Juan Gelman

Lamento por la muerte de Parsifal Hoolig

 

 

 

 

LAMENTO POR LA MUERTE DE PARSIFAL HOOLIG

empezó a llover vacas
y en vista de la situación reinante en el país
los estudiantes de agronomía sembraron desconcierto
los profesores de ingeniería proclamaron su virginidad
los bedeles de filosofía aceitaron las grampas de la razón intelectual
los maestros de matemáticas verificaron llorando el dos más dos
los alumnos de lenguaje inventaron buenas malas palabras
esto ocurrió al mismo tiempo
un oleaje de nostalgia invadía las camas del país
y las parejas entre sí se miraban como desconocidos
y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres
y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines
y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás
y a Dios lo encontraron muerto varias veces
y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos
y las viejas lanzaban exclamaciones
y sentían puntadas en la memoria o el olvido según
y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac
y a un hombre lo encontraron muerto varias veces

junto a un viernes de carnaval arrancado del carnaval
bajo una invasión de insultos otoñales
o sobre elefantes azules parados en la mejilla de Mr. Hollow
o alrededor de alondras en dulce desafío vocal con el verano
encontraron muerto a ese hombre
con las manos abiertamente grises
y las caderas desordenadas por los sucesos de Chicago
un resto de viento en la garganta
25 centavos de dólar en el bolsillo y su águila quieta
con las plumas mojadas por la lluvia infernal

¡ah queridos!
¡esa lluvia llovió años y años sobre el pavimento de Hereby Street
sin borrar la más mínima huella de lo acontecido!
¡sin mojar ninguna de las humillaciones ni uno solo de los miedos
de ese hombre con las caderas revueltas tiradas en la calle
tarde para que sus terrores puedan mezclarse con el agua y pudrirse y terminar!

así murió parsifal hoolig
cerró los ojos silenciosos
conservó la costumbre de no protestar
fue un difunto valiente
y aunque no tuvo necrológica en el New York Times ni el Chicago Tribune se ocupó de él
no se quejó cuando lo recogieron en un camión del servicio municipal
a él y a su aspecto melancólico
y si alguno supone que esto es triste
si alguno va a pararse a decir que esto es triste
sepa que esto es exactamente lo que pasó
que ninguna otra cosa pasó sino esto
bajo este cielo o bóveda celeste

 

 

 

LAMENTO POR EL ARBOLITO DE PHILIP

philip se sacó la camisa servil
llena de tardes de oficina y sonrisas al jefe
y asesinatos de su niño románticamente hablando
su niño operado cortado trasplantado injertado
de bucólicas primaveras y Ginger Street volando alto verdadera
en la tarde de agosto gris

se quedó en pecho philip y cuando
se quedó en pecho hizo el recuento feliz de cuando:
le sacó la lengua al maestro (a espaldas del maestro)
le hizo la higa a la patria potestad (a espaldas de la patria potestad)
formó cuernitos con la mano contra toda invasión maternal (a espaldas
de toda invasión maternal)
se burló del ejército la iglesia (a espaldas del ejército la iglesia)
en general de cuando
ejerció su rebelde corazón (dentro de lo posible)
fortificó sus entretelas acostumbradas al vuelo (siempre que el tiempo lo permita)
engañó a su mujer (con permiso)
philip era glorioso en esas noches de whisky y hasta vino
exóticamente consumido con referencias a la costa del sol
una palabra encantadora lo retenía semanas y semanas a su alrededor
sol por ejemplo
o sol digamos o la palabra sol
como si philip buscara lejos de la sociedad industrial
fuentes de luz fuentes de sombra fuentes

qué coraje hablar del sol

como suele ocurrir philip murió
una tarde lenta amarilla buena callada en los tejados
no hablaremos de cómo lo lloró su mujer (a sus espaldas)
o el ejército la iglesia ( a sus espaldas
o el mundo en particular y en general súbitamente de espaldas:
su viuda le plantó un arbolito sobre la tumba en Cincinnati
que creció bendecido por los jugos del cielo
y también se curvó

y si alguien piensa que lo triste es la vida de philip
fíjese en el arbolito le ruego
fíjese en el arbolito por favor

hay varias formas de ser mejor dicho
muchas formas de ser:
llamarse Hughes
hablar arameo mojarlo con té
estallar contra la tristeza del mundo
pero a ustedes les pido que se fijen
en el curvado arbolito tiernamente inclinado sobre philip
su pecho en pena en piel como se dice

ni un pajarito nunca
cantó o lloró sobre ese árbol
verde todo inclinado
inclinado

 

 

 

