Florencia Lobo

Espejismo y otros textos

 

 

 

Tristamento

 

Vengo de enterrar mi cuerpo.

 

Yazgo ahora como una fuente rota

inútil como un surco

cavado en arena infecunda.

 

A pesar de haberlo sido todo

no pude brotar.

 

Yo, nacida flor

moriré tierra baldía.

 

 

 

Perspectiva

 

No se entierra al muerto

para no verlo más

sino para seguir mirándolo.

 

 

 

Fulgor en la tormenta

 

Como una luz de Herzog

surgiendo raramente

entre la niebla.

 

Como esa luna iluminando

“El sueño” de Rousseau,

retraída en el follaje,

con tigres encantados

por la visión de una mujer desnuda.

 

Así andaba la luz

en esa selva mansa,

alambique elemental,

fulgor en la tormenta.

 

Todo brillaba, el aire mismo,

la selva, los insectos,

y todo se desvaneció

como se fuga el rayo.

 

Nada quedó de eso

en todo este escenario,

no hay tigres, ni luces, ni doncellas.

 

Solo agua que cae sin gracia,

solo el río que transcurre

piadoso.

 

No hay nadie acá

más que el silencio

fabricando su escultura imposible

con las palabras nunca dichas.

 

 

 

Poética

 

Lo que se quiere decir.

Lo que se dice.

 

En el medio,

la lengua

bailando en el abismo

de la boca

 

escarbando en el silencio

la ceniza indecible

la palabra perfecta

 

la que no existe.

 

 

 

En el día del tango

 

Con razón este frente de lluvia,

con razón mi posar sin razón

la frente en el vidrio

auscultando la nada

 

o la lluvia

 

es decir,

esos bandoneones

que caen sobre la tarde

y la empapan y hieren

con su melodía honda

 

tristísima.

 

 

 

Archipiélago

 

Penetra surdamente no reino das palavras

     Carlos  Drummond de Andrade

 

Se entra en la palabra archipiélago

buscando islas

 

pero dice la etimología

que lo único hallable ahí

es el mar

 

no un tejido de orillas

un islario bordado

por la espuma y el tiempo

 

solo el mar, el mar inmenso,

el archimar

 

por lo demás, nada sorprende:

toda palabra es por fuera un borde

y en el fondo agua

siempre removida.

 

 

 

Espejismo

 

Todo tu cuerpo canta

como la lluvia

y yo soy como un cuenco

en el que nunca

habitó el agua.

 

Pero qué sabe la lluvia

sobre la sed

 

y qué sabrá jamás

del espejismo

y su manera de mantenerme

en vilo

sobre el horizonte.

 

Todo tu cuerpo canta

como la lluvia

 

pero mi sed

ya no le pertenece al agua.

 

 

 

Mirando un sauce

 

Nadie le pregunta al sauce

por qué nace llorando

 

y hasta nos complacemos

al verlo esparcir su llanto

suave como el andar de las ballenas

o esos parajes tranquilos

adonde van a morir los barcos.

 

El sauce llora y el viento se demora

entre sus hojas

como queriendo beber de esa tristeza.

 

¿Y qué sabemos de esas garzas

que se pasan la vida

mirando el agua y en el agua

el reflejo del cielo y en el cielo

el pez que no aparece?

 

Es tan hermoso y sin embargo

nada sabemos de las garzas

ni de la tristeza de los charcos

ni del verde llorar de las iguanas

o de las lagartijas.

 

Nada sabemos y no importa

mientras podamos ver llorar el sauce

o esas aves quietas

que se pasan la vida

buscando el pez del cielo

 

el triste pez

que no aparece.

 

-Poemas de El lento deambular de las tormentas (el suri porfiado, 2018)

 

 

Florencia Lobo (1984). Nació en Tucumán y se crio en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. Se formó en Letras, Corrección de Textos y Edición. Public ... LEER MÁS DEL AUTOR