Tres textos de la poeta libanesa
(Traducción al español de Rafael Soler)
SACRIFICIO
Mi rostro se rompió hace tiempo.
Durante años sin él viví,
no pude llorar
porque también mis ojos se rompieron.
Crecieron silenciosos los espejos,
y sus mundos se cerraron.
Mi rostro destrozado,
tembló el universo,
mi rostro destrozado
y mi corazón escuchó
acercándose los pasos del frío,
pero renunció a resistir.
Dijo: rómpeme, como hiciste con el rostro,
pero antes expándeme como destellos de amor,
en los que prevalece
el frío, la oscuridad y la flagelación.
Planta en el desierto cuanto de mí reste
y llegará el milagro,
planta en el desierto cuanto de mí reste
y florecerán en su arena
lilas y jazmines.
Rocía con mi sangre
los bordes de la herida
y de mis heridas brotando
bálsamo seré.
LAS ÓRBITAS DEL ALMA
Mi verdadera estrella gira
en las órbitas del alma.
Allí merodeo al amanecer
allí dejo mi cansada caravana.
Mi fiel y misteriosa estrella
me espera siempre
en los quiebres del tiempo,
en la tormenta y sus laderas.
Mi verdadera estrella
gira en las órbitas del alma,
ante su presencia me arrodillo,
musito,
leo el cántico esencial,
me sumerjo en el océano de ser.
Alma de suprema ternura,
abrazo los sueños de libertad,
lavándolos con mis lágrimas leves
hasta que puros resplandecen.
Que ellos me salven,
que me eleven
sobre el luminoso arco de la certeza.
COMPASIÓN PÚRPURA
Mis ojos la guarida del asombro
mi sonrisa un cetro honesto
yo misma un violín suspendido
entre el alma temblorosa
y la cadencia de sus cuerdas.
Elévame sobre tus palmas
con el ímpetu de una última apuesta.
Dibuja las fértiles praderas de la infancia
con tu compasión púrpura.
Colma los cántaros del instante
con vino derramado eternamente.
Dale a mis labios un tajo mítico,
inventa para mi rostro
un horizonte blanco como la virtud.
Llévame en tu pecho
como un delicioso secreto,
y refúgiate en su sombra
cuando pierdas la ternura.
Permite que me oculte disipada
entre tus huesos,
como primavera ascendiendo por tus venas.
Llévame en cada amanecer
hacia tu serenidad.
Saborea la lluvia de mi memoria,
deja que su calor restaure
el frío del alma.
Llévame a la cima de tus anhelos,
usa los destellos de mis párpados
para derribar al cruel emperador,
con la limpieza de mi corazón
purga este universo lacerado por la niebla,
espérame allí,
en las tardes de otros tiempos,
donde se enjoyan nuevas vidas,
espérame allí,
en el filo de lo absoluto,
abrázame allí en mi plenitud,
canta y baila conmigo,
celebrando el encuentro,
envueltos por lo eterno,
por la unión de la libertad y la certeza.