Evadirse de nuestra propia piel
(Traducción al español de Emilio Coco)
De Naufragios en aguas de puerto
No cierra nunca
los ojos
por la noche duerme
con los párpados
colgados
No hay pensamiento
que pueda calmar
la ola de pánico
*
Tiemblan sus patitas
de gorrión
frotan la hierba
dejando flores arrancadas
avanza con sus manos
extendidas
manos de santo
paradas en el aire
todo aristas…
eternamente solo
en su camino.
De Elegía planetaria
VI
A Ion Mavilo
Has tironeado tu caverna de agua
cuerpecito decantado en un inmóvil
licor de bonanza.
Revolcarte en el óvalo de la cuna ahora es para ti
renacimiento desde un sueño trastornado
ganas de vida la mordedura de la entraña
que se derrite en llanto, garganta tendida
hacia una vena escondida de la fuente
aliento corto capturando el chorro
de esa única linfa.
Con el ímpetu animal de quien ignora
estás a salvo, pero quién sabe para cuánto tiempo aún
de papillas liófilas, de comidas hibernadas
de los genes extendidos en la lámina para temperar
al gusto el suplicio del trigo.
XI
para Antonella Anedda
Las alturas mueven un aire de piedra
el pico ceñido por el maestral aleja
de sí lazo y arpón.
El hielo levanta las costillas en forma de dedos
abiertos, listo las une come párpado
batiente.
El cuerpo es honda y arado
dura vibración dentro de la vía
esdrújula.
Una desviación de lado al levantarse
el mercurio aplana la bajada
de próspero cristal, átomos
que se toman de la mano lanzados
en el estruendo de la vaguada,
mísero freír de vidrios debajo
de la amoladura del hielo,
la madera de los muros clavada
en la piedra sepulcral.
Devastaciones de un rollo
de nieve.
Blanco irisado y perpetuo
cubriendo de sí
hombres y cosas.
De Impermanencias
Allá volveremos todavía
con la sangre amedrentada
el cuerpo reducido a una trama
tentando umbrales y postigos
con mano de niño
para sustraernos a los años
en perenne acecho
con sus alientos corrompidos.
Volveremos todavía
enmudecidos hasta la apnea
en las necrópolis del corazón
cada cual arengando sus recuerdos
en busca de los años perdidos
años que parecen días
donde todo ha ocurrido ya
donde todo un tiempo
parecía aún posible.
***
Desde un alba a la otra
se acortan los días
que a nosotros los niños
detrás de una luz de vidriera
nos parecían eternos.
A nosotros los niños
que éramos nada
y éramos todo.
De Fragmentos del vivir sutil
Siempre abierto diario donde dejas
de anotar la vida. Injusto existir
por una petición de gracia sin un alma
a quien dirigirla.
Todo aquí el esfuerzo: saber estar a lo convenido
como raíces entre piedras tapiadas debajo de un vértice
de cielo que hace cosquillas.
Vencer, no detenerse en la muerte.
Crecer,
en el vigor del holocausto.
***
Una sola ley: resistirse a la entrada
en el nuevo cuerpo, detener la forma
tierna en gozosa progresión
reduciéndola como línea en la hoja
(para que no paste el blanco)
y desde allí nuevamente al cuerpo
trazarle pasillos de continencia
en el frío estelar.
Despegando la cometa
de todo amarre terrestre,
con las caderas derechas y el pecho
que implosiona,
ensayar en fin el éxtasis de los santos.
***
Evadirse de nuestra propia piel
desafiando a dejárnosla.
Carne que ya no quiere servir
ni acrecentarse,
apostasía
drama de un cuerpo
excelso
bajo la tutela de la enfermedad.
De En la casa extraviada de la mente
para Ildo E.
Ha caído la luz en aquel occidente
de la palabra…
palabra a flor de labios
que no viene,
sumergida en los más negros
bajíos,
palabra carente de resurrección.
Palabra que persigue una tinta
común –
estigmas labiales
en la bruma indistinta
de las cosas.