

Presentamos un texto clave del célebre poeta brasileño en la traducción al español de Andrés Sánchez Robayna.
Haroldo de Campos
los portales del tercer milenio
(del vestíbulo
del)
ruedan sobre sus ruedecillas de tres ceros
acoplados en c o l a de cometa
a un dos redondo
ruedan los signos del zodíaco
atizando la cósmica
relumbrante
antorcha augural
el principio-esperanza
pilastra izquierda del portal
y la mora-desespero
pilastra a la derecha
sustentan ambas
(discordante concordia)
los portones que chirrían
sobre los tres
ceros esféricos
donde la sûnya el
vacío búdico
emblanquea
como ojo de águila
absorto en redondos
plenisoles
el ojo y el astro
se contraespejan
un dos broncíneo
doble garra de goznes
articula los portales
en cuanto las ruedecillas cantan
la música gimiente de los batientes
que se entreabren
en el engaste dobladizo
de los quicios broncefúlgidos
el ángel-esperanza
y la gárgola-desespero
se confrontan
en el aplazado converger del
calendario
a lo largo del estepario
del futuro que se entre-
muestra vaciopleno de latentes
acasos
el ángel y la gárgola se enfrentan
del más hondo
de los siglos la voz del sabio melancólico
suena aún
resuena
aún
como antes
en el entrecielo del porvenir
que sibila su enigma:
la voz vieja del sabedor-
-de las-cosas repite
su refrán que el tránsito
de las centurias solo hizo
confirmar como caja-
-de ecos:
“y yo me volví
yo / y vi /
toda la opresión //
que se hizo / bajo el
sol ///
y he aquí el lloro de los oprimidos/
y no hay para ellos / consuelo //
y de la mano que los oprime /
fuerza //
y no hay para ellos /
consuelo”
y el ángel-esperanza retrocede
en su armadura de diamante
la gárgola-desespero jubila
en su gótico esqueletode piedra
: “lo que ya fue /
es lo que será //
y lo que será //
y lo que se hizo //
eso /
se hará //
y no hay nada nuevo /
bajo el sol” –
prosigue el-que-sabe
por entre las nieblas
de la nada
el arcángel-esperanza
poseído de sagrado
furor
llamea su espada
multicentelleante
y rasga un claro
no ob-
nubilado
horizonte donde
se engendra el
f u t u r o
la gárgola chilla
en su nicho de piedra –
en la lámina
fulgurante de la espada se lee lee
clavado en estrellas:
“la esperanza existe
por causa de los desesperados”