Nació en Quito el 14 de septiembre de 1902, y falleció el 7 de noviembre de 1978. Criado en el seno de una familia pudiente, desde muy temprana edad derramó a sus anchas una vocación literaria que alternó con los estudios, primero en el Pensionado Borja y, una vez llegado a la adolescencia, en el Instituto Normal Juan Montalvo y en el Instituto Nacional Mejía, donde recibió el título de bachiller. Poco tiempo después, hacia 1917, su nombre apareció al frente de dos revistas, La Idea y Crepúsculo, para las cuales redactó diversas colaboraciones literarias.
De su extensa producción cabe resaltar los volúmenes: Estanque inefable (1922), La guirnalda del silencio (1926), Boletines de mar y tierra (1930), El tiempo manual (1935), La hora de las ventanas iluminadas (1937), Lugar de origen (1945), Moneda del extranjero (1958), Floresta de los guacamayos (1964) y Crónica de Indias (1965). Como prosista, es autor de La tierra siempre verde (1955) y Viaje por países y libros (1964), entre otras obras. Asimismo, despunta su labor como traductor de Paul Valéry.
En 1976, el mismo año en que la Academia de la Lengua del Ecuador propuso su candidatura al premio Nobel, Carrera Andrade publicó su Obra poética completa, donde rebosa este mérito literario que fue homenajeado oficialmente en 1977, cuando recibió el Premio Eugenio Espejo, un galardón que le permitió disfrutar de la pública admiración de sus compatriotas.