LAMENTO POR GALLAGHER BENTHAM

cuando gallagher bentham murió
se produjo un curioso fenómeno:
a las vecinas les creció el odio como si hubiera aumentado la papa
feroces y rapaces comenzaron a insultar su memoria
como si el deber obligación o tarea de gallagher bentham
fuera ser inmortal

siendo que él se preocupaba cuidadosamente
de vivir imperfecto a fin de no irritar a los dioses
jamás se cuidó de ser bueno sin ganas
pecó y gozó como los mil diablos
que sin duda lo habitaban de noche
y lo obligaban a escribir versos sacrílegos
en perjuicio de su alma

así
creció famoso por su desparpajo y sus caricias
“ahí va gallagher bentham el desgraciado malparido”                                                                                                          decían las vecinas a sus hijos y lo mostraban con el dedo
pero de noche soñaban con él
de noche una extraña nube o mano o seda
se les metía en la garganta soñando con él
¡ah gallagher bentham gran padre!
pueblos enteros habría fundado con sus hijos
de haberlos querido tener
de no haber sido por los versos
que no piden de comer y es de lo poco que tiene a favor

de modo que murió nomás y la gente
desconcertada por la falta de ejemplo del mal ejemplo
o con la sensación de haber perdido algo de su libertad
designó representantes que entrevistaron a gallagher bentham
y por más preguntas que le hicieron
sólo escucharon el ruido de las abejas de su cuerpo
como si estuvieran haciendo miel
o más versos en otra cosa siempre

es difícil saber porqué el vecindario de Spoker Hill llegó a odiarlo así
lo descuartizaron una mañana de otoño para alegría de los chicos
no hubo más nubes en garganta de mujer
ni desquites feroces en la cama con marido extrañado
o hasta sueños de las más delicadas que llenan la noche
y hacían girar al viento y llover

todos los arbolitos de Spoker Hill se secaron
menos el tábano real que volaba y volaba
alrededor de gallagher bentham o sus últimas mieles

 

 

 

LAMENTO POR LOS OJOS DE VERNON VRIES

todas las palomas de la tarde perseguían a vernon vries y era maravilloso
verlo huir de tanta crueldad o blancor
peor él creía hacer esfuerzos para volar con ellas
y en realidad hacía esfuerzos para volar con ellas pobrecitas

“¡oh vernon! verdadero de arriba verdadero de abajo poco hay en el mundo”
decía al escapar o volar y sus ojos manchados por la dura contemplación
no vivían en paz perpetuamente hechos y deshechos
vivían mal o tristes o encontrando pobreza

se supo que los ojos de vernon vries vivían así:
adorando pájaros ríos cataratas el océano extenso
las lluvias los calores las amadas que giran por el aire
esos ojos se encerraban a veces en el baño para llorar

“ah” decían “si árboles fuéramos”

peor eso se supo después
las palomas reventaron los ojos de vernon vries una tarde
y vieron las raíces que bajaban a tierra
y también las comieron gozosas por todo lo que vuela

hay palomas que brillan al sol
cuando piensan en vernon vries como hojitas les salen del pico
peor a él se lo llevaron los tábanos
y estaba como rojo de miel

fue de ver los aplausos que hubieron
cuando los ojos de vernon vries se alejaron
como fuegos sin ruido apagándose
en fantástico vuelo orbital

 

 

 

LAMENTO POR EL CIRUELO DE CAB CUNNINGHAM

cab cunningham tenía cincuenta años y un ciruelo
cuando descubrió la maldad
los ojos se le pusieron verdes la boca gris y azul alternativamente
daba señales como al empezar el día

eso no es todo:
del vientre le empezaron a subir vientos que lo hacían volar
y girar alrededor del planeta y de su casa
como un alma maldita o en pena que trabajara a todo tren

¡oh! cab cunningham no se hacía ninguna ilusión
con lágrimas secas regaba el ciruelo
que florecía de espaldas al asunto
peleando con los pájaros que lo venían a romper

eso daba música que cab cunningham escuchaba a la tarde a modo de consuelo
entre ciruelo y pájaros había una especie de tratado o misión
y prolongaban temores ruidos
miedos luchas elecciones furias

“¡oh cab!” solía decir cab
“he aquí que las casualidades que organizan tu cuerpo
son como los monos santos de Panini
caprichosos y verdaderos tristes

decía cab cunningham y más
“oh carbono y nitrógeno detenidos por mí” decía
“¿oro serán ahora que termine? ¿adónde irán ustedes huesos
o carne sangre ojo perfil dientes que era?”

nunca se supo adónde fueron o
qué fue de la congoja de cab cunningham los viernes por la tarde
cuando era hermoso y parecía encenderse
bajo el cielo imparcial

pero se supo lo siguiente:
toda la biología atada por cab cunningham
crepitó libre cuando murió
y ahí el ciruelo se detuvo
nunca más trabajó con los pájaros
nunca más hizo ruido, ciruelito

 

 

De Poemas de Sydney West, 1969

Juan Gelman (Argentina, 1930 - México, 2014). Poeta y periodista. Sale al exilio en 1976, fijando en México su residencia definitiva. Entre sus libros ... LEER MÁS DEL AUTOR