Diálogos
Por Márcio Simões
Poeta, editor, traductor, ensayista, Floriano Martins es conocido por haber creado Agulha Revista de Cultura hace 20 años, un vehículo pionero de circulación en Internet y dedicado a la difusión de estudios críticos sobre arte y cultura. Al final de un año agitado por la degradación política y sanitaria en Brasil, en medio de una pandemia de alcance global, Floriano Martins va contra la corriente de la historia. La colección “El amor por las palabras”, que coedita con Leda Rita Cintra –ARC Edições/Editora Cintra–, de circulación exclusiva a través de Amazon, alcanza la marca de 85 títulos. Y ahora el poeta –que este año también brindó por nosotros con la publicación de su poesía completa y los tres tomos de sus ensayos reunidos– anuncia la publicación de dos intensos proyectos editoriales: Atlas Lírico de Hispanoamérica y Conexión Hispánica –el primero de ellos una producción de la revista Acrobata y el otro de Agulha Revista de Cultura. Este breve diálogo con él debe cumplir la función de acercarnos a sus motivos y sueños.
MS | Desde muy temprano tu interés en la lírica hispanoamericana. ¿Qué ha significado su descubierta en tu vida?
FM | Aún hoy, el diálogo del poeta brasileño con la inmensa tradición lírica en Hispanoamérica no es muy significativo. Incluso el interés por el conocimiento del idioma español es casi nulo. A principios de la década de 1970, cuando Pablo Neruda ganó el Premio Nobel, algunos de sus libros fueron traducidos al portugués, siendo prácticamente, junto con Jorge Luís Borges, los dos únicos poetas difundidos en Brasil. Gracias al intercambio de correspondencia con un amigo argentino y al hecho de que una amiga se había casado con un nicaragüense, pude acercarme a poetas como César Vallejo, Rubén Darío y Alfonso Cortés. Los siguientes fueron Vicente Huidobro, José Lezama Lima, Leopoldo Lugones (siempre referido por Borges). Al leer a todos los grandes poetas brasileños, nunca encontré una sola mención a las múltiples poéticas de los países vecinos. A mediados de la década siguiente, cuando ya había empezado a sentirme mejor por este territorio resplandeciente lleno de apasionantes diferencias, me atreví a escribirles a algunos de ellos, proponiéndoles entrevistarlos, y pronto la correspondencia había ganado un cuerpo de afinidad que me fue revelador. Los primeros poetas entrevistados – Pablo Antonio Cuadra, Juan Liscano, Fernando Charry Lara, José Kozer, Ludwig Zeller, Harold Alvarado Tenorio, Javier Sologuren, Enrique Gómez-Correa, entre otros – constituyeron un guión enriquecedor que cambió mi vida, y a ellos se ha sumado la amistad con el crítico español Jorge Rodríguez Padrón, estudioso de esta lírica, que pude colocar en la condición de maestro para mí.
MS | ¿Cómo se produjo esta relación definida por correspondencia a distancia, en un momento en que Internet no existía?
FM | Para los que creen en destino, sería correcto decir que las cartas ya estaban marcadas, que los caminos ya estaban trazados. La versión contraria revela una obsesión imparable. No creo que ambos estén equivocados. Pero hubo el descubrimiento de un mundo tan fascinante que cada paso actuó como una indicación de que aún quedaba mucho más por venir. Afortunadamente, la curiosidad habló más fuerte que la razón. Y no descarto la idea de cierta indignación, al acercarme a las poéticas más distintas, por el hecho de que todo aquel mundo estuvo siempre al alcance y sin embargo quedó oscurecido por una mezcla de soberbia hacia estas culturas y sumisión en relación con la cultura francesa (restringiéndose a Francia, es decir). Muchos escritores amigables me dijeron que estaba gastando mi tiempo en una búsqueda infructuosa. Por suerte encontré en los editores de algunos suplementos literarios de la época para publicar las entrevistas que seguí realizando, así como la traducción de poemas y ensayos.
MS | ¿Considera que hubo alguna reacción positiva respecto a tus esfuerzos todos?
FM | Es difícil para mí evaluar esta reacción dentro del país, considerando el fuerte ambiente individualista de nuestra cultura. Se ampliaron los espacios en la prensa literaria, lo que me lleva a pensar que había un interés creciente. Una de las primeras reflexiones fue la invitación de una editorial a traducir dos libros, un pequeño volumen de cuentos del cubano Guillermo Cabrera Infante y una antología poética del español Federico García Lorca. Pero inicialmente hubo una afectuosa muestra de agradecimiento por parte de varios países hispanoamericanos, en forma de reiteradas invitaciones para participar en eventos literarios internacionales, representando a Brasil. Siempre encontré esto curioso, porque no tenía sentido hablar en representación, ya que Brasil no tenía interés en establecer tales vínculos. Con el tiempo, mis relaciones se fueron estrechando con varios países, comencé a publicar en innumerables revistas, incluso editando muestras de poesía brasileña en algunas de ellas. Recuerdo que la Fundación Ayacucho de Venezuela me contrató para organizar la que sería la primera antología bilingüe de su respetada colección, dedicada a la poesía de Carlos Drummond de Andrade. Durante el período de preparación, fue a Caracas algunas veces, pero el libro, terminado, nunca se publicó porque no había acuerdo entre el editor y el heredero del poeta.
