Peregrinaje y otros textos
(Traducción al español de María Del Castillo Sucerquia*)
Peregrinaje
Durante días he ignorado la fila india
de hormigas. Miles avanzan, peregrinas
a través de un pequeño hueco en el marco
de la ventana, por la pared, tras el armario
de allí quién sabe hacia dónde por
entre los azulejos, el piso
esperaba que alcanzaran su objetivo y se detuvieran
pero esta ruta sagrada, su camino, las llama
no permite desvíos, no acepta pausa
retraso o falta de ahínco misionero
de esto modo, la prueba de fe es para mí
es hora de actuar. Así es como sucede:
no vemos a los individuos, sólo una masa oscura
que, sin remedio, se desplaza a través de
nuestra línea de visión, hacia la pared
donde no queremos que esté
temo, y no por las hormigas sino por mí
por mi alma. Diviso la ruina, rezo.
Motosierra
Siempre he odiado ese sonido:
significa muerte, devastación
el grito hueco de la intrusión humana
ahora aquí está, arrugado en sus ancas
un toro rinoceronte blanco
tan fuerte, tan orgulloso, tan él mismo
a pesar de los dardos
está drogado, enmascarado, inmovilizado
— todo eso para salvar su mundo
es obvio que ha pasado antes por la pesadilla
aunque su cuerno atrofiado ha vuelto a crecer
ahora la indignidad se repite
nuestro trabajo es a contrarreloj
el sedante, la historia
su vida depende de nosotros
entonces, mucha agua fría y una motosierra
el piloto del helicóptero se sienta
fuma en su cabina mientras las ventiscas de
virutas saltan de la hoja como escamas de
jabón pálido, como alas llorosas de termitas
u hormigas, como mariposas que consagran
la hierba bajo el fuego del sol
y el infierno de la motosierra
a esto nos reducimos:
a presidir la faz de nuestro mundo
con la cirugía plástica o con la muerte
sin mejorar nada.
Preguntas para hacer en Sudáfrica
Una cola de mono saluda desde el limpiaparabrisas
trasero del taxi de Dumza. Me pregunto:
¿cuándo algo se vuelve demasiado?
¿cuándo empiezas a envidiar sientes
que te están tomando el pelo, que
la frase “pedir prestado” significa “dar”
y te molestan las suposiciones que se
hace sobre tu carácter, tu riqueza?
¿por qué sientes que tu corazón se solidifica
endurece como una corteza?
preferirías no ser el costo de un desayuno
un pollo, un alma, una conciencia
al nombrarnos, nos poseen
al hablar, existimos
al vivir, nos conocen
sólo juguetes, entonces…
pero ese mono se aferra
a la parte trasera del taxi y
su valiente cola pregunta
¿qué pasa ahora?, ¿qué pasa ahora?
Cobra
(Naja Nivea o Cobra del Cabo)
A mitad de camino
por una senda llena de surcos
donde las aguas, salada y dulce, se juntan
el carro traquetea, vibra
a través del calor seco, la arena
nos detenemos en conmoción:
¡no es un paso de cebra!
es un enorme cruce de serpiente
polvo ocre, deliberada
¡una cobra!
sin prisa o interés por nosotros
se dedica a su negocio fijo
de buscar pareja:
es época de cría
en el matorral hallará
no percibo u ofrezco indicio alguno
de amenaza. Sin capucha o veneno o lanza
aquí deben estar: en casa
nos entremetemos más y más
pero intactos nos deja
por respeto o miedo no muevo un dedo
tomo aire, recupero el alivio, tiemblo
el polvo levanta, se arrastra en primera
¡frena, frena!
cerca de quince metros más lejos
también se desliza ella al otro lado del camino
imperturbable — al menos para mí
segura de su belleza, al conductor guía
¿sonríe?, creo que sí
¿nos ve desafiar la pista de baile?
¿coquetea?
por supuesto que lo hace
como mi amigo, desafortunado devoto
que sigue su andadura, tan consternado
cautivado por la misma música que yo
melodía exquisita, escuchada y tarareada
-décadas atrás-, bajo los árboles
a mitad de camino
por una senda llena de surcos
hasta donde las aguas se encuentran
todo nuestro conocimiento se
transforma en cobra.
Semideciduo
Una suave y elogiosa llovizna
se establece o lo intenta
el otoño se cuela en los días de encierro
en algún lugar, una triste abubilla
grita como un pequeño niño
tararea al dormir
hay un letargo aviar, casi ausencia
es difícil saber qué hacer o
más bien, despertarme para hacer
las innumerables cosas pendientes
—limpiar el garaje, por ejemplo
ya conocen esos tiempos
tres, cuatro días sin afeitarme
tengo aquel tipo de barba yupi
que las damas consideraban sexis
en mí, es una simple evidencia de
que me estoy volviendo un anciano
desaliñado. Corro hacia la semilla
como en el jardín
¿cómo acabará todo?, con mi muerte
o, tal vez, de aburrimiento
¿cuándo todos muramos?
divagaciones sobre cómo reactivar
la economía y que todo esto es
un engaño y que no es más
que una temporada de gripe
y consternación
el otoño es la desaceleración del invierno:
se desprenden las hojas, se acortan
los días. Sin descanso y recuperación
no habrá primavera, no habrá retoño
¡observa!
yo soy este jardín semideciduo
una imagen fresca que se pudre
según el nuevo cliché:
sin descomposición, sin bono
sin muerte, sin vida
no hay ahora, no hay mañana
no hay pronto.
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*María Del Castillo Sucerquia, nacida en Barranquilla, Colombia (1997), es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, inglés, italiano, portugués, griego, árabe, español y alemán).
Con experiencia en radio y actuación (teatro y cine). Ha participado en numerosos festivales de poesía, recitales, foros, conferencias y encuentros culturales. Sus poemas han sido traducidos en diversas antologías, revistas, periódicos y sitios web nacionales e internacionales (Filogicus, Libresta, María Mulata, Bharatha Vision, Alaraby Aljadid, Azahar, Atunis Poetry, El Heraldo, Muelle Caribe, Crisol, Uttor Kota, Sol y Luna, Protikotha, entre otros). Y traducidos al canarés, árabe, urdu, bengalí, griego, rumano e inglés.
Es traductora y columnista en las revistas Vive Afro (Colombia), Palabrerías (México), Cronopio (Colombia), El Golem (México), Cardenal (México), Poesía UC (Venezuela), Revista Digital de Artistas (Argentina), entre otras.
Contacto: lacabramontes@outlook.com +57 301 4520375.