Segunda lengua
(Selección y traducción al castellano de Khédija Gadhoum)
Segunda lengua
Llegas
con un hilito negro ceñido
alrededor de tu lengua,
con un nudo para añorar
la cuna de la que emanaste
y el motivo por el que te marchaste
sin las fotografías de las personas
cuyos nombres ahora cuesta
desvelar. ¿Cómo puedes
nombrar dios
ahora que anochece
más temprano? ¿Por qué
nos tenemos que levantar para trabajar
antes de que suene el despertador?
Soy el hombre que pregunta
a su bisnieto,
descendiente de los difuntos
comuneros a quienes les garantizaron
un bosquecillo para talar.
Ellos pensaron que podrían
poseer la tierra
que les había sido destinada.
En esas comarcas del país, un nudo
es algo que has de ganar
después de haber sido quebrado,
un puro cuento. En tu parcela
de país, el término clase
significa educación, este aposento
donde practicaremos
vocablos para desatar tu
lengua en cuanto digas
una mentira o hagas una promesa
o te resuelvas como un cuento.
Los duraznos
Elijo estos dos, magullados-
tal vez demasiado maduros, para llevar
y acariciar mientras uno por uno
los voy lanzando en el carrito, el más pequeño
con su tallo casi
intacto- porque me recuerdan
a las chicas que dentro de poco
dejarán de ser chicas tan castas
y resguardadas como el tesoro
de un monarca por debajo de un sótano
el sótano de la casa que he heredado.
He trabajado duro y tengo ganas
de llevarles algo dulce
para que se den cuenta que los he extrañado
más que nadie. Mas primero,
peso los duraznos, los pago,
y tomo el camino más corto
hacia mi infancia
hogar de cerrojos, laberintos,
y puertas atrancadas. Cada llave
en este momento es mía, aunque algunas
he escondido de mi mismo. Me siento orgulloso
de mis talentos. Puedo diseñarte un lugar
donde puedas jugar, y si piensas
que allí te resulta oscuro, te daré
frutas cuales dos bombillas
de infinita luz para aferrarte,
y vislumbrar el brillo en tus ojos cuando comas.
Estimada blancura
Acércate, amor, ven a acostarte, conmigo, amor,
en esta cama gigante donde juntos nos quedamos
adormecidos dejando que nos arrulle el sosiego,
un sueño perfecto con tan sólo abrazarte
con tan sólo abrazarme tan cerca que no tengo idea
¿dónde comienzo – dónde terminas?- donde
Me cuentas mentiras. Me cuentas dulces mentiras
sobre lo que yo significo para ti después
de haber trabajado todo el día con la ilusión de volver
a casa como un guerrero valiente que perdió un brazo.
Así mismo yo batallo para ganarte, para ganar
el terreno en que seas bienvenido para repartir
y nombrar. Mira cómo se abre esta boca
para hablar en cualquier idioma que me lo permitas
con el desafío de mecer con recato mi cabeza.
Cuéntame mentiras. Cuéntame pequeñas y dulces mentiras
Sobre lo que exijas, en una intimidad tan laboriosa
que cuando me despierto para rozarte con mis propios
dientes te contemplo en el espejo. No estaré
por mucho tiempo. Cuando te mires en aquel espejo, estará
limpio. Estarás contento
de verte únicamente a ti mismo. ¿alguna vez yo estuve allí?
Cuéntame mentiras. Cuéntame. Cuéntame mentiras
(Las líneas escritas en cursiva en “Estimada blancura” son de la canción “Little Lies” de Fleetwood Mac, del álbum Tango in the Night, Warner Bros. Records, 1987).
Dúplex
Con amor empiezo y con amor deseo acabar.
No quiero dejar un cadáver en ruinas.
No quiero dejar un cadáver en ruinas
lleno de medicamentos que se echan a perder bajo el sol.
Algunos de mis medicamentos se echan a perder el sol.
Algunos de nosotros no necesitan el infierno para ser buenos.
Aquellos que más necesiten, dependen del infierno para ser buenos.
¿Cuáles son los síntomas de tu enfermedad?
He aquí un síntoma de mi enfermedad:
Los hombres que me aman son hombres que me echan de menos.
Los hombres que me abandonan son hombres que me echan de menos
en el sueño donde soy una isla.
En el sueño donde soy una isla,
Me volveré verde esperanza. Allí me gustaría coronarme.
(Para L. Lamar Wilson)
(Selected poems, from THE TRADITION. Copper Canyon Press, 2019).
Winner of the Pulitzer Prize, 2020.