Perfect Day
(Traducción al español de Gustavo Osorio de Ita)
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Me despierto. Apago el despertador. 6:00. Los ángeles me rodean. Se burlan de mí. Me quito el pijama. Los ángeles vuelven la cabeza. Me estiro un poco. Voy al baño. Los ángeles me siguen riéndose. Me pellizcan las nalgas. Me sacan la lengua. Corro. Me encierro en el baño. Me miro en el espejo cuadrado. Estoy mal afeitado. Abro el grifo. El agua corre. Fluye. Me lavo la cara. Pongo mala cara. Esparzo la crema de afeitar. Me detengo. Me doy la vuelta hacia la radio que está sobre la lavadora. La enciendo. Venus in furs de Velvet Underground. Me afeito. Mi piel es suave. Enjuago mi cara. Me limpio la cara. Me pongo el after-shave. Hago una gran sonrisa ante el espejo. Ahora tengo un flamante rostro. Abro la puerta. Salgo. Miro de reojo a los ángeles. Los ángeles desaparecen. Son las 6:45.
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El desayuno
Sobre la mesa de la cocina, coloco: la taza de café, la mantequilla, la mermelada de albaricoque, mi caja de Valium. Los ángeles colocan su pan orgánico, sus plátanos de Bolivia, su miel blanca de Agadir, su aceite de oliva de Demnate. Comen lentamente. Yo bebo mi café. No como nada. Me trago mi vitamina de la dicha. Enciendo mi primer Marlboro de la mañana. El ángel con cuatro alas, el más joven, creo, me acerca el cenicero. Van al balcón. Pongo mi taza en el fregadero. La lavo. Lavo el cenicero. Pongo el tarro de mermelada en mi nevera americana Philco. Lustro mis botas. Me pongo unos jeans y una camisa de tela negra. Me cepillo el cabello. Me vuelvo a cepillar el cabello. El cabello de aquellos del Magreb, ni suave ni rizado, no es un buen aliado por las mañanas. Los ángeles se activan: cabello negro de ángel, crema para el cabello, vestido Prada azul noche, camisas blancas ceñidas, cuellos italianos, tres botones abiertos por fuera, zapatos negros de punta (italianos, pienso). Mi casco sobre la cabeza, monto mi motocicleta. Mi maletín de piel de camello a la espalda. Se me hace tarde para el trabajo. Perfect Day, suelto mi iPhone.
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La oficina
Los ángeles me siguen en scooter. Se deslizan entre los coches. Gritan mi nombre. Aumento el volumen de mi iPhone. Perfect Day estalla en mi cabeza. Una carrera infernal sin fin. Pretendo no ver nada, no oír nada, no decir nada. Llego al edificio. Big Apple Electronics, 4º piso. Aseguro mi moto a un árbol. Subo los escalones de cuatro en cuatro. Abro la puerta metálica. Me encuentro cara a cara con mi jefe M y con mis ángeles vestidos en Prada. Me doy cuenta de que están perfumados con Just Different de Hugo Boss. Los ángeles leen mis pensamientos: ¿por qué un latino? Fragancia underground. El perfume de los ángeles tambaleantes. Se despierta el deseo gracias a las notas de menta glacial y madera de cachemira en una esencia palpitante. A las mujeres les encanta por su frescura y su carácter. Hugo Boss, agua de tocador, 100 ml, 52 euros. M sale y cierra la puerta. Estoy en mi oficina. Mi vecina de oficina me dice: «Hola, llegas tarde. Te vas a matar un día». Butch Cassidy y Sundance Kid juntos contra mi patrón M. ¡Bang! ¡Bang! La Pelirroja se ríe. Ella hace vibrar sus grandes senos sin mover los hombros. ¡Mis respetos! Un movimiento de la mano. Mis ángeles le dan masaje en el cuello y en el cuero cabelludo. Ella está encantada. Clasifico mis archivos del día. Bostezo. Paso documentos confidenciales por la trituradora de papel. Bostezo. Ordeno mis licitaciones. Enciendo el ordenador. Navego en internet. Luego, escucho la B. O. de El Padrino. Me siento lleno de confianza. Miro a mis colegas desde arriba. Los ángeles flotan ante la Pelirroja que me gusta. Es mediodía. Me detengo.
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La oficina bis
Big Apple, Electronics. Lo nuestro es el Social Gaming. Yo soy un game designer. Yo concibo el campo del juego, las especificaciones, las propiedades, las reglas, etc. Soy, aparentemente, el más creativo del equipo. M me ama por mi «genio» de obrero especializado y me detesta por mi faceta de parasitario. Parasitario de acuerdo con la ideología del empresario capitalista. M es el Jefe. Él me respeta más que a la Pelirroja y los demás. Le hago transformar su empresa. Normal, desde la perspectiva del Capital. Soy un obrero especializado moderno. Técnicamente, no dejo de trabajar. Trabajo en la oficina, en el baño, en el descanso para el café, en las reuniones, en la pausa para el cigarrillo, en el restaurante, en la moto, etc. Soy un negro blanco de la industria del video. Estoy trabajando ahora en un juego titulado: La Pelirroja en la moto. El proyecto está clasificado, por el momento, como top secret.
