(Šančiai, Kaunas, 1928 – Vilna, 1990) fue una poeta lituana que cultivó inicialmente una lírica romántica tardía, la cual fue evolucionando para hacerse más densa y centrada en valores existenciales. Tuvo una infancia difícil, con una salud delicada, una madre alcohólica y un padre que murió cuando ella tenía catorce años, por lo que encontró el único soporte emocional en su abuela. Demostró pronto, además de su pasión por la música, buenas dotes para la poesía: escribió sus primeros versos a los diez años de edad.
Toda su vida estuvo marcada por graves dolencias cardíacas: fue “el mejor ejemplo de transformación del sufrimiento en belleza; su expresión es elegíaca, pero sin retórica ni patetismo”, dijo de ella Birutė Ciplijauskaitė. Su poesía está íntimamente ligada a la naturaleza: “Soy un átomo vivo de la naturaleza, hecho de sangre y cuerpo”, escribió. Es notable también su labor como traductora: vertió al lituano a Verlaine, Verhaeren, Prévert, Supervielle, Rilke, Ajmátova y Tsvietáieva, y sus poemas se han traducido a diversas lenguas: alemán, español, estonio, francés, inglés, letón, polaco, rumano, ruso y ucranio, entre otras.
Dejó publicados veintiocho libros de poesía, entre los que destacan Ugnies lašai (‘Gotas de fuego’, 1959), Šiaurės vasaros (‘Veranos del norte’, 1966), Pilnatis (‘Plenilunio’, 1967), Mėlynos deltos (‘Delta azul’, 1968) y Purpuru atsivėrusi (‘Te abres purpúrea’, 1984). En 1988 reunió sus poemas en dos volúmenes, Rinktiniai raštai (‘Escritos seleccionados’). Escribió también numerosos poemas para niños y guiones para televisión. Fue miembro de la Unión de Escritores de Lituania y su obra mereció varios premios entre 1961 y 1988.