(Dobríni, 1891 – Praga, 1945) fue uno de los poetas checos más destacados de la primera mitad del Siglo XX. “Magnus Parens de la poesía de posguerra” –como lo llamó Seifert (1981)- desarrolló un estilo intenso y prosaico. Aun cuando es posible apreciar su obra como un eslabón entre el modernismo checo de pre-guerra y la intempestiva belleza del Poetismo, la poética de Hora disloca las articulaciones a la estética de su tiempo, para imponerles palabras de fervor social y soliloquios reflexivos…
Sus primeras obras deambulan sobre los rumores de la guerra y sin embargo, Hora en su totalidad, nos recuerda a una soledad avergonzada de la violencia, la inequidad y la muerte. Una urgente identificación con los problemas sociales de su patria, lo llevó a unirse al partido Social-Demócrata en 1912 y aunque adoptó una acuciosa lucidez realista, conservó para sí una sutil cadencia de acentos metafóricos abstraídos de la inmediatez de la naturaleza.
No obstante, después de un viaje realizado a la URSS en 1925, Hora volvió a su país desilusionado del gobierno estalinista de Klement Gottwald. Abandonó los temas proletarios en su poesía y en 1929, fue expulsado del partido comunista junto con un gran número de intelectuales y artistas entre los que también se encontraron Vladislav Vančura y S.K. Neumann. El trabajo de Hora por difundir la obra de jóvenes poetas, lo llevó a colaborar como editor de páginas culturales en diversos periódicos y a ser elegido presidente de la Sociedad de poetas checos en 1934, cargo desde el cual se pronunció activamente contra la amenaza fascista de la Alemania Nazi. Falleció en Praga, poco después de la liberación de Checoslovaquia.