Eugenio Montale

Motivos

 

 

(Traducción al español de Emilio Coco)

 

 

 

 

El invierno se prolonga, el sol emplea

el cuentagotas. ¿No es extraño que nosotros

dueños y acaso inventores del universo

para entender una jota debamos encomendarnos

a los charlatanes y arúspices que enmohecen por todas partes?

Parece evidente que los númenes

empiezan a cansarse de sus presuntos

hijos o protegidos.

Incluso más claro que Dioses o semidioses

se despidieron a su vez

de sus dueños, si acaso los tuvieron.

Pero…

 

 

 

 

LAS PULGAS

 

¿No has tenido nunca una pulga

que al mezclar su sangre

con la tuya

haya compuesto un batido

que nos asegure la inmortalidad?

Así ocurrió en el áureo siglo XVII.

Pero hoy en la edad del tiempo pleno

se es inmortal por menos

aunque el tiempo se acorta y los siglos

no son más que plumas al viento.

 

 

 

 

MOTIVOS

 

Acaso no era inútil

tanta fatiga

tanto dolor.

 

Y acaso piensa

así de nosotros y de sí mismo

este seudo mirlo oriental

que silba en su jaula

e imita nuestra voz.

 

Hay quien silba más

y hay quien silba menos

pero también eso es humano.

 

 

 

 

Amigos, no crean en los años-luz

en el tiempo y en el espacio curvo o plano.

La verdad está en nuestras manos

pero es inasible y se escurre como una anguila.

Ni siquiera los muertos la han comprendido

para no volver a caer entre los vivos, allá

donde todo es difícil, todo es inútil.

 

 

 

 

El big bang debió producir

una explosión espantosa

e incluso inaudita porque no existía el oído.

Este llegó sólo

después de muchos millones de milenios.

Verdad indiscutible

que nos llena de alegría

excepto para ti, mi curruca

que habías hecho con el tiempo

un pacto de enemistad

y lo has respectado porque acaso

valía la pena ‒ ¿quién puede decirlo?

 

 

 

 

EN ZIGZAG

 

Me he estirado en la arena y reflexiono.

Leo la prosa de Coboldo, cura

de pelo en pecho. Pero mi pensamiento va lejos.

Dos siglos después de terminado el Concilio de Constanza

un par de Inglaterra poeta y putero

ya a las puertas de la muerte

negó rotundamente la vida eterna y luego

para contentar a su confesor

se convirtió, ordenó a su mujer

que se convirtiera, ella que ya había abjurado

pasando a otra confesión

y habría convertido sin darse un respiro

a presentes y a ausentes con tal de acabar con eso.

 

Ahora el sol está realmente bajando.

En el fondo el bueno de Coboldo tiene algo de razón.

Hoy ya no nos matamos entre aplausos y festejos.

Se han elegido otras formas. Existen 120

confesiones cristianas y parece que son pocas.

 

 

 

 

HOY

 

Hay algo que sacude

que destapa y destruye. Un punto perdido por

Quien no quiere sucumbir al Enemigo.

Desgraciadamente nosotros los pobres hombres somos como

pájaros en la jaula al vuelo de los estorninos.

Nuestras culpas serán castigadas a golpes de escoba.

No somos más que figurantes, en jerga teatral

utilités

A estas alturas el poeta

dejó la pluma de oca con la cual

componía el poema El Rapto de Europa

y se miró en el espejo. ¿Era él,

era otro, un demonio, un charlatán?

¿Acaso El Eco de Europa, agencia de encomiásticos

bombos, le jugaba una mala pasada?

Luego se dio ánimo y volvió a tomar el Rapto

tirado a la papelera. Por otra parte

a su lado no había animales

que fueran un duplicado de sí mismo.

 

 

 

 

EN LA ESPERA

 

Estamos esperando que se abra

la primera de las siete puertas.

Era inútil ponerse condecoraciones

desde el cuello hasta el plastrón

porque la espera durará un tiempo

incluso exponencial.

Era inútil ponerse un traje de cola de milano,

era inútil esperar sinfonías de salmos

¡presenten armas! de demonios con cuernos ahorquillados

ceremonias o latigazos, entradas o cócteles de venenos.

Esta es la primera puerta, no tiene ganas

de abrirse sino que requiere una etiqueta.

No era una locura hablar de puerta estrecha.

Las puertas están atrancadas y a doble candado.

Acaso alguien ha logrado franquear la entrada.

Pero era un hombre de entonces, cuando no existían

las palabras que tenemos.

 

 

 

 

LA CRIANZA

 

Hemos sido criados como pollos

en el Forward Institute

no como patos silvestres o aguiluchos

como pedía nuestro

imaginario destino.

Y hemos asentido a coro entonando la marcha

¡En avant   Fanfan-la-Tulipe!

 

Así

es justo morir por una injusta causa.

Quien pidiera un alto

en la mortandad sería un traidor.

Y es aquí donde lo ridículo se mezcla

con el horror.

Eugenio Montale (Italia, 1896 – 1981). De los poetas herméticos italianos, Montale es el músico, el cantante tenor que por exceso de timidez renuncia a ... LEER MÁS DEL AUTOR