MS | Una lástima, por supuesto, pero debe haber muchos relatos interesantes por contar, no?
FM | Los aspectos negativos sin duda forman parte de cualquier apuesta que hagamos en la vida, por lo que no me interesa darles más importancia. Prefiero recordar los aspectos positivos, con sus posibles consecuencias. Cuando, en 1998, publiqué una primera versión de mi libro de entrevistas a poetas iberoamericanos –incluidos cuatro brasileños–, la Embajada de Venezuela en Brasil fue muy amable al preparar una velada de reconocimiento a mi labor de difusión entre nosotros de sus principales poetas. También recuerdo que, como confirmación de la relevancia de mi investigación sobre el surrealismo en América, la Academia Brasileña de Letras me invitó a dar una conferencia sobre la presencia del surrealismo en Brasil, relación que siempre fue controvertida y a toda costa evitada. Poco después, Editora Perspectiva publica un exquisito volumen de estudios sobre el surrealismo y en sus páginas incluye dos ensayos míos y un extenso diálogo con Claudio Willer sobre el estado actual del movimiento. Algunos de mis libros sobre el tema fueron publicados en México, Costa Rica y Venezuela, lo que permitió una lectura más completa, gracias al alcance que le dio el idioma español.
MS | Ahora, el mayor volumen de publicaciones es de tu responsabilidad directa, ya sea a través de los autores publicados en Agulha Revista de Cultura, o en la edición de libros, los que editas y los que me permitiste publicar. ¿Crees que algo ha cambiado en el interés editorial de las casas comerciales?
FM | Es cierto, con la creación de Sol Negro Edições, una gran iniciativa tuya, organicé libros de Vicente Huidobro, Enrique Molina, César Moro, Aldo Pellegrini, hermosas ediciones bilingües. Además, cuando creé ARC Edições hicimos posible editar varios otros autores, incluidos nombres más recientes. También publicamos dos libros raros de los que estoy muy orgulloso de ser autor: Un nuevo continente – Poesía y surrealismo en América y 120 noches de Eros – Mujeres surrealistas, estudios únicos sobre los temas que trataron, la visión crítica integral del surrealismo en toda la extensión del continente americano y la lectura innovadora de la presencia femenina en el surrealismo alrededor del mundo. En cuanto al mercado, no me parece que haya cambiado de interés, es decir, siempre ha sido discontinuo y casi nulo.
MS | Bien, ahora hablemos de la creación de estos dos nuevos proyectos que llevan la marca de tu obstinación: Atlas Lírico da América Hispânica e Conexão Hispânica. El primero ya está en marcha; el segundo se lanzará a principios de 2021.
FM | Los dos proyectos son complementarios y uno de ellos define una nueva alianza, con la revista brasileña Acrobata, principalmente a través de uno de sus editores, Demetrios Galvão. Gracias a la audacia de su equipo editorial, fue posible producir el Atlas Lírico de Hispanoamérica, una inusual antología poética, en portugués, de las más expresivas voces en la tradición lírica de los 19 países hispanoamericanos. Recién inaugurado con una primera muestra de 57 poetas, el Atlas se ampliará periódicamente, con el fin de permitir un conocimiento más amplio de la grandeza poética de esta gran porción de nuestro continente por parte del lector de habla portuguesa. Este proyecto editorial nos permitirá asumir una nueva audacia, una de las cuales ya está en preparación y que se estrenará en los primeros meses de 2021. En cuanto al otro proyecto, Conexión Hispánica, su complementariedad proviene de que reúne una muestra sustancial de estudios críticos sobre estos mismos poetas incluidos en el Atlas, y se lanzará en enero con una primera selección de ensayos y entrevistas referentes a 190 poetas hispanoamericanos. Lo que más queremos ahora es contar con apoyo para la difusión de estos proyectos.
MS | Un merecido deseo, ya que, de hecho, se trata de dos proyectos excepcionales. ¿Hay alguien a quien quieras agradecer especialmente durante este viaje sin fin?
FM | Ciertamente, ninguno de estos proyectos se puede realizar solo. Al mismo tiempo, lo que está sucediendo hoy es, naturalmente, el resultado de elecciones y riesgos a lo largo del tiempo. Las complicidades son muchas: directores de periódicos, traductores, amigos que estimularon y permitieron nuevos contactos, socios editoriales, todos están en mi corazón. Todos saben la importancia que tienen en mi vida, y con muchos de ellos sigo produciendo cosas, intercambiando ideas, informaciones etc. Lo más importante para todos es la confianza mutua, la certeza de que juntos estamos haciendo un gran trabajo difundiendo la cultura de nuestros países. Lo demás lo enviamos al buzón de Narciso.