Gisella Blanco

Tu rostro es una ciudad

 

 

 

Nueva poesía italiana
Sección al cuidado de Cinzia Marulli
Traducida al español por Stefania di Leo

 

 

 

Descendientes

 

Se cuela en el abismo,

entre los desechos

y el latido del corazón, la turgente plenitud del movimiento

nuevo, abocado al espasmo.

La disonancia del llanto desencadena

silencioso en la cesura abdominal, se expande

la sociedad de los ciclos, se retira, va más allá

los filamentos en el cuerpo virginal.

 

La epifanía del rostro nombra cada muerte,

la arrastra a la carne. se vuelve más delgado

el rastro de sangre desde el útero hasta lo desconocido,

el sonido de la piel que se levanta se humedece,

blanquea al tacto, recuerda a la madre

a las garras de la materia frangible.

¿Seguiremos estando divididos en apariencia?

 

Un átomo arcaico se desprende del pecho,

busca huir con pequeñas extremidades lechosas,

se congela en el aire al primer grito, patas

de una furia que no es la suya. La ternura es atroz

de la brecha que imprime la inconsciencia en las mejillas,

cede como una lágrima del ojo, se descascara

en la búsqueda del nombre inapropiado.

 

La intersección de iris agrieta la carne, aparecen

cicatrices pasadas donde navega el castigo,

el éxtasis se desliza hacia la perversión, el cuerpo cambia

en cuerpo contundente. Las vísceras sociales nutren

el destino de la arcana solidaridad del pecho empaña

la vista al peaje del hambre. Surge la ira

de las fauces mutiladas mastica las memorias.

 

El tiempo pasa en el legado incumplido, habla

un lenguaje depredador de sonidos, confunde

la madre con el niño, juzga la evanescencia de la frontera.

Se escapa del arrepentimiento por apostar

de la multiplicación y tropieza en la llamada

del margen. La alegría resuena

como un cuchillo en el costado.

 

La agonía de la especie ensancha el linaje en la vena,

la sangre ofrecida en la oscuridad no se pronuncia.

Vierta el rito de la ternura en el cáliz

de mi vigilancia, te devuelvo el cuerpo

en forma de promesa.

Tu voluntad es mi absolución.

 

(da L’Antologia di Aa. Vv. “Negli occhi dei Bambini – ScriverePoesia Ed. 2022 – Tomado de la antología de Aa.Vv. “En los ojos de los niños”, ScriverePoesia ediciones 2022)

 

 

 

Conjugarse

 

La grieta en la pared se manifiesta

-sombra en la sombra-, salta de la abominación

de la integridad a la claridad del impulso,

se inclina hacia el fondo de la luz,

marca el escaneo del crepúsculo.

 

Un destello de nubes basta

para proyectar mi vida en la grieta

y toda la pared en el esternón,

No entiendo el entrelazamiento pero puedes sentir

cualquier interferencia, las capas se alinean.

 

Una pincelada más de color

y la pared me abre los ojos, observo

la parte superior de la cara sobre el cuerpo,

la contorsión del cemento en la arruga.

La costilla tiene un temblor vertical,

reafirma la fragilidad del apareamiento.

 

(Texto presente en Laboratori Poesia, El mapa de los poetas italianos)

 

 

 

 

María

 

Sobrevive al bombardeo de la oración,

pata en palmas desconocidas para ti

entre los huevos de tus santos conjuntos

de los filamentos del terror.

 

Hermana primitiva

quisiera anclarte a mi lado, aliviarte

de la tensión del índice paterno,

de la despedida de nuestros hijos,

de la caricia sin respuesta que atormenta nuestros párpados,

 

Me ruego empujarte más allá del recorrido de las bocas

que te crucificaron

en el aguijón de la leche – feroz masacre

que se repite en el pecho-.

 

La muerte es robada del hueco del cuerpo,

no hay dormición que domar

la furia de las sienes

y entre las mujeres vienes -cree en mi-

al mismo temblor.

 

El llanto es un gigante solitario,

mar que no abre las piernas de la lágrima

a la llamada de los dioses.

 

(Tomado de la colección inédita “Mujer política galante”)

 

 

 

Macero

 

El pasado es fuerza electrostática,

enreda los gases putrefactos de los antepasados

con osarios no expresados,

se erigen monumentos a los sobrevivientes.

