Del pecado original
DEL PECADO ORIGINAL
Y somos hijos del amor, lo somos.
Descendemos de su acto más cabal, descendemos.
Del amor que acaricia,
que muerde, que transforma
y que a sombra rompe
los secretos más hondos de la piel que se entrega.
Pero a veces, no sé, me da la idea,
de que no han fornicado por nosotros.
BARRABÁS
No asumieron mis manos la piedra que se arroja
Ni lloraron mis ojos el cuerpo lapidado.
Mi vida sin pregunta la jugué en unos dados
Y amé la noche oscura y amé la sangre roja.
La sangre de la culpa, la sangre del pecado,
La que siempre llevamos en nuestra suerte coja,
La que, ya desbordada de nuestro ser, nos moja,
Los panes divididos y el pez multiplicado.
Yo no tuve el deseo de morir como muero,
Sin sentir mi cabeza la corona de espinas,
Sin sentir mis espaldas el pesado madero.
Yo muero como todos; solo mi culpa llevo
Y como nunca supe de maneras divinas
Después de los tres días no viviré de nuevo.
LA CAZA
Hermosa, el cazador te sigue,
te persigue, te acecha;
huele tus pasos,
otea el tiempo que lo acosa,
mide perfectamente tus distancias,
rastrea tus olvidos,
calcula, con aproximación que es casi exacta,
la altura de tu cuello,
el simultáneo peso de tus senos,
el ángulo que forman tus piernas cuando amas,
el vértice del pubis,
el secreto orden de tus huesos;
después lanza la piedra sin esconder la mano,
dispara bala o flecha,
roca o fuego,
confundiendo a lo lejos la sombra del venado
o las alas del ave que fuga del señuelo;
así, de esta manera,
el cazador puede quedar cazado
o, final y obviamente,
caer atrapado en su tramposa trampa;
hermosa, yo me rindo, me entrego, me retiro
ante tu imposible carnada
en vez de hacer ridículas maniobras en el aire.
APACIBLE MISTERIO
Qué pensará de mí la humilde bestia
que come hierba y que espanta moscas con el rabo.
Qué pensará de mí, digo, si me viera llorando
cuando a su lado cruzo bajo un cielo sereno.
Ella que tiene tiempo de pensar, ella que pasa
tranquila y silenciosa por los verdes potreros.
Tal vez no le enseñaron todavía a ser triste
y es buena porque nada tiene que hacer por ella.
Pero ha de pensar algo si me viera llorando,
tal vez de otra manera, imaginando otras cosas
sin asombro ni lástima.
Pobre de mí que lloro, feliz de ella que pasa
tras su misma mirada tranquila las moscas con el rabo.
EL ILUSIONISTA
Yo sacaré un fantasma del sombrero,
un ángel de la manga,
una sombra del traje,
una apagada estrella del bolsillo.
Sacaré de la espalda una joroba
que tocarán como amuleto
las vacías manos de los desheredados de la suerte.
Del cuello sacaré una corbata fálica
y los redondos nudos del ahorcado.
De la bragueta saldrán flores y palomas
y barcos
aptos para ser mirados por
jóvenes pálidos y doncellas
nerviosas que se masturban
en las panzudas horas de la
siesta
Del fondo del baúl levantaré un cadáver
que volverá a morirse para cada función
exactamente
no sin antes agradecer
los aplausos del público.
FORTUITO ENCUENTRO
Y cara a cara me encontré con ella
como en un “vis a vis” inesperado
creo que llevaba un rostro diferente
que por una emergencia le prestaron
y un cuerpo hecho a medida de mi cuerpo
y una mirada que no supo dónde
poner. Una mirada tan siniestra
Pero, que nos conocimos está claro
y como dicen que el que calla otorga
pues yo no le dije que esta boca es mía
y ella rompió el silencio preguntando
por el crimen que juntos cometimos
también por el cadáver, por supuesto,
pues que si aquí lo puse no lo encuentro
y allí le contesté que en un crepúsculo
base yo mi estratégica coartada
y ella me preguntó por mi familia,
por el sobrino crápula y el tío
que vivió de “cuentero” hasta esa noche
en que se suicidó por una arpía
y yo le contesté, como en revancha,
por su quinto marido, el industrioso,
que quiso quebrar su fábrica de hielo
(una quiebra ficticia) con un fósforo,
y por su padre que cambió de sexo
para ejercer la profesión más vieja
y por su madre que colgó los hábitos
al cerrar el burdel. Y se hizo pía.
y por su hermano el incestuoso. En fin
fueron gratos recuerdos de familia.
