Jorge Boccanera. Aventuras

 

Presentamos tres textos del gran poeta argentino pertenecientes a su libro Sordomuda.

 

 

 

Jorge Boccanera

 

 

Aventuras

 

Sordomuda,

vivimos maniatados espalda con espalda

y alguien rasga la tienda donde estás prisionera:

lengüita azul no vayas a llorar

afuera los caballos resoplan intranquilos

y hay varios centinelas para una sola piedra.

 

Remo de mi canoa, mensajera, tu lengua brilla

junto al fuego cuando estamos espalda con espalda.

No vayas a hacer ruido,

hay jirones de tedio en los arbustos,

cantimploras vacías.

 

Loca de amordazada, emperrada, cautiva,

hay clavos oxidados en tu lengua, hay soldados de plomo.

Los he visto acampar y procurarse leña,

he visto sus cabezas rapadas, sus uniformes sucios.

 

Cada noche soñamos que un caballo de vidrio muerde

las ataduras,

pero amanece y vamos espalda con espalda.

 

 

 

 

Infancia

 

Llegó agitada Sordomuda.

En su respiración alguno bebía una cerveza,

alguno se arrojaba de la Torre Latina.

¿La traviesa flotaba en sus cabales?

 

Llegó agitada Sordomuda.

Una brizna de pasto entre los dientes,

papel picado y serpentinas sobre su corazón.

¿Flotaba en borracheras?

 

Alguien la llevó del brazo a la cocina.

Alguien la miró feo.

Alguien se fue quitando el cinturón.

Alguien cerró la puerta.

 

Nosotros espiábamos por la ventanita, temerosos

y arracimados.

Todos queríamos que ella nos nombrara.

 

 

 

 

Cocina

 

Tus mozos caminan entre columnas de humo y reses

colgadas de las vigas del techo.

¿Qué llevan traen en sus bandejas?

Gotas de lluvia, puñados de tierra, para que las

manos de los niños puedan hacer figuras.

¡Amasa! ¡Amasa! (dicen lo mozos por lo bajo).

¡Trabaja! ¡Arrasa! (dicen y escupen de costado).

 

Menjunje en aluvión de especias.

Hervores, fiebres del arroz.

Guisados con un hueso en danza.

Maneras de espumar, mondonguerías.

De todo corazón: fritanga.

 

Van entre relámpagos y mesas atestadas.

¿Qué traen y llevan sus bandejas?

Gotas de lluvia, puñados de tierra, para que las manos

de los niños puedan hacer figuras.

¡Amasa! ¡Amasa! (dicen algunos por lo bajo).

¡Trabaja! ¡Arrasa! (mientras escupen de costado).