Gianfranco Lauretano

Las cosas esperan mi enamoramiento

 

 

 

(Traducción al español de Emilio Coco)

 

 

 

SON LAS ONCE Y ONCE, YO TE AMO

 

Son las once y once, yo te amo

casi llorando frente

a tu luz, tan verdadera

y llena de nuestros diez años

te amo cuando apareces

desde la puerta come hiciste

en mi vida

trayéndome tu rostro y tu seno

para que pudiera nutrirme

del cielo y de la tierra.

 

 

 

 

LAS COSAS ESPERAN MI ENAMORAMIENTO

 

Las cosas esperan mi enamoramiento

el cielo me ama con el sol y con el viento

me ama mi ciudad

el oro de tu rostro

pero no sé corresponder

veo el amor por mí

entre las nubes espantosas y hermosísimas

la hierba alta del borde doblada

por un soplo  vasto y fuerte

el campanario distante y visible

y cada cosa que me ama

me amas tú que no estabas

en el coche pero estabas

pues sí con todo aquel amor

tan parecido a ti.

 

 

 

 

LA NIEVE ESTÁ FORMADA

 

La nieve está formada

por minúsculos adjetivos de hielo

un aliento de voz hace nascer el viento

las hojas blancas se abren

formando un diccionario

el mundo hablando se presenta a mí.

 

 

 

 

QUINCE DE DICIEMBRE

 

I

 

Cuando llegamos la abuela

ya se había dormido. Ya blanca

como la esposa de un marido

por fin fiel, ya terrible.

Entonces el hospital se volvió

un regazo y todos éramos más tierra

más agua, más pulsación.

Pero verla allí… como un muro

ya no nos habría parlado

sonreído con su espléndida sonrisa

de madre. Nunca más. Una ofensa

un puño su no-mirada

ese inaguantable no-saludo.

 

 

II

 

El abuelo murió en 1940 en Albania

y ella que tenía 32 años

no volvió a casarse

quedándose sola con sus tres hijas.

Esta tarde vuelven a verse. Después de 49 años

vuelven a verse. ¿Qué se estarán diciendo?

¿Lograrán hablar? Lo van a necesitar?

¿Y qué pensará la abuela, ahora

que lo ve todo?  ¿Sufrirán por nosotros

por tanta idiotez? ¿Se tendrán

abrazados, para recuperar?

Este poema pide por ella

aquella paz. Y que la pida siempre

cada vez que alguien lo leerá

con el mismo origen de mi dolor.

 

 

 

 

LA BESTIA

 

Gruñe el siervo del poder

no lo oyes, está callado

guarda las apariencias

pero tú, estate listo, prepara

la correa.

 

Entre el bien y el mal

sólo exiguas diferencias.

El mal no lo ves bien

se confunde a la vista

se disfraza hábilmente

casi casi como el bien

es un reformista.

 

La bestia se civiliza

esconde su furor

exhibe buenas maneras

piensa en positivo

se le ve todas las noches

es presentador de televisión.

 

La bestia no gruñe, entrevista

elige a los huéspedes del programa

que exultan en la pantalla

pero son sólo unos necios

kamikazes del drama

farsa de sí mismos.

 

La bestia los administra

con el palo y la zanahoria

impone su guion

y nos los suministra

en la televisión demuele el bien

con gélida ironía

invisibles cadenas

incluso simpatía

la bestia siniestra.

 

 

 

 

DIOS NO ESTÁ

 

Dios no está, está trabajando

se ha ido adonde

para creer en él no piden

pruebas. Dios no está

porque no se le necesita

se ha trasladado, no es

malcriado y no está obligado

a contestar, no impone

su estado a quien no hace un gesto

que no se le pide.

 

Dios no está, está construyendo

con los que tienen sed y hambre

de justicia y pan

se remanga

y ensucia sus manos

con enorme ternura

los junta y los ama.

Dios está allí con aquellos

que saben la unidad

los reúne y los

asemeja a él, todas

aquellas pequeñas trinidades.

 

Dios no está en Europa

ha obedecido, se ha apartado

de las paredes y de las leyes

de los hombres que aborrecen

las greyes, nos ha dejado

con los parlamentos y las televisiones

los centros comerciales

y las constituciones, nuestros

inútiles cachivaches.

 

Dios está en otra parte, secreto

a lo largo de un arrozal pedregoso

en un desierto, un palafito

un barrio de chapas

una alcantarilla a cielo abierto

y allí trabaja. Se está haciendo

un pueblo, perdona,

compadece. Está creando

como siempre y dividiendo

los sentados de los seguidores

los fértiles de los estériles de hijos

y de pecados, ni siquiera de estos

ya son capaces.

 

Gianfranco Lauretano Nacido en 1962 en Sessa Aurunga, vive en Cesena. Ha publicado los volúmenes monográficos La traccia di Cesare Pavese (2008),  LEER MÁS DEL AUTOR