Juana Bignozzi

Le entrego mi nombre a la vida que sube

 

 

 

PAISAJE EN HOMENAJE A MIS JÓVENES AMIGOS

ahora que sigue aquí la dulzura de la noche de mayo
la fiesta del restaurante el regreso de día
ahora que siguen aquí las hojas de octubre en la calle
pueyrredón
y ya no está mi juventud ni las casas cercanas
que fueron la fiesta de esa juventud
en la que comía con mi primer editor en la casita holandesa
pura arqueología urbana y él me dedicaba los libros en nombre de su perro
me mandaba orquídeas a Galatea
le regalaba a mi padre un disco de La Traviata
y las hermosas actrices que no me dejan visitar en su panteón
escribían novelas se enamoraban de seráficos y se quitaban los pechos
para seducirlos
ahora que la vida aún no me ha quitado la gloria de la noche
la gloria del amanecer
y me ha preservado por un instante la derrota de la edad
ahora que todavía puedo estar cerca de ustedes
que miran otro paisaje
temo que también otro horizonte
¿siguen allí las hojas de octubre en la calle pueyrredón?
oque no se usan
palabras que no se dicen
el techo de los símbolos ha bajado hasta la piedad
de no preguntar por el reencuentro
algún insensato habla del gran proyecto
sentado en una prestigiosa thonet desfondada

 

 

PLAZA CONGRESO

I

atravieso plaza congreso para ir a comer
a casa de mis amigos
si aún quedara un anarquista como mi tío
y tuviéramos a mano un archiduque
o aunque fuera un enano militar de África
pero no hay colonias y menos bombas
las montañas están a 2.000 kilómetros
y yo soy poco más que una mujer
en batalla con el silencio y con las versiones de los exiliados
que sólo logra sostener algunas guerras privadas

II

me despido de dos jóvenes poetas
que cruzan la plaza al amanecer
y en mi escenario de juventud
me regalan un Hockney invadido por la bruma

III

puedo seguir cruzando esta plaza con el molino cerrado
puedo ir a encontrarme
en la esquina de la que era mi casa con la que era mi amiga
para que me explique corruptelas municipales que ella llama sindicalismo
puedo soportar que en la puerta por donde entraron los amigos
a nuestras fiestas y a nuestro casamiento
haya un guardia de seguridad
y en mi confitería en vez de un san martín
sirvan bife de chorizo a buen precio
hasta convertirme en un grabado fin de siècle
y sin ser columna estar de pie en medio de las ruinas

 

 

ESTAMBUL/BUENOS AIRES
PLACE NATION/?

los colonizadores conservan sus escenarios
y los caminos entre el nacimiento y la muerte
la ruina que fue la casa de André Chenier
permanece entre sus esquinas iguales a las de Marais
sus edificios decaen
pero sus iglesias siguen siendo de los extranjeros
los nativos convierten sus escuelas de sectas en museos
donde la madera lustrosa del suelo
guarda el territorio de los pies fantasmas
para mantener el sueño de una ilustración ajena
pero ni una palabra han podido crear
para el anacronismo de un edificio que nadie comprende
tres siglos después su barrio invadido obliga a los recién llegados
a llamarlo barrio francés

la huella del amo es una impronta histórica
pero ese desamparo de carreteras intercontinentales
céspedes que nadie conoció asfalto de apuro
sobre las viejas zanjas y luces de autopista
sólo crea un paisaje sin memoria
donde una mujer vestida como soñaba vestirse de jovencita
sabe
que le han condenado a ver sólo lo que ella ve
y algunos viejos amigos que tomaron un café con su madre
en los veranos donde el mundo eran las playas
y el agua helada de los lagos
o los fines de semana en un sueño de sures
nadie volverá a ver el paisaje del que procede
pero André Chenier reconocería su casa
como la pensó por última vez en Place Nation
sabiendo que le confiaba su eternidad

 

 

LA POESÍA NECESITA SILENCIO LITERARIO

lo he buscado en destinos de soledad
de soledad en la miseria en el bienestar
en la intimidad de la cocina
de pie con una taza a primera hora del día
en la desolación del espejo del baño
en el escenario soñado del mito
el silencio de esas noches de verano en Florencia
en vía lamarmora después de un concierto entre bambini in fasce
en el goce de Del Castagno
en la extranjería
desde el patio de los jenízaros hasta Santa Sofía
entre tanto imperio y esmeraldas
siempre el camino de la sangre
o entre los floripondios de Vaux le Vicomte
no valen la gloria del arte a sensibilidad y sus alegrías
un reconocimiento no buscado no esperado
he perdido el silencio
en mi forma de vida debo combinar estos colores
ponerme un poco de colorete y llevar medias
si la estación lo indica
como si no

porque en cualquier esquina cruzaré un testigo
y por mí y por ellos
porque hay un rumor que cruza y vuelve unos nombres fotos
y algunos recuerdos de fiestas con hormigas en las masas
en la ventana de un hotel melancólico y novios
con los que se tropezaba en la madrugada
y tantos papelones y belleza en aquellas décadas
que aunque me rodean sus esquelas funerarias
y mucha distancia doméstica con algunos
todos sabrán si tenía mala cara al bajar a la calle

comprar una lechuga se ha convertido para mí
en una representación histórica

 

 

LE ENTREGO MI NOMBRE A LA VIDA QUE SUBE

Detrás de estos juegos de inteligencia
detrás de nosotros, que estamos en lo que podemos,
que sólo manejamos vasos al borde de la lluvia
vinos amicales,
fosforescencias del mar tienen su nombre,
que yo sólo puedo decir a través de ojos lánguidos,
sonrisas tristes mi amor devastado.
Tan pobres que éramos,
y ahora los que vienen de Cuba, los que van hacia Cuba,
entran en mi lenta ternura de mujer que vive junto a un río
hacen insoportable nuestra miseria.

 

 

VELEIDADES CON NIÑOS CONOCIDOS

Yo me esfuerzo por enseñarle a los niños que me rodean
que antes de abrir una puerta hay que decir permiso;
ellos miran a sus mujeres y piensan que soy una arpía,
los más benévolos dicen es una mujer con veleidades,
y como les han dicho que los hombres inteligentes ríen en voz baja,
los imitan en forma lamentable.
En los costados del camino los caballos sólo comen las flores azules
yo quisiera llevar a los niños que me rodean
para que empezaran a aprender algo sobre el buen gusto,
los caballos son grandes maestros.
Pero ellos prefieren la filosofía y morirán sin entender
vestidos de niños con mediecitas blancas
y con todas las crueldades absolutas de los niños.
La gente con veleidades que no creemos en los pecados
del precio, la venta o la entrega
los miramos jugar con sus barriletes
y nos ofrecemos tranquilamente
para que nos claven en el cuerpo flechas de colores primarios.

 

 

SOY UNA MUJER SIN PROBLEMAS

Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.

 

 

Juana Bignozzi Nació en Buenos Aires, Argentina, 1937. Residió en España entre 1974 y 2004. Con Juan Gelman integró el grupo El pan duro. Ha p ... LEER MÁS DEL AUTOR