Polvo para morder
DESAPARECIDO I
Hablan y hablan
de aquellos
todo el tiempo
sigue de boca en boca la palabra
deshecha.
Hablan y hablan
de aquellos
porque saben
si callan
que ese silencio
sangra.
DESAPARECIDO II
Yo no soy y soy ninguna parte.
Yo no puedo y lo que puedo es nada.
Yo no estoy.
Apenas una sílaba pero en verdad más nada.
Un tiempo ayer ceniza.
Viento por todas partes. No entro ni salgo,
yo, no digo buenas noches, no beso, no
utilizo sombrero,
porque jamás. Y soy ninguna parte.
Se terminó, dijo la vida de un portazo. Y yo
no vuelvo y cuando vuelvo quedo a mitad de camino.
No puedo y si pudiera es casi o menos que eso,
apenas una fecha en el papel ajado de tus labios.
Allá van las barajas de mano en mano y estos
dados de sangre rodando a la deriva.
Yo sueño si me sueñan.
Pero a veces escucho; hay una voz,
me sabe de memoria,
hay un nombre tan cerca que dan ganas de usarlo.
EL NIÑO DE LA FOTOGRAFÍA
No hay mucho que hacer en mi memoria.
Caminar una casa derribada a balazos,
atravesar arañas con palabras,
buscar viejos olores quemados por el viento.
Poco que hacer allí,
mear en los rincones para espantar las sombras,
correr donde no hay nadie.
¿Qué hacer en la memoria?
¿Descansar en un ruido?
¿Ponerse de rodillas ante un gran agujero?
CUADERNO DEL SUICIDA
Mis pies parecen palas.
Y mi lengua y mis manos tienen forma de palas.
Si me viese al espejo vería solo
una pala.
Todo lo que yo haga
tendrá forma de fosa.
POSTALES
Postales de tu cuerpo,
el cuerpo del delito y el delito mirando
por el ojo del cuerpo.
La luz que entra, que sale, que deshace tu cuerpo
en una gran batalla.
Y los partes de guerra, los tambores,
postales y postales.
Las alas de tu cuerpo rozando el agua de mi cuerpo
en un vuelo rasante como fuego en el fuego.
Estrofas de tu cuerpo bajo el mío, y la sal
de tu cuerpo, arena de tu cuerpo, madera de tu cuerpo
bajo el hachazo de mi cuerpo.
Y tiznado tu cuerpo por la luz,
desnudo en la memoria donde una silla espera
al animal cansado de otro cuerpo.
FIESTA TAURINA
Los gritos de tu sangre forman un círculo,
la sombra de mi corazón sale disparada a mansalva,
se arrastra por la arena, escupe, bufa, lleva espuma
en los dientes.
El bulto de mi corazón que inicia la carrera
y la capa del tuyo de una mano a la otra,
y el griterío de tu sangre que la capa despierta,
y el sol de tus dos nombres: ¡Aquella! ¡Aquella!
sonando en todas partes.
Bufido y capa, resoplido y sangre,
cuerpo pesado y ciego el de mi cuore,
buscando la estocada final,
negociando la muerte.
PENA DE MUERTE
Rostro que yo extravié, ¡nunca reposen!
Ármense en la ceniza, enrólense en la ira,
ofrezcan recompensa, exijan mi cabeza,
maldigan a mis hijos y a los hijos de ellos,
con disimulo dejen una bala en mi plato,
debajo de mi almohada, entre fotografías.
Navaja y gran coraje en su oración de sangre.
No se den por vencidos.
Yo los rocé en un sueño sin querer
y les prometí asuntos. No hay perdón.
Hay que tener paciencia, yo sé que
alguna vez seré sombra en sus sombras,
seré miedo en sus miedos,
y habrá látigos duros,
La palabra Yazmín.
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-Jorge Boccanera
Tráfico / Estiba
(Suma Poética, 1976-2013)
HD Ediciones, 2019