Juan Gabriel Vásquez

Cuaderno de septiembre

 

 

 

 

 

Ven conmigo, mujer que me acompañas,

déjame que te llame con las voces

de todos los que a veces hemos sido.

Baja las escaleras de la noche,

despójate de tus cansadas ropas

y tócame la espalda como un ave,

señal de que empecemos. Es septiembre

en mi vientre enervado y memorioso,

y en las calles de la ciudad incógnita

somos una vez más recién llegados.

Ven conmigo, mujer sin abalorios,

quiero invitarte a trajinar el aire

según el método que ya es el nuestro

después de tantos años de comienzos.

Así hemos navegado otros lugares:

en este oficio de la extranjería

ya somos para siempre veteranos.

 

Salgamos a invadir estas aceras,

descalzos inventores de murmullos,

animales de paso, piel furtiva

alerta a las traiciones de la noche,

los párpados temblando como anuncios

de neón en los techos de la cuadra.

Nadie nos espera en ninguna calle,

ni hay bocas en el túnel que nos muerdan

los pasos despoblados, pero es cierto:

nos han seguido como sigue el tiempo

a los enfermos. (No es de sorprenderse,

porque la enfermedad sale de noche).

¿No sientes que nos miran? Yo lo siento.

Lancemos una sonda a la tristeza,

juguémonos la vida por un rato,

y que alguien pase a recoger los restos.

Los dioses derrotados ya se han ido.

En cambio tú, mujer, sigues conmigo:

cuidándome, celosa centinela,

con la grave fiereza de un suicida.

 

Permite que esta noche me refugie

en los cóncavos puertos de tus brazos,

orgulloso de miedo y de deseo,

o al menos que recuerde ese escondite

y me pierda contigo horas enteras

en la selva de los otros infernales,

sintiendo en los zapatos el asfalto

y en el brazo tu roce de metrónomo.

 

 

 

 

Cuando eso pase

 

Cuando haya comenzado la guerra que nos busca

desde hace tanto tiempo, cuando haya comenzado

 

la inquina de la fiebre, cuando los odios cándidos

nos consuman los miembros como la terca lepra,

 

cuando nos den alcance los rápidos rencores

y los resentimientos, cuando nos den alcance

 

el hambre y los dolores en el vientre profundo,

y hayan muerto los versos de los poetas muertos,

 

y sepan los alféizares el nombre del suicida,

y no haya nadie en las calles, como en una pandemia,

 

y los viejos recuerden las pandemias de antaño

y les parezca triste que los niños no tosan,

 

entonces buscaré mi refugio en tu memoria,

y cortaré los cantos de las voces queridas

y pediré a mis hijas que cuenten nuestra historia.

 

 

 

 

Secreto

 

Yo no soy el que guarda la llave de tu frente

ni el esforzado intérprete de tu larga música,

ni sé corresponderte cuando vienes de noche

y encuentras en mi cuerpo cansado una atalaya.

No subas a mi cuerpo tratando de ver lejos.

La noche no está clara y en la ciudad se han muerto

las mascotas de los otros, de hambre y de tristeza.

Yo no soy el que guarda la llave de tu frente

ni soy el alfabeto perdido de los vándalos

que asolan tu piel blanca con su grito de guerra.

No quiero rescatarte ni ser el que protege

los frágiles secretos cuando tu voz delira.

Aunque sea más difícil, quiero ser el delirio:

quiero ser el secreto de tu frente cerrada.

 

 

 

 

Contar el pasado

 

El pasado es un barrio peligroso:

en sus calles se quiebra el pavimento,

se funde el alumbrado con frecuencia,

pasan siluetas y quieren robarnos

el teléfono móvil y la calma,

pero de alguna forma hay que llegar

a la casa donde nos esperamos.

Te propongo, la mano sobre el léxico

de nuestras alegrías y desdichas,

que salgamos con las primeras luces.

Llueven las culpas, soplan las mentiras,

y en la calle ladina un perro ciego

rasga el cielo con gritos diamantinos.

Empieza a hablar, mujer, que yo te escucho.

 

 

 

 

El huésped

 

Te preguntaba tarde la otra noche

de dónde brotan las violencias del mundo

y tú abriste tus ojos de faro en reposo

y me invitaste a hospedarme en tu silencio.

 

Hay tantas cosas, amor, que no he entendido,

pero tu hospitalidad no es una de ellas.

 

 

 

 

 

-Juan Gabriel Vásquez
Cuaderno de septiembre
Colección Visor de Poesía
España, 2022

 

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Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973). Es uno de los escritores latinoamericanos más importantes de su generación. Entre sus novelas destacan El ruido de la ... LEER MÁS DEL AUTOR