Emily Dickinson

El Cielo está tan lejos de la Mente

 

 

 

(Traducción al español de Alberto Blanco)

 

  

 

21 (126)

Valiente es aquel que lucha –
Pero tiene más valor
Aquel que lleva en el pecho
Su Calvario de Dolor ‑

Aquel que cae ‑ sin ser visto –
Aquel que invisible gana –
Cuyos ojos moribundos
Ninguna Patria reclama ‑

Procesiones emplumadas,
Puros Ángeles parecen –
Sus pasos, Rango tras Rango –
Con Uniformes de Nieve.

 

 

 

30 (174)

¡Al fin! ser identificado
¡Al fin! las lámparas a Tu lado
Lo que resta de Vida para ver.

¡Después de la Medianoche!
¡Después de la Estrella Matutina!
¡Después del Amanecer!
¡Ah, Qué lazos había
Entre el Día y nuestros pies!

 

 

 

77 (279)

Ata las Riendas a mi Vida, Señor,
¡Lista estoy para partir!
Sólo un vistazo a los Caballos –
¡Qué más se puede pedir!

Colócame firmemente ‑
Para nunca abandonarte –
Cabalgamos hacia el Juicio –
Cuesta abajo en buena parte –

No me importa la pendiente
Tampoco me importa el Mar
Veloz en la Gran Carrera –
Por Ti, por mi Voluntad ‑

Digo adiós a la Vida que tuve –
Y al Mundo que Yo conocí –
Beso los Montes por última vez –
¡Lista estoy para partir!

 

 

 

85 (288)

¡Yo no soy Nadie! ¿Quién eres tú?
¿Tampoco eres Nadie tú?
Ya somos dos – ¡Pero no lo digas!
Ya sabes, luego se percatarían.

¡Qué terrible ser Alguien!
¡Qué público decir tu nombre
Cual Rana ‑ todo el santo día –
Para que un Tronco se asombre!

 

 

 

137 (370)

El Cielo está tan lejos de la Mente
Que si la Mente al fin se disolviera –
Según el Arquitecto su Morada
Jamás se volvería a comprobar –

Como nuestra Capacidad – es vasta –
Como nuestras ideas —es hermosa –
Y para Él es el íntimo deseo
Mas no del más allá, sino de Aquí –

 

 

 

191 (478)

No tuve tiempo para Odiar ‑
Porque la Tumba
Me iba a ocultar ‑
Y la Vida no era
Tan grande que no pudiera
Terminar ‑ la Enemistad –

Tampoco tuve tiempo para Amar ‑
Pero dado que
Algo tenemos que hacer ‑
El Trabajito del Amor ‑
Pensé ‑ tal vez ‑
Sea suficiente para Mí ‑

 

 

 

233 (566)

Un Tigre Moribundo ‑ tenía Sed –
Y Yo busqué en el Desierto –
Hasta hallar unas Gotas en la Roca
Que en mis Manos le llevé –

Sus Ojos Majestuosos ‑ eran densos ‑
Mas al fondo pude ver
Una mortal Visión en la Retina –
El agua y una mujer –

No fue mi culpa ‑ ser un poco lenta ‑
No fue su culpa – morir
Mientras que Yo lo buscaba –
El hecho es que estaba Muerto allí –

 

Emily Dickinson Es la más grande poeta norteamericana. Junto con Walt Whitman se constituye en la voz señera para lo que será la gran poesía de Estados ... LEER MÁS DEL AUTOR