

Presentamos tres textos del reconocido autor chileno desaparecido tempranamente.
Jorge Cáceres
¿POR QUÉ HACER EL JUEGO DE LA GRAN ESFINGE?
Sobre un trineo que los pájaros acarrean
Desde hace tanto tiempo sobre las puertas de ónix
Cuando durante tantos años por vosotros rebaños multicolores
Yo escuchaba el rumor de la loba en la punta del bosque
Un collage de Braulio Arenas torcía mi vida totalmente
Por vosotros ese collage esconde la letra la palabra
Tras lo que nada impide ese brillo bien recortado
En el marco donde los árboles se alargan
Sobre cojines desguarnecidos la nieve forma un muro
Un paraje encantador para los que se despiden
Para mí solamente si nada es tan negro como el hierro
O como un carbón en la nariz de la jirafa
El viento del desierto se enrolla en las chimeneas
Es más absurdo que todos los simples del techo
Que todos los locos del pasamanos a medio comer
Que todo gesto contrario a un juego fetichista
Un juego de cristal de roca
Y la exactitud de un latido sin fin
Junto a viejos cortaplumas de lana
Que no son más un arma para el encaje de la costa
Donde ellos se enterraban por doquier.
EN LA CUERDA FLOJA
Negra sal esparcida en la franela del mes
Es el té que cae de un impacto
Que no tendrá su precio de carbón
Que se repetirá por mil y por mil entre las Guayanas
Para eso no obstante un impuesto es un día de júbilo
Un rostro como el caucho más anciano
Y la alfombra de la calle son ojos de federados
Desde hace tanto tiempo piden un gesto de coral
Sobre la marcha al punto sus pies son mostachos perdidos
Para ellos comienza el verano de la costa
Para quienes recién en la hora
Llega la costumbre de aguardar
Para quienes a lo largo de las cifras
La araucaria es por hoy una caña de sal
Que estalla en las vitrinas alquiladas.
En el punto más alto de una escalera en la cima
El gesto de un desconocido que desciende
Contra esos muros él no es más que una palabra de sostén
El punto único de un servicio militar no en vano
Como el pan en el bolsillo de un viejo guardapolvos
Que se conserva como un naipe sin fijar
Al caer la noche él es el punto mayor
El desconocido que fuma en el techo de la provincia
Y llama a su mujer desde el charco donde él se balancea
Las perillas de las puertas llevan guantes de tabaco
Que cambian al mensajero a quien más niegan
Y aún en el tapiz de hojas muertas que cubre el piso del verano
Hacia la costa.
VISTA DE PÁJARO
a Braulio Arenas
En un salón donde los lobos delatan la nevada
O en el claro del bosque los muebles de acacio
Desde hace mucho tiempo las nubes juegan al rebaño
Las nubes de ciervos volantes
Esperarán a la caída de las hojas
En un portal de vidrio a la caída del idioma
Cuando yo no seré más el que os da de beber
Alrededor de todas las fuentes escondidas
Que se encantan a si mismas
Cuando en el fondo de sus espejos baten las últimas alas
Los pájaros picotean las cuerdas del verano
Formando encantadoras coronas mensajeras
Llevados por sus alas ellos reman hacia el bosque que gira
Entre las hojas verdes son abanicos de fuego
Que caen al parquet calculando semillas
Sobre el desierto ya no hay más que el tejido del cielo
Y el latido de una red de coral sobre los frutos
Cuando el sol se diluye en el encaje.