Giuseppe Ungaretti

Soliloquio y otros textos

 

 

(Traducción al español de Emilio Coco)

 

 

 

FINAL

 

Ya no muge, no susurra el mar,

El mar.

 

Sin los sueños, incoloro campo es el mar,

El mar.

 

Da pena también el mar,

El mar.

 

Nubes espontáneas mueven el mar,

El mar.

 

A tristes humos cedió el lecho el mar,

El mar.

 

Ha muerto también él, mira, el mar,

El mar.

 

 

 

 

12 DE SETIEMBRE DE 1966

 

Apareciste en el portal

En un vestido rojo

Para decirme que eres fuego

que consume y reaviva.

 

De tus rosas rojas

Me pinchó una espina

Para que chupara del dedo,

Como ya tuya, mi sangre.

 

Recorrimos el camino

Que lacera la lozanía

De la salvaje altura,

Pero ya desde hace tiempo

Sabía que al sufrir con temeraria fe,

La edad para vencer no cuenta.

 

Era un lunes,

Para estrecharnos las manos

Y hablar felices

No encontramos refugio

Sino en un jardín triste

De la ciudad convulsa.

 

 

 

 

ESTRELLA

 

Estrella, mi única estrella,

En la pobreza de la noche, sola,

Para mí, sólo, resplandeces,

En mi soledad, resplandeces;

Pero, para mí, estrella

Que no terminarás nunca de alumbrar,

Un tiempo te es concedido demasiado breve,

Me otorgas una luz

Que no hace más que agudizar

La desesperación en mí.

 

 

 

 

ES LA HORA FAMÉLICA

 

Es la hora famélica, la hora tuya, loco.

 

Arráncate el corazón.

 

Su sangre sabe a sal

Y sabe a agrio, es dulzona siendo sangre.

 

Lo hacen, tantos llantos,

Cada vez más sabroso, tu corazón.

 

Fruto de tantos llantos, ese corazón tuyo,

Arráncatelo, cómetelo, sáciate.

 

 

 

 

REGALO

 

Ahora duerme, corazón inquieto,

Ahora duerme, anda, duerme.

 

Duerme, el invierno

Te ha invadido, te amenaza,

Grita: “Te mataré

Y ya no tendrás sueño”.

 

Mi boca a tu corazón, estás diciendo,

Le ofrece la paz,

Anda, duerme, duerme en paz,

Escucha, anda, a tu enamorada,

Para vencer la muerte, corazón inquieto.

 

 

 

 

HAS VISTO APAGARSE

 

A la soledad horrenda tú le prestas

El poder de correr dentro del Edén,

Amada donante.

 

Has visto apagarse en mis ojos

La acumulación de tantos recuerdos,

Cada vez más destructores,

Y un único recuerdo

 

Formarse de repente.

Tu alma lo ha encerrado en mi corazón

Y he renacido.

 

A la soledad que da miedo

Le ofreces el milagro de los días libres.

 

Redimes de la edad, pequeña generosa.

 

 

 

 

TU LUZ

 

Desaparece poco a poco, amor, el sol

Ahora que sobreviene una larga noche.

 

Con la misma lentitud del tormento

Vi alejarse tu luz

Para nuestra no breve separación.

 

 

 

 

EL RELÁMPAGO DE LA LUZ

 

Miles de hombres antes que yo,

Y también más que yo cargados de años,

Mortalmente hirió  (¿hirieron?)

El relámpago de una boca.

 

Este no es un motivo

Para que se atenúe el sufrir.

 

Pero si me miras con piedad,

Y me hablas, se difunde una música,

Olvido que quema la herida.

 

 

 

 

PARA LOS MUERTOS DE LA RESISTENCIA

 

Aquí

Viven para siempre

Los ojos que fueron cerrados a la luz

Para que todos

Los tuviesen abiertos

Para siempre

A la luz

 

 

 

 

SOLILOQUIO

 

I

 

Te he buscado en mí largamente,

No te encontraba nunca,

Luego universo y vida

Se me revelaron en ti.

 

Aquel día fui feliz,

Pero el júbilo del corazón

temeroso me advertía

Que no estaba satisfecho.

 

Fue un extraviarme breve,

Ya tus dedos de sueño,

Ápice de la piedad

Me acarician los ojos.

 

Dabas entonces solícita

Esa quietud infinita

que tras amar asalta

A quien gozó de su furia.

 

 

II

 

Resplandece el sol en ti

Con el alba que volvió a salir.

¿Puede inducirme a creer

Un mar tan risueño?

 

Hoy es el carnal engaño

Que está deteriorando un corazón

desgastado por el delirio.

 

Lo desilusiona cualquier mira,

Llega sólo falsificado

el milagro, lo vuelve ciego.

 

 

III

 

Mi amor por ti

hace milagros, Amor,

Y cuando crees que has huido de mí,

Descubro que te engañas, Amor mío,

Volviendo la pureza

A iluminarme los ojos.

 

 

 

 

ILUMINADO ROCÍO

 

La tierra tiembla

de placer

bajo un sol

de violencias

amables

 

 

 

 

ESTOY ENFERMO

 

La melancolía

me macera

 

El cuerpo desangrado

me desangra

la poesía

Giuseppe Ungaretti (Egipto, 1888 – Italia, 1970). Considerado una de los autores claves de la poesía italiana del siglo XX y miembro destacado de la escuela ... LEER MÁS DEL AUTOR