Después nos despedimos con un beso
que ya se lo quisiera el mismo Judas.
Ella siguió de largo. Era la misma
que me indujo a estafar a tanta gente.
Muy poco había cambiado. No tenía
ya los colmillos de una vampiresa.
De mi ojo izquierdo se rodó una lágrima
digna de un cocodrilo. Eso fue todo.
HARA KIRI
el samurai derrotado
se hace el hara kiri
como si, en realidad,
se masturbara
sensualizado por la muerte
es su único sexo
la ya depuesta espada
el semen final
su estéril sangre
ah, esa terrible humillación
de la victoria ajena
que por cambiar de mano
lo ha dejado impotente
DESPEDIDA
Amor ya no me sirves
no me sirves de nada si estás viejo
mejor dicho, los dos estamos viejos
y los polos iguales se repelen
irremediablemente
como afirma la física implacable
amor de flor y espina
del revés y el derecho
amor de sello y cara
en la misma moneda de dos lados
que usé ya tantas veces
dando y dando
con la necesidad de ser amado
que repetí incansable y recurrente
en idénticos días con sus noches
fueran pares o impares
sean claros oscuros o radiantes
sean lo mismo que son o que ya han sido
amor ya desgastado como un diente
que me llenó de júbilos y penas
de risas y de lágrimas
de cartas con mi firma y anónimo infames
de acrósticos ridículos y rimas consonantes
amor de lo sublime a lo sagrado
de lo torpe a lo cursi
te pongo de patitas en la calle
te expulso de mi vida simplemente
te saco de mi texto y mi contexto
para tratar entonces de algún modo
de hacerte parte del más largo olvido
que si te vi una vez ya no me acuerdo
no te conozco no te necesito
de filo de perfil de cuerpo entero
te declaro indeseable
no compatible no hecho a mi medida
no apto para la edad que me consume
(prohibido para mayores de ochenta años)
en fin que tantas cosas que se digan
solo me servirán para expulsarte
del viejo paraíso en que vivimos
con el ojo de dios en un costado
y el diablo en el otro
te tiraré la puerta en las narices
igual que la pedrada en ojo tuerto
y si me quedo solo indivisible
igual que algún asceta en la montana
o en una isla del remoto océano
por respeto a este nudo que hoy desato
y al pasado en que fuimos inocentes
pero también culpables
jamás voy a injuriarte o calumniarte
peor darte consejos o sentencias
o profecías que jamás se cumplen
simplemente te digo que te vayas
que no vengas de nuevo con tus cuentos
con verdades a medias que me esconden
y mentiras piadosas que se usan
si a la oportunidad la pintan calva
menos con esos cantos de sirena
que me obligaron a amarrarme al viento
es que ahora en muy tarde
y tengo que escribir sobre otras cosas
saliendo de estos versos intimistas
que en verdad ya no sirven para nada
que son un bla bla bla sobre el vacío
y que serán leídos si eso ocurre
con tanta indiferencia
como se oye llover
amor te dejo
metido en tu camisa de once varas
YO NO HE VENIDO PARA VENCER…
Yo no he venido a vencer,
He venido a preguntar tan sólo
en dónde se encuentra la victoria.
Vengo a vivir con la alegría de todos
Y a compartir la tristeza de nadie.
Vengo a partir el pan con un mendigo
para saber qué bendición me pone.
Vengo a pisar la calle
para meterme en la costumbre.
Vengo a reír con la primera broma,
a sollozar con la primera pena,
entusiasmarme con cualquier noticia.
Vengo a llorar, a cantar,
a bailar en la primera fiesta,
a encenderle la ruta a los cadáveres,
a dividirme entre todos,
a vivir,
a conocerlos.
Yo no he venido a vencer,
he venido a preguntar tan sólo
en dónde se encuentra la victoria.