La mujer ausente y otros textos
Del libro: Boca pálida
(Homenaje a las mujeres detenidas desaparecidas)
Ediciones Logos, 2003
*
Reconstruir esta historia
bajo el hueso tardío del tiempo
saber que este rostro
pronto albergará
la historia de otros rostros
y sin embargo es lenta la carne
que hunde su voz
en palabras que han muerto
y retornan
para volver a morir
A este lado del rostro crecen precipicios
la ciudad abre sus tumbas
para que entre la memoria
y los muertos recojan sus nombres
como único destino
Del libro: Dasein
Editorial Cuarto Propio, 2006
a
La escritura se aleja
Amó la ausencia
de historias en su lecho
El abandono de sus pasos
Ahora nos sonríe
y cansada duerme en el lugar
donde antes estuvieron las palabras.
Del libro: Enemiga de mí
Editorial Cuarto Propio, 2013
La mujer ausente
La mujer que escribió este poema
ya no está
transita afuera de las palabras
lejos del tiempo
lejos de los cuerpos que mienten y se ocultan
en otros cuerpos
Alguien se marchó de mí
esta mañana
conté los pasos que nos distanciaron
qué hare con estos que retornan
No es la forma de volver
me dije
y sonreí
mientras los espejos nos guardaban
del espectáculo de existir.
Televisión
No quiero respirar estas palabras
tanto mundo exhibiendo mi abandono en televisión
ocultando el interior de mi voz
en pantallas que improvisan otros miedos
Nuevamente
enciendo la TV
el rito de ocultarnos en la nada continua
invade nuestras cabezas
con noticias que apestan a traición
trato de huir por territorios
donde se añeja la historia
que no alcanzamos a leer
La televisión me dice que soy otra
reconozco mis zapatos sombríos
apilados bajo estos años en que hemos sido
invisibles huéspedes de nada
La pantalla me trae de vuelta
ahora soy un pájaro sin alas en Nagasaki
Hiroshima era mi sombra
aplastada por lenguas que sólo sabían llorar
mientras interrogo la historia y encuentro olvidos
El pulso que repta bajo esta anciana luz
que apaga mis sueños una y otra vez.
Del libro: Los días que no escribí
Editorial Cuarto Propio, 2019
Yo soy la inmigranta de estos pueblos
suelo ubicarme en los lugares más oscuros de la ciudad
y protegerme de esta leyenda
que oculté en mi ropaje de pájara asustada de vivir
Aquí estaremos
descifrando códigos
que lanzo sobre la mesa
donde la eternidad un día
nos perdonó de continuar
Ahora
converso con la imaga que se oculta
detrás de estas palabras
se presenta ante mí con su traje de inmigranta
habla de un poema que nunca escribí
que se busca así mismo
y que vuelve a distanciarme
de este cuerpo que oculto
en la proximidad del ayer.
*
Y ahora qué haremos con estos atuendos
ahora que volvemos a ser
las inmigrantas de estos pueblos
y cargamos mundos
como especies en extinción
Equivocamos de rumbo tantas veces
como quien se apresta a partir por caminos extraños
apenas perceptibles por la frágil luz de la soledad
No fuimos las heroínas que se olvidan a sí mismas
ni borramos las huellas de nuestros ancestros
ni deambulamos en tu selva
ni desenterramos el canto de los huesos
cada vez que limpiamos nuestros nombres de la historia
porque para vivir aprendimos a soñar en silencio
a caminar pausado
y alejarnos
en la sangre de otras sangres.
*
Arrastramos la estirpe de rostros traicionados
mujeres que se ocultan adentro de los días
y cruzan largas horas en el mito de mirarse
Hoy han creado paisajes que sobrepasan este viaje
Es triste la orfandad de estos árboles
y nadie apaga las esferas del miedo
por temor a rozar sus alas con lenguajes de otros mares
Alguien ha trazado una línea en el mundo
y nos distancia
Somos migrantes de nosotras mismas
llegamos cuando la ciudad
se aprontaba a escribir nuestros nombres en otras páginas
Sin embargo
los pueblos siempre estuvieron allí
sin que yo lo supiera.