Lista de peticiones
La Cofia de Circe
Era tan bella
que no te hubieras atrevido a amarla
Apollinaire
Una muchacha me trajo al mundo
precedida por un vuelo dulzón de abejas
que permitían hacer el amor a la sombra.
Nunca estuve tan lejos de la sed.
La sabiduría del amor reside en esto:
plantar un buen paisaje en la ventana.
Hecha para la dulzura de una cuadro,
la edénica pareja se besaba,
más que amar se besaba.
La serpiente llegó con su dialéctica
y resultó que había contradicción de clase
y que éramos distintos como sabían todos:
libros leídos con los mismos ojos,
poemas escritos con las mismas manos
habían consumado nuestras máscaras.
Fue así como marché por la calle del fondo
con un frío
que más que nunca la necesita.
Y ahora vienen las acusaciones
de los que no conocen la delicia
de ese árbol de pereza.
“Necio”, dirán, “se enamoró
de una mujer a veces deslumbrante
que lucía mejor en un salón de té
repetido hasta el vértigo
que en el apartamento de un poeta
donde a todo olor se mezcla la duda
y el agua es rancia”.
Y dirán todavía: “Vanidoso.
Haces escándalo porque no tienes
a todas las muchachas de tu parte,
o mejor dicho aquellas
que ha dotado la burguesía de una espaciosa esgrima.
Ahora lloras con la herida abierta,
cuando debías desbrozar tus filos”.
Tenéis razón, camaradas. Ya no permitiré
que otra de ésas abuse. Pero dejad que me reserve
algo para mí, una pequeña justificación lírica:
Tenía unas nalgas tan bellas
que no te hubieras atrevido a odiarlas.
El cuarto
Me gusta este cuarto porque nada contiene
diferente de mí.
Podría ser mejor, pero así lo hice;
durante años lo forjé como un rostro
para mirarme en él.
Amor, no perfección, encontraréis aquí.
Las cosas que lo habitan
poseen la confianza de la naturaleza.
No son muchas o pocas, existen solamente.
Austeridad y paz me ganaron también,
quizás para que no me distraiga
del resplandor de mis sentidos:
los sentidos en selva de objetos
se fruncen y se nublan.
El uso es la humanidad de las cosas.
Por el uso se vuelven una segunda piel.
Lo que se colecciona por vanidad
o se junta en exceso
vida no tiene, yace muerto,
como perla en el puño del avaro.
La mañana del cuarto debe ser clara,
con los objetos necesarios,
a modo de que no se interpongan
entre el sol y nosotros.
Profecía
Nuestro tiempo es cruel
y difícil. Pero el amor lo sobrepasará.
Unos con otros nos ayudaremos. Unos con otros.
Los bosques y las nubes se mezclarán,
nosotros también, con frescura.
Nos hemos conocido porque era necesario.
No fuimos presentados por extraños
en un concierto o una gira:
la mismísima vida, la luz en unos ojos,
a veces el deseo, otras veces la lucha
es lo que ha unido nuestras manos
que ya no van a soltarse,
ya no van a fallar porque son muchas
y una sola mano querida.
Nos han acribillado. Nos han dejado medio muertos
sobre las cloacas. Nos han partido el corazón
a mano armada. La juventud no fue vivida
o se vivió tan mal, que daba lástima.
¿alguien ha escrito el libro o siquiera el poema
que soñó? ¿Quién tuvo tiempo para la ternura
y la imaginación? Alguien fue adivinado
en su mayor soledad
y conducido a lugar seguro?
Días asqueados
bajo el cielo baldío. Patios regados por aguas del Leteo.
Arrecifes. Cuartos más que pobres,
donde dormimos calentándonos con un corazón bordado en la almohada.
Pero además, últimamente,
el afán de sobreponerse,
de avanzar a través de las espinas hasta el rosal erguido.
Dichosamente el mundo es explicable.
No nos derriba un trueno del Olimpo:
el plomo deletrea nuestros nombres.
Así, hemos comenzado a anotar ciertos hechos,
sus relaciones
y lo mucho que tienen que ver con nuestros accidentes.
Homenaje a Paul Eluard
Paul Eluard cómo te recuerdo
dejado de la mano de tu mujer
en un México aterrador para ti
las tormentas los tormentos Paul Eluard
y tú avanzando con la espalda arqueada
en la forma infinita
que tienen los poetas cuando están tristes
bonjuour tristesse decía bonjuour tristesse
porque todas las mañanas la tristeza estaba junto al lavabo
París se adivinaba tras los vidrios oscuros
como las gafas de la policía
pero había que levantarse y afrontar el espejo
la torpeza del pie ante lo inmediato
los cobardes y las ratas huían despavoridos
para salvarse para salvarse
ah las heridas Paul Eluard
Las grandes heridas que dan los besos recordados
Y el insomnio el demonio
la traición enseñándose en lo mejor de nuestra fe
y el asco y el amor que se sienten por el amor
y el sufrimiento que nos hace compasivos y ardientes
el poeta conserva la esperanza
cuando otros la abandonan o trafican con ella
es irreal mi soledad decías
pero el milagro es cierto Paul Eluard.
El fauno
A Rigoberto Paredes
Deja que las muchachas atruene el campo
con sus casquitos;
deja en paz esos pechos
donde el sol dora sus cuchillos.
Los generales victoriosos entran en la ciudad
y todos, menos ellas, están en los portones:
¿qué les importan esos hombres
cargados de medallas
y raspones vulgares ganados en la guerra?
