Échenles agua a los muertos
ÉCHENLES AGUA A LOS MUERTOS
Échenles agua a los muertos, a todos
los muertos échenles agua, a todo
entero el muerterío agua fresca échenles,
agua madre
para que salgan
como orquídeas o
como mariposas al otro lado
de las estrellas, más
allá de la maleza
de la irrealidad, a ver
si lo de la resurrección era por último
resurrección o el loco
no era Artaud sino el Mismísimo
al que llaman Dios.
—Cállate,
cuerpo, ciérrate
en tu cerrazón, atente
a lo tuyo: lo que más
te será escasez en la asfixia grande
que ya está ahí será el agua
ese viernes sigiloso: el agua,
no el aire sino el agua,
el agua, agua, agua que ya no hablará el arrullo
del origen, ni
te lavará, ni te besará, ni
adentro ni afuera, seca
de sí, vacía
de haber sido, ella
que fue más madre que tu madre cuando la amniosis,
y antes,
todavía antes.
Del pez en fin
ochenta veces nadie que fuiste, quedarán
3 espinas: la
esquiza de pensar, la
sangrienta de amar,
la venenosa de haber nacido.
LILAT AL WAHDA*
Cuando muere el muerto no es que muera entera la totalidad
del desnacido, queda el alambre
de la memoria, un alambre
tenso, irreal, de unos diez metros
de amor, los parientes
hacen la figura y cuelgan
de la tirantez del hilo toda esa leva
de fornicios y precipicios que es por último el hombre
y su desnudez, sus éxtasis
diminutos en el cráter, ese olor
a Especie que olió abajo en los pelos
de las muchachas, así
no es que ése que está ahí se haya ido, ha
salido para entrar
generación tras generación a la bestialidad
insaciable del espíritu, ahí quedan
flameando en la filmación los pantalones, los calzones.
La muerte y el alambre: da risa
a lo que uno se expone. Todo
por aparecer con letras grandes a 10.000
el centímetro para que se sepa. Los esquimales
se enfrían sin alarde, pasan
la primera noche con naturalidad, ¿quién anda ahí, vuelco de fortuna?
Total uno se enciende y se apaga.
Y déle con pensar pensamiento. Cambio casa habitada
por deshabitada. Que el techo
sea alto y propicio
para la ventilación del pez
cuya agua es distinta
allá abajo.
—El corrupto serás tú, ¡hipocrite lecteur! Tu madre será puta.
Los locos somos hijos de Dios.
*En esquimal: la primera noche del muerto.
LOS VERDADEROS POETAS SON DE REPENTE
Los verdaderos poetas son de repente:
nacen y desnacen, dicen
misterio y son misterio, son niños
en crecimiento tenaz, entran
y salen intactos del abismo, ríen
con el descaro de los 15, saltan
desde el tablón del aire al roquerío
aciago del océano sin
miedo al miedo, los hechiza
el peligro.
Aman y fosforecen, apuestan
a ser, únicamente a ser, tienen mil ojos
y otras mil orejas, pero
las guardan en el cráneo musical, olfatean
lo invisible más allá del número, el
vaticinio va con ellos, son
lozanía y arden lozanía.
Al éxtasis
prefieren el sacrificio, dan sus vidas
por otras vidas, van al frente
cantando, a cada uno
de los frentes, al abismo
por ejemplo, al de la intemperie anarca,
al martirio incluso, a las tormentas
del amor, Rimbaud
los enciende:
«Elle est retrouvée
Quoi? L´Eternité»
Pero la Eternidad es esto mismo.
GUARDO EN CASA CON LLAVE
Guardo en casa con llave a las dos serpientes
dinásticas en
trinche aparte: Prorsa (así le puso Stendhal)
es más larga y sigilosa, más
ondulante Versa; las dos
vuelan como cisnes cuando les pido
que hagan su ballet en el aire por la noche; de
día más bien duermen dobladas
en siete, casi siempre en siete, en
su morada de vidrio; sueñan que son
las diosas Nekhbet y Bouto que ya bailaron antes como ellas
en El Libro de los Muertos.
Las uso para escribir el Mundo, por eso
les doy leche y uvas, las dejo jugar
libres entre mis papeles; me gusta que hablen solas
como yo, que piensen
su pensamiento de muchachas desde un fulgor
inmemorial sin miedo a
morir: eso me gusta.
Además cómo ríen de cada línea loca
que se me ocurre, Versa
es la que más confía en lo que hago, y hasta
acaricia mi oreja, Prorsa la exacta
me exige menos lujo. -Así no,
me dice: sin
euforia.
A veces les abro la otra puerta de mi cráneo y ésa sí
es alegría: bailan
hasta enloquecer, vuelan
por mi imaginación como si entraran a
otra galaxia y
no dejan dormir a nadie en ese espejo. La quebrazón
empieza con los gallos.
FLEXIONES PERO NO GENUFLEXIONES
10 a 12 flexiones en la barra de afuera
del jardín al amanecer, las rosas
ríen: -Vétero
áspero.
Discrepo: Ni tan
vétero ni tan áspero. La objeción
es pura liviandad de pétalos pintarrajeados listos
para la Arruga, putidoncellas y además: ¡fuera
de aquí!, yo
no soy hecho de pétalos,
soy
de cuarzo y persevero, me estiro
como tigre.