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El Jefe
Oficina oval. Equipos de alta tecnología. El jefe tiene 27 años. Es alto, guapo, atlético, blanco, pelo negro como ébano y soltero. Por la mañana, él escucha seguidas Las cuatro estaciones de Vivaldi. A mediodía, se va caminando a comer al Mundial: 10 euros, el especial del día. 10 minutos de Big Appel Electronics. Por la tarde, ve de corrido en su MacBook gris metálico de 1797 euros: Raw Material —OK, OK, OK de Bruce Nauman. Bruce gira sobre sí mismo repitiendo sin descanso las dos letras OK. El Jefe gira sobre sí mismo repitiendo sin descanso KO, KO, KO. El Jefe se detiene. Bruce gira. El Jefe gira. Bruce se detiene. Y así, en serie. En la oficina oval, tiene imágenes de Beckett, de Meredith Monk, de Steve Reich y de sí mismo. Las fotos son en blanco y negro. El formato es de 10 x 15. Tarjeta postal, como se suele decir. Son las 17:00. El Jefe está con los ángeles. Pasa un par de llamadas. Sale. Hasta mañana, dice. Hasta mañana, responde el equipo. La Pelirroja y yo respondemos: OK, OK, OK.
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El equipo
El equipo está conformado por Kim, Abdelkader, Yilna, la Pelirroja y yo. Kim es programador. Abdelkader es el pixel artist. Yilna es la reina de la composición musical por computadora. La Pelirroja es pasante de game designer. Ella es mi brazo derecho. El game play principal: cada uno para sí mismo y todos para el Jefe. Sin embargo, este juego no se aplica a la Pelirroja ni a mí por razones políticas. No puedo explicar esto aquí y ahora. Por su parte, Kim, Abdelkader y Yilna siempre hablan en susurros o se comunican por SMS o correo electrónico. A veces, desaparecen completamente de sus escritorios. Se puede sentir un leve olor a azufre y a Nutella. Además, se tragan muchos bocadillos con Nutella. Mañana, tarde y noche. Los vemos en su oficina hablar en voz baja. Kim mira a Abdelkader mirar a Yilna. Entonces Yilna mira a Abdelkader mirar a Kim. Ellos se protegen. Nos miran a través del ojo de la cerradura. Y susurran otra vez. Su trabajo es siempre quirúrgico, limpio. De vez en cuando, se encierran completamente en su oficina y no se van hasta después de una semana o dos. Ellos son fanáticos de Sunday Morning. Ese hold-up musical nos da a la Pelirroja y a mí migrañas y un dolor de muelas insoportable. El Jefe dice que, en la empresa capitalista, a veces hay que chupar la sangre de nuestros propios hijos, de nuestros hermanos y hermanas. A la mierda. No con nosotros. Salimos azotando la puerta. Los ángeles hacen tai chi delante del edificio. Pretendo no verlos mientras me despido de la Pelirroja.
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La Pelirroja
La Pelirroja tiene 22 años. Ella tiene la piel color rosa caramelo. Ella es generosa en carnes y no para de tararear du, du, du, du, du, du, du, du. La Pelirroja sobreexcita a los ángeles. Ellos no dejan de girar a su alrededor. Si no me pongo estricto con ellos, pueden hacer que ella se desmaye para darle respiración boca a boca. Los ángeles no son decentes cuando se trata de mi pasante. Se pondrán de rodillas a su lado, sobre el concreto, cerca de su rostro. Le pondrán la mano en su frente. Taparán su nariz pellizcándola entre el dedo pulgar y el índice para evitar cualquier fuga de aire a través de su magnífica nariz. Los ángeles abrirán ligeramente su boca sosteniendo su barbilla en alto. Colocarán su boca abierta alrededor de la boca de ella presionando con fuerza para evitar fugas. Respirarán gradualmente hasta que sus enormes senos comiencen a salirse de su blusa negra. Entonces, recuperará rápidamente la respiración viendo sus grandes senos color rosa caramelo henchirse. En este punto, los ángeles desaparecerán regresando a la parte baja del edificio por temor a desencadenar mi negra cólera. La Pelirroja colecciona las muñecas de Monster High. Se pone toda roja cuando le hago un señalamiento sobre ese hobby. Por otra parte, cuando se trata de trabajar, ella es genial. Lee mi mente tal y como yo leo la suya. A veces sospecho de sus orígenes. Por lo general solo come mejillones fritos y no bebe salvo Corsendonk. La Pelirroja solo lee y relee a Gilles Deleuze. En su casa hay un montón de fotos y carteles de Gilles. La Pelirroja tiene celos de Claire Parnet. Ella mira el Abécédaire de Gilles Deleuze fijándose solo en el filósofo. Ella no tiene que estar allí, dice ella. A mí, la filosofía y las historias de mujeres fuertes, modelos o maniquíes, me importan poco. Para la Pelirroja es lo contrario. Siempre viste estilo punk. Ella nunca saluda al conserje. El conserje, Mo, es chino. Él dice todo el tiempo sié sié. Esta lengua reducida a dos sílabas termina por exasperar a la Pelirroja. La Pelirroja escucha de corrido, en la oficina no es posible, un concierto de Lou Reed en el Royal Albert Hall (2000). Ella escucha Ecstasy, Turn to Me, Romeo Had Juliette, Vicious, Perfect Day… y duerme como un ángel.
-Jalal El Hakmaoui
Perfect Day
Traducción de Gustavo Osorio de Ita
RIL editores, 2019
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