 

El presente es un desperdicio

guardería no autorizada, eco-subvertible

del cuerpo -nunca nacido con razón-,

interruptor roto

al dedo cortado del futuro

(nuestro único hijo ilegítimo).

 

Esta noche el pequeño

bastardo ha devorado

sus pequeñas falanges

con boca

pequeña

sin dientes.

 

Amanecimos madres sacias.

 

(Tomado de la colección inédita “Mujer política galante”)

 

 

 

 

Escaneos

 

La buena oportunidad está por volver

desde el horizonte sin hojas con cerezos,

el sinfín realiza una auténtica extracción,

descubre los nervios de la tierra, los entrega

como último saludo de la raíz.

 

No puedo abandonar a la primera persona.

femenino singular, discontinuidad

de objetos aplastados por la sombra. Quizás

es la ira del residuo, la avalancha deformante

de la porción que intercede conmigo, me desparrama

en la multitud de mis voces. ¿Dónde estáis?

 

Si un largo lamento disuelve la vena, el verso

destila la sílaba, arquea la palabra desde el púlpito de los recuerdos,

cambia el color de las cosas desde una curva remota del cráneo.

¿Dónde estoy?

 

Dejé una bolsa en el suelo

lleno de botellas de alcohol, actos químicos

incautos para envejecer. Si los has dibujado de la palma al revés,

¿dónde os quedaréis?

 

Hay una gota de escarcha en cada presunción,

entre el yunque y la carga, casi escondida

en turbulencia, se disuelve a la ocurrencia.

No hay duda de que yo no sepa dónde estés.

y preguntas sin fin, de repente, en el pasaje

del silencio entre los ojos, en las campanadas.

 

(Inédito)

 

 

 

Decir

 

La claridad del blanco se rompe en la dirección de la línea,

la letra del sonido se dibuja en la coyuntura

de inclinación semántica, en la aporía del acento:

no recuerdo la sílaba intacta de tu nombre,

la pronunciación absorta, el movimiento de la lengua para sacarte el aliento.

Vivo en el escaneo del pronunciamiento, en el método antiguo

de la predicción inversa, de la palabra que se vuelve a trazar

al revés, de la prosodia volcada al ilimitado decirte.

 

(Agenda Poética 2021, Bertoni Editore)

 

 

 

 

El poeta del mundo

 

Si la curva aplastada del planeta

el frente, la antípoda, perlado de consternación

soportes posturales sobre sus propios restos

y se indigna ante la ráfaga de horror, busca el discurso.

 

Uno se pregunta si la sátira puede hacer estragos en la herida

para encarnar la medida en los miembros vírgenes,

se dibuja la parábola del dolor

como un arco ascendente que ilusiona la sonrisa.

 

Otras tripas apretadas a la boca pateando en el anuncio

-se extiende la agonía mediática-,

los derechos de las noticias se adaptan al sabor de la sangre,

la palabra sobrevive a todos sus muertos.

 

Huestes de santos y depredadores se juntan

más allá de las moradas de Cristo, a la derecha de la tierra

donde se sientan otros padres y las madres

ofrecen lágrimas iguales a cada niño.

 

En la frontera, expulsado del vientre de la palabra

el poeta, ciudadano en toda la lengua,

yace por error entre la garra de la pluma

y la urgencia de la naturaleza muere solamente

cuando la laceración te aburre.

 

(Corazones en Kabul, Antología de varios autores, ediciones Graphe.it)

 

 

 

 

Tu rostro es una ciudad

 

Acantilado de techos, templos escarpados,

balcones lechosos de dientes.

La ciudad se abandona a la melancolía de los prados en los que nacer desnudos

y en el verano tenemos fiebre, sin aliento, bocas

que se ensanchan por callejones alargados hasta el iris.

Las chimeneas encendidas arden, justo encima de la frente,

sentimos su color con rayos de llanto.

 

(Mujer política galante, colección aún inédita)

 

Gisella Blanco Nació en Palermo en 1984 y vive en Roma desde hace varios años. Ella tiene una licenciatura en derecho, se ocupa de crítica y divulgació ... LEER MÁS DEL AUTOR