Giovanni Giudici

El proyecto de sí mismo

 

(Traducción al español de Emilio Coco)

 

 

CUERPO

 

Cuerpo –yo no ignoro

tu piedad.

Yo –que sin cesar exploro

tu pensarte y pensar.

Y al fondo del inmenso mar

comparo tu fondo:

 

lo que en ti y de ti

viaja tras este aparente

estar quieto en un sitio o en la cama

y se modifica –sustancia de tu aspecto

más allá de esta aparente

identidad tuya.

 

Cuerpo –de olor y calor,

de fuego, de luz y de vapor.

Cuerpo –destinado a ser ceniza

y a la inconsciencia solitaria de sí.

Tú que para darte no puedes no quemarte.

Tú que no puedes aferrarte al instante que te ama.

 

Cuerpo –curiosidad

animalmente inerme que se hurga

en un juego de niños entre los setos.

Cuerpo –que en otro cuerpo se comprueba

y en él ansía reflejarse,

estamparse con una huella de temblor.

 

Cuerpo –cerrada mónada

si atrancas las puertas y ventanas de tus sentidos.

Cuerpo –despojado y alumbrado.

Cuerpo –de luna y de sol.

Cuerpo –silencioso y paciente.

Cuerpo –que ninguna mirada ha recordado.

 

Cuerpo –cuánto rebosa

tras los estrechos límites de la mente

y navega hacia su propia destrucción.

Y por una sombra, una arruga mínima en el vientre

o un trazo desgraciado del pie declara

su melancolía irremediable.

 

Cuerpo –ofendido y adorable.

Oh puro espíritu.

 

 

 

 

EL PROYECTO DE SÍ MISMO (II)

 

El ingeniero no era el ingeniero que proyecta

el puente por donde otros tendrán que pasar:

era él mismo el hombre perseguido que espera

delante del vacío la cosa que atravesar.

 

Ni el puente era el puente que se extiende

de un principio de tierra a un término cierto:

era la aventura de un arco que nace

en una bóveda inexistente.

 

No era el ingeniero que junta

cemento y mortero y alquitrán y piedras:

era él mismo que debía fragmentarse y construirse,

avanzar encima de sí con sus pasos lentos.

 

Entonces ingeniosamente se empeñaba.

Colmaba la nada de delante con la nada que detrás quedaba.

Se tumbaba cuan largo era, se levantaba, caminaba:

tan rápidamente que a aquel vacío no se precipitaba.

 

 

 

 

SOTTO IL VOLTO (III)[1]

 

III

Miserable es el hombre que necesita ayuda

Miserable quien se percata

De cuánto no vale riqueza

De imágenes grandeza de pensamientos

Vertida en libros de historia:

Tuviera yo los actos infinitos

De tu trabajo con que castigar mi jactancia

 

«Todavía no estoy bien, no estaré

Nunca más bien» –es tarde para entrar

Dentro de cada gesto tuyo de cuarenta años

Donde fue amor tu concreto afanarte

En cuidarte de mí prepararme la cena y la comida

Entreteniendo a nuestros hijos para que pudiera recitar

A mí mismo una vida de novela

 

Yo que piedad y consuelo

Imploro ahora –yo

Que he pasado junto a ti como un muerto

Vieja mujer exprimida

Que interrogabas tu congoja muda:

Para que fuesen mías

Todas tus poesías

 

 

 

 

 

EN MI AÑO TRIGÉSIMO

 

En l’an de mon trentiesme aage,

Que toutes mes hontes j’eus beues…

                                                  Villon

En mi año trigésimo, que fue amado

como los otros, envueltos en un ovillo,

prisioneros de la cadena perpetua del tiempo,

en mi año trigésimo he dejado

las mesas de los cafés, los agradables

paseos vespertinos, los falsos arcángeles

de las poesías, el ansia de no negarme

a vigilias inacabadas.

Apenas un aliento

de vida humana adentro, que en los cristales

se estampa, es en mí el recuerdo de los pecados

cometidos sin arrepentimiento, efímero

sentimiento de errores irrevocables

que se volvieron más queridos, en el amor, la ganancia,

el fútbol: los goles fallados,

sólo a un paso de la red.

A mi

común año trigésimo la muerta

adolescencia importa poco (y era

quizá otro, si es cierto que cada día

en nosotros se pone):

y otro nace en mí,

un hombre que se deja crucificar

contando los golpes del martillo, y descubre

en el vuelo de las golondrinas un lenguaje.

 

 

 

 

1.Es el nombre de la calle donde vivía el poeta (Via Sotto il Volto,1) en La Serra di Lerici (La Spezia).

Giovanni Giudici Nació en Le Grazie (La Spezia) en 1924. Desde 1933 hasta 1956 vivió en Roma, donde se licenció en Letras con una tesis sobre Anatole Fran ... LEER MÁS DEL AUTOR