Presentamos tres textos del recordado poeta chileno miembro de La mandrágora.
Jorge Cáceres
JADA
Un toque de sonrisa y la mesa se convertirá en mufeta
Con un aire especial ella entrará en su palacio
Obstruyendo el paso a los inocentes a golpe de viento,
Alerta ha quebrado el aire con una palabra a cierre eclair
A lo largo de las mesas los menus son los reyes a disolverse
En una luz que se eleva de los bajos arenales a ti vigía a ti solo
En los extremos de las etiquetas doradas en el Pasaje de las Pulgas
La playa es demasiado pequeña alrededor de los museos
Los árboles golpean a las puertas con sus ramas de caviar
Pero en la ventana se ha posado un ave en polvo a cambiar su cheque
Será la cigarra que flota sobre las púas de sol
De hoja en hoja ella hila una estrella de champagne
Como una mosca su madrina la marea tiende una línea
Las diligencias han sido asaltadas por sus propios caballos
Sobre un terreno blanco a grandes cuadros blancos a grandes flancos multicolores
La trucha en el fondo de un cojín ha alistado el ojo
Se ha evaporado en esa bolsa de salitre
Donde el aire se ha posado a respirar
Sobre un gran corazón de flores que grita ¡quién vive!
Esta noche en el bosque los árboles son de cera
Pero el relámpago ha pasado sobre los hilos del parquet
En el fondo del estanque el pulpo se ha detenido
Familiar él ha tendido su lomo de mica
Al invernadero que agoniza.
MI AMIGO BENJAMÍN PERET
En el campo las vacas con sus colores cenicientos
Con orejas que se vuelven hacia el viento del Sur
Con ojos que no brillan en la noche invernal
En el aire la ensalada y el humo del cigarrillo
Y en la percha un vestón que ha cambiado de dueño
Y en lugar del pan están las lágrimas del penitente
Y el paso del arado
Y la señal del tren en retraso
Y la ropa blanca tendida bajo la nieve
Y la ventana de la cual sale una estrella hilandera
Y el incendio de los bosques a medio apagar
Y la mosca azul ahogada en el té
Y la pena de muerte a cadena perpetua
Y la Aurora Boreal a vuelo de pájaro
Y el revólver sin gatillo
Y el vino de champagne, en la mesa del pobre.
Hay algunas manchas blancas en las ventanas de la casa
Y los muebles están vueltos hacia el desierto
Porque el sombrero y la sopa se saludan
Por instantes en el salón de fumar el ombligo desaparece.
POEMA
La silueta del campo bajo la helada como un abanico que despliega a la deriva
Y en el horizonte no hay nada más que unos ojos de cohetes en el instante de partir
Nada más que la noche magnética y el torrente con garras de castor
Pero a través de esa luz pasan unos ojos de piedras que ruedan
Y unos labios de manchas que no salen
Y aún en plena selva la cola que se abre como un gesto de cristal quebrado
Abreviando la noche de diciembre con relámpagos de topacio claro
La noche de rabo de paloma dorada
Que ha caído para siempre bajo el hacha
Como un viejo botón
Por el desgaste del hilo.
Nada en el lecho bajo la amenaza del armiño
Sino un ala de geranio salvaje cuando la sangre lanza su perfume
Nada en el pozo sino el aire del sur y la varilla imantada
Y el cazador en el momento de apretar el gatillo
El paisaje desaparece
Nada en la costa sino el sol de mar que ha subido a dejar la perla en el cenicero cerrado con llave
Pero la torre a lo lejos siente la primavera
Y de la chimenea aún salen esas señales de eclipse
Que atraviesan el campo en forma de seno
En forma de fuego.