caso por medios infográficos y fotográficos, que potencia al máximo la expresividad de significado, mediante una correspondencia lúdica e

irónica de analogías y yuxtaposiciones inesperadas, que colocan al lector de las imágenes ante una nueva representación simbólica basada en un tipo de pensamiento asociativo e iconoclasta en la traducción del mundo.

Por otro lado en la panorámica del Arte Actual no hay una definición concreta para la poesía visual, experimental, ya que ésta puede participar a un mismo tiempo de múltiples disciplinas artísticas interrelacionadas, en un poema visual puede haber fotografía, pintura, letrismo, música etc., puede ser incluso una pequeña instalación, un video etc., la definición actual de poesía visual o experimental seria la “no definición”, un campo de investigación y expresión tranfronterizo, un laboratorio abierto a ilimitadas intervenciones y expresiones estéticas. Como creadora no creo demasiado en las definiciones cerradas de los géneros literarios o artísticos, me interesa esencialmente el proyecto experimental de la investigación, de la expresión estética. la calidad de su resultado final, las posibilidades combinatorias en sus estructuras formales, la diversidad de puntos de miras sobre las cosas abierta a todas las preguntas, a todas las investigaciones, a todos los caminos.

Desde que los egipcios comenzaron con sus epigramas, los primeros poemas experimentales de la Humanidad, ha evolucionado rápidamente, hoy se trata de que la realidad poética del siglo XXI responda a las inquietudes y a las interrogantes de los artistas contemporáneos. Considero que esa es la función de toda Estética, sea cual sea su herramienta de expresión formal, responder a las propias preguntas del autor y por ende a las interrogaciones y necesidades de su tiempo.                     

Y dentro de esa evolución, ya en el terreno de la poesía visual, del amplio universo de sus manifestaciones, me sigue interesando como línea de investigación y creación todo lo referente al constructivismo ruso en todas sus vertientes, al dadaísmo, al surrealismo, al expresionismo, al minimalismo como posibilidad dentro de una extensa multiplicidad de resoluciones conceptuales, las performances, las instalaciones, los poemas objetos, es decir, la poesía experimental en todas sus manifestaciones que en nuestros días son prácticamente ilimitadas como conjunto de disciplinas estéticas interrelacionadas.

Digamos por tanto que tanto mi obra literaria: poemas, relatos etc., como mi obra gráfica, participan de una misma raíz estética dentro de mi proyecto creativo. Sucede únicamente dentro de ese proceso formal y conceptual hay un tiempo en que la expresión precisa ser escrita y otro plasmarse mediante el color, la luz, la imagen o el objeto poético.

 

Julia Otxoa
San Sebastián 31 de mayo de 2024

 

Julia Otxoa (España, 1953). Escritora y artista visual. Su obra, con más de treinta títulos publicados en poesía y narrativa, ha sido traduci ... LEER MÁS DEL AUTOR