A ti tampoco te venció la gloria,
ni la sed de riqueza, ni el cálculo político,
sino que enloqueciste por un rostro prefecto.
Persiguiendo a las niñas te derrengaste en las laderas.
Has dejado la piel de tu frente en las zarzas
Y ahora desfalleces bajo el sol
sin otra ambición que poseer las otra vez.
Lectura obligatoria
Leerás a Virgilio y a Horacio.
Amaras a Catulo como a ti mismo.
Seguirás, cuando menos, la ruta de Odisseo
entre el prostíbulo de Circe
y la hacienda de su mujer.
Tendrás a Propercio bajo la almohada,
los epigramas de Marcial en ristre.
A tu derecha, Tíbulo,
su oda contra los militares, comerciantes y marineros
[la gente esa, que quería expropiarle su soledad].
Tendrás la compañía de Villón a tu lado
Y la de Arquíloco de Paros, que abandonó a su escudo para
largarnos sus poemas.
Junto a ellos la música, la soledad sonora de San Juan.
Amaras a Manrique como a Vallejo mismo
porque ambos eran tristes y se querían.
Si Quevedo te falta, ¿adónde irás?
No te olvides de Góngora
[para tu propio bien mantenlos separados].
Con Garcilaso aprende
lo que corta una espada en un rendido
y agradece lo que hizo por tu idioma.
Junto a él, por idénticas razones,
a tu Darío, por favor, a tu hermano de sangre.
A Federico, cuya lengua doraba las manzanas,
aplícale el oído como a un caracol.
A Neruda, si eres joven, olvídalo
basta que seas grande y entre tanto
huele un poco las Flores del Mal como él lo hacía
[El metódico, el tirisiento, el abrasado,
el franco tirador eternamente adolescente,
el inventor del nuevo escalofrío,
el que embadurno las paredes con el óxido de la época
para que todos nos mancháramos
Ch. Baudelaire,
te saluda y te invita a que sigas siendo poeta]
Tendrás de cabecera a Williams Butler Yeats,
mestizo del mundo como nosotros
y su tribu que cruzo el mar,
produciendo grandes hijos, padres a su vez de otros
hijos ilustres
y al cosmos de Manhattan, el nuevo Adán,
Walt Whitman,
quien comió la manzana del paraíso
y no fue al exilio, sino que se quedó
cuidando las especies.
Lean, por último, lo que les dé la gana
y a los que no menciono por modestia, pereza
o ignorancia
y a los que se me olvidan
y a los que por su cuenta vayan averiguando.
Lista de peticiones
Poesía comprende aléjate
no me sirves ni para matarme
poesía todas mis mentiras son piadosas
soy cínico egoísta y trabajo
pago a los hombres el tiempo que dedico a mis versos
soy un obrero que sueña en el taller
poesía te has robado todas mis horas
mis compañeros de trabajo tienen buenos negocios
no juegan a la lotería para pagarse sus vacaciones
sus mujeres no padecen hambre
ni cuentan los centavos antes de subir al autobús
no eres como piensan un baño de gloria
ni siquiera una ducha que atempere las glándulas
eres solo mi soberbia hecha carne
mi sortija colmada de veneno
sin ti ni siquiera podría fingir un poco de bondad
he pasado mi vida convenciéndome de que eras lo mejor
y en realidad eras lo mejor para uno como yo
a tiempo debí darme cuenta de que mi vocación era
mucho más simple
tengo habilidades manuales he sido barbero y
vendedor ocasional
se de carpintería de hojalatería hago flores de papel
muy hermosas
como mi hermana que crió siete hijos haciendo
flores de papel
que bien habría pasado sin ti poesía
[mi otra vocación verdadera es la felicidad]
si me hubiera quedado en mi pueblo
hoy sería un buen profesor rural
cuidaría a mi madre
amaría la flor de la vida
la vida común
la vida útil
la vida
pero como nada ha sido así
exijo para mi toda la comprensión del mundo
pido que me indemnicen por mis padecimientos
poesía págame tú también
cancélame cada lagrima y cada gota de sudor
quiero mis honorarios de poca monta
¡hablo en serio!
remíteme a mi infancia
dame a mi padre muerto inmediatamente
quiero comerme el queso de la luna como el pobre
Tío Coyote
quiero trasladarme a Cuba por obra de magia
quiero nacer en Olanchito y nacer a la vez en una isla
de Grecia
quiero conversar con Atila Joszef
quiero contarle mis penas a una princesa de Darío
quiero ver a Darío
quiero hablar con los comandantes de la revolución
sandinista
quiero comerme una estrellita de hielo de las que
ya no se hacen
quiero ser el muchacho que se quería cortar el
corazón en alta mar
quiero ser el Conde de Kent
quiero ser el joven Rousseau
quiero estar en el entierro de Carlos Marx
quiero abrazar a Juan Pablo Wainwrigth antes del
sacrificio
quiero ser el personaje favorito de mi mujer
quiero ser el marido de mi mujer
quiero mirar de nuevo Barba Roja de Akira Kurosawa
quiero entrevistarme ahora mismo con Chopin
quiero aquí al Cinchonero
¡pido la cabeza de Gustavo Álvarez Martínez!
quiero beberme un trago con Juan Ramón Molina
¡en serio!
de lo contrario
el poeta Quesada
Pepe Luís
se quiere dar el lujo de morir.