La isla blanca
Vamos por aquellos montes pisando nubes, y los que tal vez andando por la tierra la vemos sin que se atraviese cosa que nos impida su vista, y levantando los ojos al cielo, no le vemos por impedirle las nubes de que est[á] cubierto; al contrario[,] hallándonos en esta altura, se nos cubre la tierra, sin que podamos divisarla; y se nos muestra el cielo despejado, y hermoso, el Sol claro, y resplandeciente sin estor[b]o ninguno que nos impida la vista de su luz, y belleza.
Alonso de Ovalle, Histórica relación del Reyno de Chile (Roma, 1646)
1. la tierra que se aleja
un ángel vuela dormido
abajo está la isla blanca
infinita
la isla de los huérfanos
donde crecen piedras
en el pecho de los niños
madres y padres
de piedra blanca
y árboles en las voces
que se apagan
en aquella isla
*
abajo hay un río que quema
río ancho
oscuro
que alimenta piedras
que crecen en jaurías
desde su légamo más profundo
hay alguien que te espera
con su corazón humeante
con su humeante vacío
*
la vida te ha mirado a los ojos
y no podrás volver a vivir
como antes
el tiempo se ha vuelto agua
y hay relojes colgando
de cada muro
la vida te ha mirado a los ojos
y ya no hay tiempo que perder
el tiempo es un enigma
que corre como sangre
por los brazos de las montañas
*
la ciudad de los dones
resopla como un tren
que va
de la historia
a la historia
de la historia
a la isla blanca
y no sabrás
si abordar o no sus vagones
no sabrás si algo en ti ha muerto
hasta que la memoria queme
su último hueso
sobre tus huesos
*
es un segundo la distancia de todo
un país mide un segundo
entre isla y océano
abajo está la isla del laberinto
de la historia a la historia
viene cayendo
con sus huesos de barro
con su canto que se abre
en valles y ríos
*
abajo estás tú
blanca como bandera
niña recién nacida
bebedora del légamo
de una leche
por siglos estancada
abajo estás tú
durmiendo
con la profundidad de una semilla
sobre una pila de huesos
amas esos huesos
luz de tus días
*
allá abajo está la isla blanca
la miro sin asombro
como si fuera
un esqueleto incompleto
muerde el fémur de su historia
en el que madres y padres
se disuelven a sus pies
con las babas del océano
nubes de fuego
la van cubriendo
vuelo sobre un ángel dormido
*
quiero que esta página sea
la última imagen
que tenga de ella
un resplandor perdido entre multitudes
un rumor de algo que se pierde
y que jamás se recupera
una roca infinita
y sin destino
la c o r d i l l e r a