José Kozer. Amor para una joven aspirante a poeta

Presentamos tres textos del reconocido poeta cubano.

 

 

 

José Kozer

 

 

Amor para una joven aspirante a poeta

En Fontainebleau vida mía
tomaremos unas jarras de cerveza
bajo un parasol (Cinzano) una copita
de curaçao, picaremos niña
unos saladitos (pásame el hueso
de la aceituna). Luego
a trabajar en firme, que se titule el poema
“Fusilamientos de un caballero color siena”
donde haya una dama y su amor que muera
en las guerras napoleónicas. Para
un día de trabajo es suficiente: subamos
en Fontainebleau a la habitación, echémonos
a bosquejar arbolillos pelados a principios
de la primavera, despedidas
bajo palio de los amantes de Teruel, Verona
y con suma grandilocuencia (Vigny) “Jʼaime
la majesté des souffrances humaines”. Con esta
referencia culta nos llega para seguir
mañana: de momento
las persianas para que haya sombra (igual
que en un buen poema es requisito indispensable
el frescor de la penumbra) y tira
de la campanilla para que la doncella traiga
una copa, alerta
niña que el poeta a tu lado es una
eminencia, coloca
en el flamante carmesí de tu mejilla
un ósculo
y se desata, marcha
más de una legua la infantería por doquier y
Napoléon épouse Marie-Louise, se ejecutan
como racimos en un abrazo.

 

 

 

Devenir

La primera uva de las viñas de Nabot, primera
uva de Dios a la
boca.

El cencerro truena, la vaca rumia, y sólo come
a la mesa conmigo,
no hay cabecera,
mi madre muerta.

Muertos no hay sino moribundos, largo es el
plazo que viene,
deviene el tiempo
inexistente (allegado)
ni espacio ni el vientre
digiriendo una última
cena.

 

 

 

De últimas horas

La lámpara de pie, callada.

El silencio de las maderas ni árbol ni
crepitación.

Una oscuridad intermedia donde la
luz envejece, noche
cerrada, sueño, un
escarabajo escudriña
las grietas de un suelo
de tablas.

Aguas muertas en un vaso, desaliento,
extiendo el brazo
(¿duermo?) la sed
(somera) insuficiente,
vuelvo vertical al sueño.

¿Y si Dios fuera un bromista como un buen
padre? ¿Ése que no
te pasa la factura?

Despertar como en aquel poema de Antero
do Quental en la
mano de Dios, en
su mano derecha.

Sentarnos a la mesa, coros celestiales el
halo, gañe bajo la
mesa un animal
doméstico de
porcelana.