Continuamos esta sección de Textos claves con un poema del gran autor portugués en su heterónimo Álvaro Campos. La traducción al español pertenece a Mario Bojórquez.
Álvaro Campos
Poema en línea recta
Nunca conocí a quien le hubieran dado una paliza
Todos mis conocidos han sido campeones en todo.
Y yo, tantas veces bajo, tantas veces puerco, tantas veces vil,
Yo tantas veces indiscutiblemente parásito,
Indisculpablemente sucio,
Yo, que tantas veces no he tenido paciencia para darme un baño,
Yo, que tantas veces he sido ridículo, absurdo,
Que he enrollado los pies públicamente en los tapetes de las etiquetas,
Que he sido grotesco, mezquino, sumiso y arrogante,
Que he sufrido injurias y he callado,
Que cuando no he callado, he sido más ridículo aún;
Yo, que he sido gracioso con las criadas de hotel,
Yo, que he sentido el guiñar de ojos de los mandaderos,
Yo, que he cometido vergüenzas financieras, pedido prestado sin pagar,
Yo, que, cuando la hora del golpe surgió, me he agachado
Fuera de la posibilidad del golpe;
Yo, que he sufrido la angustia de las pequeñas cosas ridículas,
Yo, declaro que no tengo par en todo esto en este mundo.
Toda la gente que conozco y que habla conmigo
Nunca tuvo un acto ridículo, nunca sufrió una injuria,
Nunca fue sino príncipe -todos ellos príncipes- en la vida…
¡Quién me diera oír de alguien la voz humana
Que confesara, no un pecado, sino una infamia;
Que contara, no una violencia, sino una cobardía!
No, son todos el Ideal, si los oigo y me hablan.
¿Quién hay en este largo mundo que me confiese que alguna vez fue vil?
¡Oh, príncipes, mis hermanos,
Maldita sea, estoy harto de semidioses!
¿Dónde es que hay gente en el mundo?
¿Entonces sólo soy yo el que es vil y errado en esta tierra?
Podrán no haberlos amado las mujeres,
Podrán haber sido traicionados -¡pero ridículos nunca!
Y yo, que he sido ridículo, sin haber sido traicionado,
¿Cómo puedo hablar con mis superiores sin titubear?
Yo, que he sido vil, literalmente vil,
Vil en el sentido mezquino e infame de la vileza.