Enrique Solinas

El pozo y la cima

 

 

 

 

 

Dejarse ir

Suelta el cuerpo su alma, suelta
las teorías sabias, la armadura del tiempo, suelta
lo material que ya no te pertenece,
el aroma del miedo en el filo de esta tarde.

Suelta tu corazón, los sueños inconclusos, suelta,
ya no habrá mañana para vivir.
Y aunque parezca triste esto que digo, suelta
la razón que no contenta a nadie.

Porque morir es terminar
y soltar el mundo
conocido.

Porque morir es empezar
de nuevo la vida
otra vez.

 

 

 

Poema para tu cumpleaños

Estas palabras nunca serán
lo suficientemente ciertas
para decir todo lo posible.

Celebremos la vida esta noche,
he visto tu rostro
bajo el cielo estrellado.
He sentido el amor.

Hago una corona de flores,
la coloco sobre tu cabeza,
tanta belleza me emociona.

Como esas canciones de infancia
que en el recuerdo se repiten
una y otra vez,

así en mí,

por siempre.

 

 

 

Pequeña madre

Pequeña madre,
Reina del Desconsuelo,
te guardo a la sombra
de mi corazón. Allí,
el viento que te llevó
regresa
con tu aroma a noche y a destierro.

Todo era oscuro y era triste
y nadie sabía qué hacer
con tanto.

Los días de la noche
te siento aquí,
me doy cuenta de
que estás aquí;

por el silencio de tus pies;

cuando apagan
tus manos el mundo.

 

 

 

Temer

Noche oscura del corazón,
tengo miedo de las palabras.
Ellas hablan sobre lo que vendrá
y me dicen
que más allá
no hay nada.

He aquí lo que soy
he aquí lo que sueño.

Este es

mi cuerpo

y tengo miedo.

 

 

 

Broken night

Desconecten los árboles
y mi corazón
en el invierno
de esta tarde.

Ya no
QUIERO
esta oscuridad
en mi voz,

le he dado
lo mejor de mí
a los muertos.

Y ahora
sólo busco

el resplandor
quebrado
de la noche

en la soledad
del asfalto.

 

 

 

El cuerpo de la desaparición

Donde hubo un cuerpo ahora
está su ausencia
y dibujo con mis manos
el contorno de lo que fue,
y espero a que el azar
devuelva con su magia
lo desaparecido.

Siempre hemos de esperar
lo que no va a suceder.
Siempre esperamos
el milagro de la vida
en la desolación del instante.

Créeme: Cuando tu cuerpo desapareció
para mí fue demasiado
y golpeé todas las puertas
de la tierra y el cielo,
para poder acompañarte
y traerte de nuevo.

Créeme: aún espero en casa
tu regreso.

Sé que algún día vendrás,
sin que te espere,
a buscarme para ir
a la morada última
del tiempo.

Sé que vendrás,
lo sé.

Pleno de luz,
como una barca silenciosa
para así navegar
las aguas
de este corazón perdido.

 

 

 

Domingo de ceniza

a Diana Bellessi

Es domingo y siente que no está
en el lugar donde la noche crece
como una luz que guía
en la penumbra
los pasos hacia el porvenir.

Desorientado existe y siempre espera
la mano que lo lleve hacia arriba,
hacia Dios, hacia su cuna,
hacia la otra orilla,
donde la vida de verdad lo espera
y es comienzo y no fin,
de su propia historia.

Tiene miedo y sabe que está bien,
que el temor nos recuerda
nuestra parte humana,
que no podemos todo,
que a veces debemos
permitir una ayuda,
que es bueno dejarse sostener.

Entonces es domingo
y no hay nada que decir,
nada que esperar.
Sólo saber
que este dolor que siente
no lo entiende,
que el dolor en sí
es gratuidad.

Llega la noche y crece,
pero en otro sitio.
Llega la noche y crece
hasta abarcar el mundo.

Entonces es hora de pensar
en lo que realmente importa:

¿Qué hará el muchacho,
ahora,
que lo ha perdido todo?

¿Qué va a hacer el muchacho,
ahora,
con tanto dolor?

 

 

 

 

-Enrique Solinas
El pozo y la cima
Editorial Pre-textos
España, 2022

 

ub. la cruz del sur

Enrique Solinas (Buenos Aires, 1969). Es escritor, docente, traductor e investigador. Desde 1989 colabora con publicaciones de Argentina y del exterior. Com ... LEER MÁS DEL AUTOR