Gonzalo Millán

Vida de perros y otros textos

 

 

 

 

Niño

Encontrarán siglos después,
cuando sólo queden los envases
de una sociedad
que se consumió a sí misma,
sus restos
de pequeño faraón dentro
de un refrigerador descompuesto,
enterrado
bajo unas pirámides de basura.

 

 

Nadie

Las calles están silenciosas
y desiertas. Solamente cruzan
las sombras de los árboles.

No se oyen pájaros, bocinas,
ni siquiera el motor inminente
de un auto siempre aproximándose.

Los ascensores, las escaleras
y pasillos de los edificios, vacíos.

En una cocina un charco
en torno al refrigerador
que se deshiela
con sus bandejas desnudas
y la puerta abierta.

Conservada en el hielo
no hay más que una arveja
muy pequeña, redonda y verde.

 

 

El paseo del sastre desnudo

Después de clavar esa aguja
con dos manos en la silla
y cerrar ojales y cortinas,
camino.
Puede que observe los vinos o el río
o doble bruscamente las esquinas
tratando de huir
del figurín oscuro que me sigue,
o puede que de pronto me detenga
y cierre mi único ojo y mi bordado
con un nudo negro sin más hilo.

 

 

Vida de perros

Los gatos se agazapan
entre la floja maleza
del jardín maloliente
por el gas de los escapes;
saltan y acezan chillando
sobre sus gatas.

Después entran
por su plato de leche;
se limpian a lentos
lengüetazos el pelaje,
se van por las murallas
o échanse en los trapos.

Yo les paso largo rato
la mano por el lomo
y los envidio siete veces.

 

 

El demoledor

Dormíamos abrazados
como dos gotas de agua
cuando nos despertaron
unos golpes en la puerta
de la antigua casa.

Soy el demoledor, dijo
sonriendo a mi esposa,
un extraño,
y entrando se acostó
entre nosotros al revés
en el medio de la cama.

 

 

Hoy no haré trabajo voluntario

Para Andrés y Mauricio Millán

Aunque en las calles lluevan
palos y piedras hoy debo
atravesar la ciudad revuelta.
Nada podrá detenerme,
ni barricadas llameantes
ni gases lacrimógenos.
Avanzo como un ciempiés
bajo una cáscara de huevo
llevando a casa de mi padre
una pequeña tina de baño
para mi hermano recién nacido.
Y no puedo detenerme.
Después escribo.

 

 

Mitos

La gallina, la vaca, el cerdo
son animales inverosímiles;
logotipos de marcas registradas.
Todo ocurre en el refrigerador
entre el crepúsculo y el alba;
las yemas y claras de los huevos
consolidan en cubetas de hielo
con docenas de concavidades.
El tocino rebanado por si solo
cae de las lardosas paredes.
Mientras soñamos
hablando en lenguas muertas,
mugientes, cacareadoras, porcinas,
el refrigerador ordeña la luna.
¿No han oído acaso su canturreo
alucinado en la duermevela?
Y al despertar nos aguardan
fritos los huevos y el tocino,
el vaso de leche fresca y fría.

 

Gonzalo Millán (Chile, 1947 – 2006). Poeta y traductor. Uno de los autores más destacados de la generación del sesenta. Estudió Literatura en la unive ... LEER MÁS DEL AUTOR