Ceremonia
Carga genética
Antes mucho antes todavía íbamos al campo con padre y madre
A la hora de la cena padre insistía en contar cuentos de lobos
en aquella oscuridad cabalgaba
relinchaba y se retorcía
padre
Al amanecer madre empezaba su recorrido sonámbulo por la quinta del fondo
Identificaba polillones con rigor científico
ordenaba dentro del canasto de mimbre semillas y hojas a medio pudrirse
abrazada al árbol de naranjas reía y lloraba
madre
Suelo dedicar las noches a celebrar a una mujerlobo
jugamos siempre a quien dispara primero
nos mordemos la lengua antes del sueño
Pero de dónde
esta forma de locura?
(Poema inédito)
Ceremonia
Cada mañana el mismo recorrido
hacia adentro
unos pasos en círculo
las uñas quebradas después del sueño
decir todos los nombres posibles
arrancar el sonido a la máquina descompuesta mientras se buscan las razones
como un náufrago
Entumecida ceremonia
Quiero decir algo
que como todo se pierde
(Poema inédito)
El pedazo roto de la historia
Soy la que no quiere tragar
sin voluntad la pastilla de la buenanoche
La que prefirió evadir el dilema
de pelar papas o besar a un hombre
La que se olvida de silbar bajito
cuando el odio y el óxido se ponen de moda
Soy la mujer que cortó por lo más doloroso
el pedazo roto de la historia
siempre
la que no está
(Poema inédito)
Fuera de juego
Caminar con la velocidad de los muertos
amar con mueca de futura víctima
coleccionar amuletos de defensa
collares de ajo
pócimas secretas
Afuera el asesino tiene nombre cáustico
y suele decir amor
Despertar siempre dentro de una estrategia
oler a resina lamerse las patas
El vigía se eriza y pinta la cara de blanco
silba canciones de luismiguel
ofrece flores frutas de estación
Tragar sapos nunca olvidarse de los sapos
revertirse
abrirle los tajos a la última pesadilla
En esta aventura posmoderna
olvidé como todas
mi nombre
(Poema inédito)
Inapelable
Suelo pedir a los invisibles usando tono decoroso
“solicito/de/usted/señor/juez”
pero los invisibles no contestan
formas acostumbradas a la insistencia
Así que reitero: “solicito/de/usted/señor/juez”
y sólo llegan a mi casa papeles en blanco
firmas con nombres indescifrables
Yo sé que detrás de las puertas los invisibles miran
susurran un lenguaje desconocido
les hacen cortecitos de navaja a los calendarios
Hay días en que resuelta les mando cartas de amor
barcos de papel glasé
flores de marcela para semana santa
Pero el silencio otra vez embiste
como un objeto punzante en caída libre
como un disparo homicida
e inapelable
(Poema inédito)
La grieta
y ahora la grieta
donde rompía el llanto de toda una especie
donde arañaron también mis manos
adormecida de necedad grieta
patética desde tus ojos oscuros
lánguida grieta de tacos altos
de boca roja
de sangre puta
Grieta maldita
la adorada
la Eros
La sagrada grieta que trae al mundo al Homo Sapiens erecto
La grieta hembra que luego quiere matarlo
Pero sólo es una grieta
un agujero abierto a base de golpes
Y a veces suelo encontrármela llena de odio
(Poema del libro Desde La guarida, Ed. Ciudad Gótica,2014)
La guarida
en esta casa vive una niña de ojos tristes
me pregunto si los habrá con más tristeza
no lleva más pasado que una brisa de jazmines inundando su última primavera
las manitas se le enredan de alacranes dorados mientras cruza el pasillo del
/escritorio a la cocina
pero esos pasos esos pasos
parece llevada por un soplo de ángeles ansiosos que abren espacios para que su
/princesa levite triunfal por el cielo
nada la detiene entre esas paredes ni las risas ni los muertos
cuando duerme gruñe fieramente como un animal salvaje buscando una salida
me acelera los sueños dentro de su casa con muñecas desnudas
camina sobre mi cuerpo haciendo zigzagues de zapatitos blancos
disfruta cada hueco que conquista en mi memoria
desordena el templo arroja al vacío los centímetros que me sobran
¡grita! grita despiadada la niña
hay días que parece despierta por un coro de vírgenes tenebrosas
las horas caen precipitadas en un laberinto del tiempo
meses siglos y los relojes desaparecen
entonces come descontrolada de mi plato otra vez come hasta vomitar
vomita al espacio sus silencios
los recuerdos que me buscan
vomita al patio de jazmines la casa de muñecas
y mis años no la encuentran mis palabras son sordas
sólo doy con la guarida en el mundo íntimo de arriba
trepo las ramas de un árbol espinoso tallado en versos
cuando al fin cae rendida beso su frente
miro el continente aquietarse
llevo las manos desgajadas por la aventura
sobreviví a la batalla
en mi casa vive esa niña de ojos tristes
me pregunto si los habrá con más tristeza
(Poema del libro Desde La guarida, Ciudad Gótica, 2014)
La ofrenda
Dicen que algo debo ofrecer
algo que les oculto dicen
Todos los días a las siete am lo reclaman por escrito
en tonos graves con oraciones mayúsculas me lo escupen a la cara
Entonces ahueco el cuero
dejo que las miradas penetren con su filo quirúrgico
con la precisión de un microscopio
Y siento el desorden instalarse en mi casa abandonada
Dicen que se aprende
que lo que natura non da es apenas un detalle
que puede cambiarse como se cambian los objetos inservibles
o disimularse como la cicatriz de todos los partos
Dicen que algo debo ofrecer
pero termino despertando
detrás de mí
con las manos vacías.
(Poema inédito)
Partes de la casa
Cuando la puerta del sótano se abre
comienza a desgarrase el fondo de la casa
Allí hubo hombres desnudos
en cuclillas los paridores de humo
entre ropa interior de encaje negro y pestañas postizas
la cópula del lagarto
las garras de un mamífero muerto
Hubo el señor de la balanza
engordado por las coimas de los fieles del domingo
alucinado señor del insomnio
y todos
vueltos un amasijo
una sustancia pegajosa
una rareza para disimular
Cuando la puerta del sótano de mi casa se abre
me siento a esperar que los días
me devuelvan el aliento
(Poema inédito)
El aullido
El paso de la tormenta dejó apenas un hilo de luz
Las imágenes borrosas recobran vida mansa
hablan colgadas de la nada guiadas por un aullido ansioso e interminable
alimentándose de una boca marchita y de estas insistentes arrugas del tiempo
Las piedras se sueltan
El techo de la cueva en carne viva
Una fuerza misteriosa me atrapa frente al espectáculo
Ya no puede descifrarse ni el espacio
Todo vive y muere en esa burbuja
Alucinados los esqueletos bailan al compás del fuego
bailan en rondas ahora dejándose caer cada tanto
uno a uno se mezclan buscando el equilibrio perdido
quizás una razón que les dé motivo para volver a un mundo de sordos
a vivir bajo el yugo de un estúpido espejo
a saltar charquitos de lágrimas estampados sobre un vestido de flores
a reír porque sí y solamente porque sí
caen incansables rendidos a los pies de una palabra que todavía no es verso
con las claves de sol como paraguas
sobre paisajes en blanco donde no habita ni un sólo punto que les dé respiro
con las manos cansadas caen
hasta quedar una vez más colgados
en el rincón en que duermo mi último sueño
convertidos en malabarista loco
(o en mi pesadilla más recurrente)
(Poema del libro Desde La guarida, Ed. Ciudad Gótica, 2014)