Gonzalo Rojas. Concierto

 

Continuamos esta sección con el gran poeta chileno nacido en Lebu y Premio Cervantes 2003.

 

 

 

Gonzalo Rojas

 

 

A lo mejor debiera uno callarse. Pero no. Todavía no. Por lo menos todavía no. Estoy viviendo un reverdecimiento en el mejor sentido, una reniñez, una espontaneidad que casi no me explico. Es como si dejara que escribiera el lenguaje por mí. Parece descuido, y es el desvelo mayor. Estoy dejando que las aguas hablen, que suban las aguas, y que ellas mismas hablen. (Gonzalo Rojas)

 

 

 

CONCIERTO

Entre todos escribieron el Libro, Rimbaud
pintó el zumbido de las vocales, ¡ninguno
supo lo que el Cristo
dibujó esa vez en la arena!,
Lautréamont aulló
largo, Kafka ardió
como una pira con sus papeles: –Lo
que es del fuego al fuego; Vallejo
no murió, el barranco
estaba lleno de él como el Tao
lleno de luciérnagas; otros
fueron invisibles; Shakespeare
montó el espectáculo con diez mil
mariposas; el que pasó ahora por el jardín hablando
solo, ése era Pound discutiendo un ideograma
con los ángeles, Chaplin
filmando a Nietzsche; de España
vino con noche oscura San Juan
por el éter, Goya,
Picasso vestido de payaso, Kavafis
de Alejandría; otros durmieron
como Heráclito echados al sol roncando
desde las raíces, Sade, Bataille,
Breton mismo; Swedenborg, Artaud,
Hólderlin saludaron con
tristeza al público antes
del concierto:
¿qué
hizo ahí Celan sangrando
a esa hora contra los vidrios?

 

 

ÉXTASIS DEL ZAPATO

¿De dónde habrá salido este zapato
de mujer, enterrado vivo
entre el cerezo y el espectáculo
del cerezo?
Alguna vez hubo
uñas de diamante ahí de un pie
libertino en diálogo
con el otro
del que no hay noticia.
Ocioso
ahora duerme su desamparo en el pasto
a medio fulgor, mezcla
de altivez y
lástima: todo tan lejos. Lo
arqueológico, lo arterial del arco, el tacón;
¡y esa música!

 

 

AL FONDO DE TODO ESTO DUERME UN CABALLO

Al fondo de todo esto duerme un caballo
blanco, un viejo caballo
largo de oído, estrecho de
entendederas, preocupado
por la situación, el pulso
de la velocidad es la madre que lo habita: lo montan
los niños como a un fantasma, lo escarnecen, y él duerme
durmiendo parado ahí en la lluvia, lo
oye todo mientras pinto estas once
líneas. Facha de loco, sabe
que es el rey.

 

 

ANDRÉ BRETON CUMPLE CIEN AÑOS Y ESTÁ BIEN

Esa vez que murió Breton nos juntamos todos
a bailar. ¡Por Nadja! decíamos
tirando al aire las copas
contra las estrellas, y él miraba
la farsa y daba cuerda a su reloj
de polvo: —“Es que no hay Eternidad,
muchachos, es que no hay Eternidad”.

 

 

APARICIÓN

Por un Gonzalo hay otro, por el que sale
hay otro que entra, por el que se pierde en lo áspero
del páramo hay otro que resplandece, nombre por nombre,
otro hijo del rayo, con toda la hermosura
y el estrépito de la guerra, por un Gonzalo veloz
hay otro que salta encima del caballo, otro que vuela
más allá del 2000, otro que le arrebata
el fuego al origen, otro que se quema en el aire
de lo oscuro: entonces aparece otro y otro.