John Burns

Mi yo es un yo globalizado. ¿Qué tal el tuyo?

 

 

 

 

En el río Stillwater

 

Esta tarde

en el Stillwater

una tortuga enorme nada

entre algas y hierbas

y unos patos picotean burbujas

como si fueran migajas de pan.

 

En unos cuantos miles de años

el Stillwater se convertirá en un meandro abandonado

y el circuito que forma con el Penobscot

desaparecerá

para siempre.

 

Y así

se devolverá

la isla robada[1].

 

Mis ojos

siguen la corriente

inmóviles

y mi cara

no es más

que otro círculo fallido.

 

 

 

 

Balbuceos a mí mismo

 

Mi yo se desliza por el abismo.

Mi yo se acurruca en una caverna bajo el agua y se quita la escafandra.

Mi yo trastabilla por el altillo buscando ropa y fotos antiguas en sus baúles y está contento.

 

Mi yo… es una anáfora de cuarta.

 

Mi yo no tiene sentido.

 

Mi yo es un yo globalizado. ¿Qué tal el tuyo?

 

Mi yo se cree Adán y les pone otros nombres a las cosas mientras duerme.

Los codos serán grúas carnosas para las cervezas.

Los gatos: centinelas desdeñosos de ventanas.

Las computadoras: el pie izquierdo de la mente.

Mi yo está contento de ser ciborg hasta en los sueños.

 

Mi yo no entiende las carreras NASCAR para nada.

Mi yo piensa que dar vuelta a la izquierda es aburridísimo.

Mi yo entiende otras formas de placer del pueblo

pero mi yo es demasiado snob como para incluirlas en este poema.

Mi yo tiene alergia a la ironía y prefiere el tropo más simple de las metáforas.

 

Mi yo es un barco arriba de un estacionamiento público.

Hay algo en mi yo que rima con la palabra “dúctil.”

 

Mi yo aún no tiene sentido.

 

Mi yo afirma que las truchas son los bufones del lago General Carrera.

Si tu yo no está de acuerdo entonces tiene problemas de percepción.

Tu yo necesita comprar lentes y acostarse cuanto antes con otro yo.

(habla mi yo y no yo. Él se pone gruñón en la nochecita.)

 

Tu yo necesita una clase de educación cívica, otra de historia básica y un atlas decente.

A tu yo le vendría bien una buena jalada de las orejas.

 

(Mi yo no se apaga. Ando buscando el botón) …

 

…el yo es un caballo vapuleado y la lástima que inspira.

El yo son gotitas de sangre en la banqueta.

Mejor: el yo es el conocimiento de las gotitas de sangre en la banqueta

y el desconocimiento de los pies que las pisan.

 

El yo es una bomba que se cree piedra.

 

(A mi yo ya le metí la Nelson. Ya se calla

 

(Des)espérate

 

(…) …

 

(aquí) tu (botón) mismo (apagado) encendido (reinicialización) de(s)nudo (nulo).

 

 

 

 

Noticia

 

Cuando esté muerto

me gustaría regresar

y ver el mundo

a través de los ojos de un poeta menor

más o menos cada 500 años.

 

 

 

 

La traducción

 

El historial médico de la familia

lo deben consultar los especialistas

y los generalistas

por igual.

 

Y luego el paciente debe dormir.

O por cloroformo

o por una paliza.

 

Y luego el procedimiento:

una navaja arrastrada por un ojo

y agujas en los labios.

 

Y luego el paciente está listo

para cantar en otro idioma.

 

 

 

 

Pavor y la mesa del comedor (El día después de las elecciones)

 

En la noche

alguien se robó una pata de la mesa del comedor

 

y la reemplazó

con tu fémur.

 

Los vecinos arquean la espalda

y se van culebreando cuando les preguntas quién lo hizo.

 

En el refri: olominas y zanahorias pálidas.

Te das a basto

 

y masticas

la comida más infame de tu vida

 

antes de cojear hacia la ventana.

El hombre de enfrente hace lo mismo

 

difícilmente separando la luz de los reflejos,

los fragmentos de lenguaje revueltos en el cristal

 

con hueso mellado y sangre

de la salvajada desapercibida antes del alba,

 

de la masacre interior

de las quebradas cáscaras de palabras astilladas bajo la lengua.

 

 

 

____________

Nota

[1] “Isla robada” (“Stolen Island”) es el nombre que los indígenas de la tribu Penobscot le pusieron a la isla Marsh, ubicada entre los ríos Penobscot y Stillwater en el Estado de Maine, EEUU, tras la invasión de los europeos.

John Burns (Maine, E.E.U.U., 1977). Es profesor, poeta y traductor. Es autor de los poemarios The Sand Between Aphrodite´s Toes (1996) y ... LEER MÁS DEL AUTOR