

Presentamos dos textos claves de la célebre poeta estadounidense en la traducción al español de Ulalume González de León.
Elizabeth Bishop
Algunos sueños que ellos olvidaron
Los pájaros muertos cayeron sin que nadie
los hubiera visto volar o pudiera
imaginar desde dónde. Eran negros,
sus ojos estaban cerrados, y nadie
supo qué clase de pájaros eran. Pero todos
se apoderaron de ellos y miraron
hacia arriba, por el reciente y largamente
infundibilizado cielo.
También cayeron gotas oscuras. Se recogieron
en los canales del tejado, se congregaron
en los cielorrasos sobre los hechos de todos ellos;
toda la noche, gotiformas misteriosas,
colgaron sobre sus cabezas, se esparcieron
después entre sus dedos distraídos, rápidas
como el rocío hojas afuera.
Y ellos, ¿dónde habían visto
bayas silvestres tan perfectamente negras como éstas
y que brillaran igual al alba? Señuelos
de centro negro, en altas ramas, o debajo
de las hojas. Venenosas, pensaron
y las olvidaron o —¡recuerda!— comieron
de los sobrecargados árboles. ¿Qué flores
se encogen como semillas, como éstas o la aguileña?
Pero hacia las ocho o las nueve, los sueños
de todos ellos son inescrutables.
Visita a St. Elizabeths*
Esta es la casa de Bedlam.
Este es el hombre
que está en la casa de Bedlam.
Esta es la hora
del hombre trágico
que está en la casa de Bedlam.
Este es el reloj pulsera
que da la hora
del hombre tan locuaz
que está en la casa de Bedlam.
Este es un marinero
que usa el reloj
que da la hora
del hombre tan enaltecido
que está en la casa de Bedlam.
Esta es la rada, toda de tablas
adonde llega el marinero
que usa el reloj
que da la hora
del admirable viejo
que está en la casa de Bedlam.
Estos son los años y los muros de la sala,
los vientos y las nubes del mar de tablas
surcado por el marinero
que usa el reloj
que da la hora
del maníaco
que está en la casa de Bedlam.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila llorando por la sala
sobre el rechinante mar de tablas
del chiflado marinero
que da cuerda al reloj
que da la hora
de ese hombre atareado
que está en la casa de Bedlam.
Este es un muchacho que golpea contra el piso
por ver si el mundo sigue allí y es plano,
para el judío viudo con su gorro de papel
que baila llorando por la sala
un vals a lo largo de una tabla ondulante
junto al callado marinero
que escucha en su reloj
el tic tac de la hora
del hombre exasperante
que está en la casa de Bedlam.
Estos son los años y los muros y la puerta
que se cierra sobre un muchacho que golpea contra el piso
para sentir que el mundo sigue allí y es plano.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila alegremente por la sala
hacia los entablados mares que se van
más allá del marinero de ojos fijos
que sacude el reloj
que da la hora,
del poeta, del hombre
que está en la casa de Bedlam.
Este es el soldado que vuelve a casa de la guerra.
Estos son los años y los muros y la puerta
que se cierra sobre un muchacho que golpea contra el piso
para saber si el mundo es redondo o plano.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila con cuidado por la sala
avanzando sobre el tablón de un ataúd
con el chiflado marinero
que muestra su reloj
que da la hora
del desdichado
que está en la casa de Bedlam.
* Nombre del manicomio en que estuvo internado Ezra Pound.