Hay un verso en la llama
EL DULCE TRINO
¿Qué me hace confiar en el mundo
cuando monto el abismo de la bestia
y clavo los ijares al blanco pegado
a la carne morada del corazón
y me como sus vísceras y sus ojos
que solo saben ver el alma
y me convierto en sangre
en el azul infinito del cielo?
CON PASIÓN
Todo en mi vida lo toqué con pasión.
Como un cabro subí los empinados pechos
de mujeres irrefrenables
y bajé a tientas al jardín de la vida y la virtud
a la hora del Ángelus.
Todo aparece y desaparece a la hora del magma
de la creación
y queda esta música extremada
saliendo del paraíso.
¿DÓNDE ESTÁS?
Cuando era muchacho nada podía detenerme
y desperdiciaba mis sentimientos
como un jugador de casinos.
¿Dónde estás joven con guitarra y madrugada?
¿Con quién te untabas vino, azafrán
anguilas a la bilbaína mientras bailabas a Lorca?
Todo está en el medio de mi corazón
en el cielo de mi boca.
Ven Francisco de Asís que yo estoy hecho de ti
con tu desenfreno y mi sosiego.
Ven para que recordemos lo inolvidable.
Yo sin ti soy una luna sin sol, la noche nada más.
¿Para qué quiere la noche un hombre sin memoria?
¿Con quién voy a repetir los nombres de tantos
amores y de tantos muertos?
¿Quién va a asistir mi memoria?
Quédate conmigo, hermano joven
no me dejes morir tan solo.
EL MAR Y LA TORMENTA
Mi historia no ha terminado aun
pero quiero volver a los brazos de mi madre,
a la ternura de sus 19 años
y a las palabras que mi padre inventaba
para describir el universo
que iba a recitar en mi vida.
Soy mis padres, mis abuelos, mi ciudad,
la lujuria de un amante que alcanzó la santidad
en el fuego del verso y el mar.
A LO MEJOR
A mis amadísimos Antonio Gamoneda
y la bella Angelines
A lo mejor mi corazón deje de latir
para que se encienda una luz en el cementerio
de los enamorados.
Queda cerca de las estrellas débiles
que guardan su pureza
en el tiempo de partir a la soledad, a la gracia infinita.
Yo no sé si vivo realmente…
Pero si mi corazón dejara de latir quisiera
irme a una estrella que hable,
que diga de mí cosas hondas y amargas
y que me oiga llorar.
CUANDO ME TOQUE DEVOLVERLE LA VIDA A DIOS
Cuando me toque devolverle la vida a Dios
y mi cuerpo se quede frío como la noche,
cuando la vida llegue hasta el borde
de la tierra y se hunda
y ya no sienta pena por mí mismo,
cuando ya deje de pensar en el arcoíris
o el unicornio como un sueño lejano,
mi alma se convertirá en un pajarito invisible
o en un rayo que cae en la mar
para iluminar la vida.
CUANDO MI AMOR ME ABRIÓ LAS PUERTAS DEL CIELO
Cuando mi amor me abrió las puertas del cielo
vi que los ángeles tenían versos en sus alas transparentes
y que todo el cielo infinito se posaba sobre un suelo
tan firme como el universo y la imaginación.
Los colores tienen la virtud del cristal inmaculado
y los pájaros cantan los versos que crean la virtud
de las alas de los ángeles.
Cuando mi amor me abrió las puertas del cielo
vi el origen de la dicha
y ya no supe cómo vivir sin ella.
UN PLUMAJE DE LUZ
Las estrellas tienen un plumaje de luz
invadido por ángeles traviesos
y un cielo de pájaros azules.
Así aparecen la aurora y el amor de las
criaturas por el cielo inalcanzable.
Y con la luz vienen las sombras y el perfume
de un nuevo día que nos acerca a la muerte
que es la única tierra prometida.
Volveremos a la tierra para nacer,
ser un cenzontle libre como la luz del día.
PALABRA SOLAR
Tienes una palabra solar cuando hablas
y creas el incienso y el sudario de mi cuerpo
que te ofrece una rosa virgen.
Tienes una palabra solar cuando creas el
aliento del Niágara con mi sangre.
Así me adivinas el pensamiento
y pones en mi boca la fruta desnuda.
Tú me regalas tu imaginación y la codicia
para que yo te haga un poema voraz,
idéntico a ti,
con una palabra solar.
-POEMAS DEL LIBRO HAY UN VERSO EN LA LLAMA.